Tamara Falcó e Íñigo Onieva, pillados en una clínica de fertilidad

Martín Bastos

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El matrimonio recurre a un método natural para favorecer el embarazo

13 sep 2023 . Actualizado a las 22:25 h.

Que Tamara Falcó quiere ser madre es un secreto a voces. La revista Diez Minutos ha publicado por primera vez las fotos que prueban que la marquesa de Griñón y su marido están visitando una clínica de fertilidad para ayudar a que el proceso de quedarse embarazada progrese adecuadamente.

La exótica luna de miel en Sudáfrica, Tahití y Bora Bora que la pareja disfrutó después de su boda fue un viaje de ensueño, pero también obligó al matrimonio a posponer un poco sus planes de embarazo. Las vacunas y las medidas profilácticas para evitar contraer enfermedades como la malaria hicieron necesario esperar un plazo de tiempo antes de empezar una gestación.   

Ya de regreso en Madrid y después de poner fin a sus vacaciones en la localidad gaditana de Sotogrande, la pareja ha sido pillada asistiendo a una exclusiva clínica de fertilidad especializada en naprotecnología, la apuesta de la marquesa de Griñón para quedarse embarazada cuanto antes. A pesar de que se aseguró que tendría que esperar hasta noviembre para retomar sus planes de maternidad por las vacunas, Tamara se ha puesto manos a la obra con este tratamiento natural de fertilidad con el que confía en ampliar pronto la familia.

Como señala la revista, el pasado viernes la pareja pasó dos horas en el centro.

La naprotecnología es un método de planificación familiar natural que se basa en el análisis del ciclo femenino y en las posibles causas de la infertilidad. En ocasiones recurren a él personas que, por convicciones éticas y religiosas, no quieren apoyarse en la reproducción asistida para lograr tener hijos.

Según señala Europa Press, la palabra naprotecnología «viene de Natural Procreative Technologies y es una ciencia desarrollada en Estados Unidos a finales de los años 70 por el doctor Thomas Hilgers», explica Patricia Alonso, responsable de la clínica Fertilitas. «Es la única ciencia de la salud de la mujer que permite monitorización reproductiva y tratamiento de salud ginecológica a través de tratamientos médicos, ya sean hormonales o no hormonales, y tratamientos quirúrgicos si es el caso, siempre de forma cooperativa con el ciclo menstrual», apunta.

Un tratamiento que, como explica Patricia Alonso, está recomendado «para parejas que estén buscando embarazo con problemas de fertilidad y para cualquier mujer con un problema de salud ginecológica o incluso, sin ningún problema de salud, a modo preventivo».

Como asegura, confirmando así los planes de paternidad de Tamara e Íñigo, «las parejas que vienen es buscando embarazo». «Las mujeres pueden venir en cualquier etapa vital por monitorización del ciclo, simplemente, a modo preventivo sin ningún diagnóstico previo de ningún problema de salud, o mujeres que ya tengan un problema de salud ginecológica para su tratamiento, por un abordaje ginecológico exclusivo, sin búsqueda de embarazo. Ahí no hay necesidad de que venga la pareja. En el caso de búsqueda de embarazo, sí es un abordaje la pareja, claro», explica.

Un tratamiento novedoso desarrollado en Estados Unidos que apenas se conoce en España y el que, como nos cuenta, «se busca sanar». «Buscar el origen del problema, el problema de salud que causa la infertilidad y por el que no se consigue embarazo. Hacer un diagnóstico exhaustivo para poder poner un tratamiento específico para ese problema», señala, destacando que al «no alterar el ciclo natural de la mujer, minimiza los riesgos y los efectos secundarios» propios de otros tratamientos de fertilidad.

Sin referirse directamente a Tamara, la responsable de la clínica reconoce que la edad -la marquesa está a punto de cumplir 42 años- «siempre es un factor pronóstico en fertilidad», pero asegura que aunque «hay que tenerlo en cuenta», no es lo único que puede dificultar un embarazo.

Respecto al tiempo que la pareja podría tardar en cumplir su sueño, Patricia Alonso apunta que «es difícil generalizar». «Lo que sí que queremos dejar muy claro es que siempre tenemos una primera fase que es solo estudio, diagnóstico» para determinar los posibles problemas de fertilidad. Y una vez completado ese estudio, se empezaría el tratamiento. «Luego, lo que se pueda prolongar o no el proceso depende mucho de la respuesta que vayamos teniendo, de los factores pronósticos que se puedan ir sumando», añade.

Se entiende que Tamara e Íñigo habrían completado la primera fase, la del diagnóstico, antes de su boda, si bien la responsable de la clínica no se ha pronunciado sobre este asunto.