La rotunda reflexión de Silvia Abascal tras la muerte de Verónica Forqué: «Nadie la ha matado, ha sido ella»
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La actriz asegura que vio su paso por «MasterChef» y «no entendía por qué se le permitía participar ni continuar en lamentables y evidente condiciones». La 1 estaría dudando si emitir sus apariciones ya grabadas en varios programas
19 dic 2021 . Actualizado a las 14:03 h.Días después de la muerte de Verónica Forqué, que se suicidó el pasado lunes en su casa de Madrid causando una gran conmoción tanto entre el público como entre compañeros del sector audiovisual, sigue habiendo un fuerte debate sobre su última aparición en MasterChef Celebrity, donde abandonó por decisión propia en la recta final del concurso diciendo que estaba agotada.
«La verdad, estoy regular. Necesito descansar. En la última prueba de cocina por equipos me agoté. Yo no soy de tirar la toalla, Pepe Chef, pero esta vez hay que ser humilde y decir 'no puedo más', tiro un poco el delantal pero un rato», decía en el programa emitido hace unas semanas.
Mientras la productora del programa tuvo que salir al paso esta semana tras las duras críticas recibidas argumentando que fue «feliz» durante las grabaciones, La 1 estaría dudando si emitir las apariciones de Forqué que grabó en MasterChef Junior (que se estrena el próximo lunes) y Maestros de la costura, según El País. Y TVE ha anunciado que someterá a su concurso estrella a una auditoría, pero aseguran que no guarda relación con el caso Forqué.
Tras el multitudinario adiós a la actriz de 66 años, una de las últimas compañeras en hablar públicamente de su fallecimiento ha sido Silvia Abascal, con la que coincidió siendo ella muy joven en Pepa y Pepe. Verónica Forqué interpretaba en la ficción a su madre, en una comedia que emitió La 1 en los años 90. Durante su carrera volvieron a coincidir en otros proyectos, por lo que Abascal llamaba a Forqué «mi mamá de cine». La actriz compartió una reflexión en su cuenta de Instagram sobre cómo había visto a Forqué en MasterChef.
«Nadie ha matado a Vero. Ha sido ella. Su decisión. Necesidad de paz y descanso que vuela respetablemente por encima de nuestro dolor», comienza la actriz. «Ya no hay nada que hacer, la vida continúa y todas esas cosas... lo sé. Pero me gustaría continuarla con reflexión y aprendizaje; con evolución. Yo sí he visto su participación en el programa. No un rato, ni una semana. Muchas. Y con respecto a Vero lo he hecho tapada entre cojines de tristeza y pudor; de incomprensión», prosigue.
«Resignada en el ya está grabado pero sin dejar de plantearme su exposición. No hace falta conocerla desde hace casi treinta años, ni ser un profesional médico para al verla, darse cuenta de que no estaba bien. No entendía por qué se le permitía participar ni continuar en lamentables y evidentes condiciones», afirma. «Ella quería, vale. Pero ante el poder de decisión que se tiene sumergido en el desequilibrio, ¿qué poder de decisión tenemos los demás?», añade.
«Sin entrar en problemas de salud mental. No entendía porqué en ediciones anteriores, salidas o comportamientos infinitamente menos cuestionables fueron 'penalizados' al momento y no en esta ocasión. Tuvo que ser Vero la que dejara su participación por propia voluntad. ¿Le correspondía a ella esta decisión o le correspondía a nosotros? No dejo de preguntármelo», continúa.
«No me convence todo lo que se ha reído y lo que feliz que ha sido durante su participación. Nadie se agota de ser feliz», prosigue Abascal, haciendo clara referencia al comunicado en el que Shine Iberia destacaba que la actriz afirmó «sentirse feliz y agradecida, al igual que lo hizo en los meses posteriores, tanto en público como en privado» tras su paso por MasterChef y que «Verónica decidió tanto comenzar como finalizar su participación en el programa cuando y como lo consideró, contando con nuestro continuo apoyo».
La reflexión de Silvia Abascal sigue asegurando que «a lo largo de su camino, entre muchos viajes a la India y maestros, profundizó en el yoga y la meditación. Luminosidad y espiritualidad fueron dos de sus sellos. ¿Cuál era el sentido de hacer parodia de esto? Tampoco lo entendía. Menos dándose de bruces con el que era su estado actual. He leído comentarios salvajes, despiadados, en las redes y su propio muro. He contenido las ganas de responderlos no por la saludable recomendación de no entrar en ello, sino porque mi respuesta pudiera sumar en ella más dolor. Mientras los leía pensaba en cómo estaría gestionando toda esta virtual lapidación».
«No me atreví a volver a escribirle, desde hacía un tiempo no contestaba mis mensajes. Me duele en los más profundo la idea de que se ha ya ido pensando, sintiendo.. que habiendo sido una de las actrices más queridas, había pasado radicalmente a estar en el lado contrario. El foco no esta en las cara visibles de un programa: compañeros y presentadores. Sino en las invisibles; las cabezas pensantes que lo crean y las que lo consumen. Insisto: yo sí lo vi. Yo sí compartí con muchos amigos y compañeros esta absoluta incomprensión sin despertar del letargo. Sin plantearnos ni por un segundo la posibilidad de que se pudiera frenar. De por lo menos intentarlo. Hoy me pesa y me duele por todas partes», añade.
«La responsabilidad de este horror de desenlace no pasa ni por asomo por un concurso y los comentarios generados. Está claro. Pero igual de claro es, que como profesionales del medio o espectadores... como seres humanos, seamos conscientes, responsables, de que la falta de límites en la exposición y el insulto no ha ayudado ni ayudará nunca en el delicado proceso de un trastorno y su recuperación. Individual y colectivamente: reflexión, autocrítica, aprendizaje. No podemos volver a quedarnos horrorizados de brazos cruzados y en la sombra. No puedo», finaliza.
Los ciudadanos que presenten tendencias suicidas y las personas de su entorno pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112 o contactando con el Teléfono de la Esperanza: 717 00 37 17. También pueden obtener información en www.prevensuic.org, en la asociación para la prevención del suicidio La niña amarilla y en la Fundación Anar, para niños y adolescentes en riesgo (www.anar.org y 900 20 20 10.
Más información en www.lavozdelasalud.es