La actriz, vestida por el diseñador de Betanzos, se quedó sin traje momentos antes de salir al escenario a entregar un premio
06 feb 2017 . Actualizado a las 18:55 h.Una gala de los Goya, es para el resto de los mortales, lo más parecido a una boda. Cientos de días y miles de horas de preparativos, pensando qué look elegir, probando unos vestidos y otros, cómo llevar el pelo, que pendientes de coger, de qué color elegir los zapatos... para que todo pase en pocas horas y casi volando.
Lo ideal es que una vez elegido el atuendo a llevar, todo salga a la perfección y además, que los críticos de moda, con los ojos puestos en las mejor y peor vestidas, le den su visto bueno al total look.
Pero a pesar de los preparativos, a veces los planetas se alinean y se conjuran para dar sustos como el que se llevó Paula Echevarría y relata en su blog. La actriz asturiana, conocida entre otros papeles por interpretar a Ana Ribera en Velvet, eligió para su regreso a los premios Goya (hacía dos años que no acudía la entrega de premios) al diseñador betanceiro Jorge Vázquez. «En los últimos años mi relación con Jorge se ha estrechado, he lucido muchos de sus diseños y sabía que me ponía en manos de alguien que ya me conoce bien, sabe lo que me gusta y lo que me favorece, y no me equivoqué», escribe.
Paula Echevarría apareció en la alfrombra roja de los Goya con un espectacular vestido rojo, con sandalias a juego de Lodi. «Creó un diseño en tulle de seda drapeado con base en crepe, manga pegada, escote a la caja y volumen en la espalda, en un rojo coral impresionante inspirado en los años 50.. Una maravilla de vestido que necesitó tan solo 4 pruebas y 10 días para su elaboración», explica la actriz.
El look se completaba con un bolso joya que parecía hecho a medida con los pendientes, de Tous, pero que ella asegura que «fue casualidad». Los dos combinaban el verde y el rojo.
Todo iba a la perfección hasta que, momentos antes de salir al escenario junto al actor Álvaro Cervantes, Paula Echevarría sufrió un percance que ahora, relata en tono de broma, pero que en ese instante no se lo pareció tanto. Al ponerle el micrófono para salir «las chicas de sonido metieron la mano por la espalda para poder pasar el cable del micro y….. ¡¡¡La cremallera se abrió de arriba a abajo!!!!!», explica.
«Las cremalleras invisibles ya sabéis lo delicadas que son ¡y si encima van puestas en tul de seda más aún! ¡No os podéis imaginar el caos que se formó allí en un momento! Mi querida Paz Vega que entregaba el premio después que yo y estaba allí se portó como una campeona, junto con las chicas de vestuario de la gala intentaron por todos los medios arreglarlo pero cuando te dicen '20 segundos y sales al escenario' poco se podía hacer! Así que entre todas me cogieron el vestido como pudieron con 4 imperdibles y sin darme cuenta estaba saliendo del brazo de Álvaro Cervantes por las escaleras del escenario. ¡Álvaro un sol! Tapándome la 'avería' con la mano como podía cuando tocó dar la espalda al público ¡y ni se notó!, confiesa.