«Vogue» da el control de su número más relevante a «Queen B» y lleva a portada en Reino Unido a la cantante de Barbados
05 ago 2018 . Actualizado a las 17:27 h.Ni Mario Testino. Ni Patrick Demarchelier, el francés que retrató a la princesa Diana. Ni Annie Leibovitz, autora de la portada del 2017 con Jennifer Lawrence ante la estatua de la Libertad y premio príncipe de Asturias. Este año la portada del número de septiembre de la edición norteamericana de Vogue está en manos de Tyler Mitchell, un joven fotógrafo afroamericano nacido en Atlanta (Georgia) que, pese a su edad, ha desarrollado campañas para Givenchy o Marc Jacobs.
Que Mitchell tenga bajo su foco tanta responsabilidad no es casual. La poderosa cantante Beyoncé, la misma que junto con su marido Jay-Z cerró el museo del Louvre para rodar un vídeo, será la portada del influyente número de septiembre e incluso concederá una entrevista, algo que no había hecho en el 2015, cuando también fue portada de septiembre. Pero ahora parece que Queen B ha puesto sus reglas. Una es el fotógrafo, un joven afroamericano como gesto para reivindicar el papel de esa parte de la población norteamericana en la sociedad.
La cantante ha podido poner cláusulas por su poder para arrastrar multitudes, algo que sabrán aprovechar los responsables del número con la mayor recaudación publicitaria del año. Todas las grandes casas de moda quieren estar ahí presentando sus colecciones porque es la revista de septiembre la encargada de marcar la tendencia de toda la temporada. De ahí su elevado número de páginas.
Y puede que por eso la otra reina, Anna Wintour, parece no haber puesto pegas al deseo de Beyoncé. No solo le ha dejado elegir como fotógrafo a alguien que, pese a haber trabajado para Teen Vogue, probablemente la que es editoria de Vogue desde 1988 no habría escogido. También ha dejado que la cantante mande sobre las fotos del interior e incluso podrá controlar los pies de la imagen, como atestiguan varias fuentes aludidas por la edición norteamericana de The Huffington Post.
Al contrario de lo que pudiera parecer después de los rumores de primavera, Anna Wintour continuará al frente de Vogue y mantendrá su puesto como editora artística de Condé Nast grupo al que pertenece la publicación desde que fue comprada por Condé Montrose Nast a la muerte de Arthur Baldwin Turnure, fundador de la revista en 1892. El consejero delegado del grupo, Bob Sauerberg, avanzó en la cuenta de Twitter de la empresa que la periodista de moda podrá quedarse en el grupo de forma «indefinida», aunque por lo pronto haya dado a Queen B poder para hacer y deshacer en la portada con mayor poder del año.
Resuelta la incógnita sobre el futuro de la editora de moda, queda ahora otra pregunta. ¿Logrará Beyoncé convertirse en la reina de septiembre o lo será Rihanna?. Porque la cantante de Barbados será la portada de Vogue UK, otro gesto parecido al de la elección del fotógrafo Tyler Mitchell. Porque la artista será la primera mujer de color en ser portada de la edición británica de la revista, y que además de ser negro, es una eminencia en el mundo de la moda. De momento, ha logrado que todos hablen ya de las cejas lápiz que lleva Rihanna en una portada con la que ha roto moldes. No es para menos. Detrás de los tocados está la mano del japonés Makoto Azuma, que trabajó, por ejemplo, para algunos estilismos de Dries Van Noten.
El desembarco de Rihanna en la portada de Vogue UK resulta una revolución parecida a la que realizó Anna Wintour en la década de los ochenta, cuando tras llevar únicamente unos meses al frente de la revista logró que Madonna fuera foto de portada. Aquel golpe de efecto le costó escuchar a más de un incrédulo porque hasta entonces aquel era un lugar reservado a modelos. Pero la entonces nueva editora quería dar un giro y acercar la moda a las masas. Parece que lo logró. A ver qué pasa ahora con el golpe de efecto Enninful.