Tamara Falcó borró el sábado de Instagram la foto del anuncio de su compromiso y se fue a casa de su madre. Ayer la ruptura se daba por hecha. La marquesa de Griñón y el empresario madrileño ya ni se siguen en las redes sociales
26 sep 2022 . Actualizado a las 10:58 h.El culebrón continúa. Después de que Tamara Falcó borrase el sábado de su Instagram la fotografía con la que el jueves anunciaba su compromiso con Íñigo Onieva —señal inequívoca de que la marquesa de Griñón muy contenta no estaba con las explicaciones de su novio tras la filtración de un vídeo en el que se le ve besando a otra mujer—, el empresario de la noche madrileña volvió a tomar la palabra para, una vez pillado, reconocer que se equivocó, que no volverá a suceder. Lo hizo a través de un mensaje publicado en sus stories el domingo a mediodía:
«En los vídeos difundidos aparezco en una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado por ello. Pido disculpas por no haber sido honesto y pido perdón a Tamara y a su familia públicamente. Estoy completamente enamorado de Tamara y es la mujer de mi vida, por lo que me duele enormemente haberle hecho daño».
En su comunicado, Onieva pide además que, «para evitar mayores perjuicios» a Tamara y a sus familias, no se continúe difundiendo imágenes que puedan afectar a su «derecho a la intimidad» y se dejen de publicar informaciones que están afectando a su privacidad.
Cronología de los hechos
Tamara habría recibido el vídeo de marras a primera hora de la mañana del viernes, apenas unas horas más tarde de que con toda la ilusión del mundo compartiese con sus seguidores la noticia de su compromiso, foto adjunta del pedrusco. En las imágenes, a las que inmediatamente tuvo acceso toda España, Íñigo Onieva aparecía en actitud muy cariñosa con una morena a la que varios medios ya han puesto nombre: Marina, brasileña, modelo y reportera de Fórmula 1.
Él, sin embargo, se apresuró a negar la mayor, desplegando una chusca versión de los hechos: que el clip era de hace tres años y que si aparecía con la misma ropa que había llevado al festival Burning Man, al acudió a principios de este mes, era porque siempre elegía el mismo outfit para todos los festivales. «Tamara Falcó y yo nos vamos a casar, pese a quien le pese».
Resulta que habría una prueba irrefutable que a Íñigo se le escapó: se dice, se comenta, se rumorea que el collar que luce en el vídeo se lo regaló Tamara este mismo año. Todo, a continuación, sucedió muy rápido: la hija de Isabel Preysler borró la foto del anillo y buscó consuelo en su madre, refugiándose en su casa de la urbanización de Puerta de Hierro, en Madrid. Enseguida, Onieva bajó las orejas y desenfundó la bandera blanca.
El domingo a última hora la ruptura ya se daba más que por hecha, a pesar de no haber comunicación oficial al respecto. De hecho, Íñigo y Tamara han dejado de seguirse mutuamente en Instagram.
Lo que opina de los cuernos la marquesa de Griñón no es un secreto. En una ocasión, preguntada si perdonaría una infidelidad, respondió sin pensárselo con una exclamación: «¡¿Estamos locos?!». Pero claro, es que ella, hasta ahora, pondría la mano en el fuego por su Íñigo. No pocas veces ha sostenido que no ve malas intenciones en el comportamiento del chico, de 33 años, amigo de la fiesta nocturna y los planes disfrutones. De hecho, este verano se fue a Ibiza mientras Tamara meditaba en Bosnia. Sus intereses dispares nunca les habían supuesto un problema. Tenían un trato: ella iba a la discoteca si él la acompañaba a misa.