La empresa asturiana Cryosphera ha desarrollado sistemas punteros y sostenibles para la industria agroalimentaria
27 may 2020 . Actualizado a las 18:12 h.Producir frío, y hacerlo a a una escala industrial, tiene un efecto también en el cambio climático, con un peso a escala planetaria en el calentamiento global. Atenuarlo y además hacerlo con una reducción significativa de coste, es el principal interés de la empresa asturiana Cryosphera, enfocada al sector agroalimentario con algunas de las técnicas más punteras y avanzadas en el sector.
«La idea principal y el compromiso de la empresa es combatir el cambio climático. Se habla mucho del diésel y de los coches pero lo que más calienta el planeta son las industrias y los sistemas de refrigeración eficientes tienen un impacto directo en esa lucha», explica el responsable de comunicación de Cryosphera, Miguel Peláez.
La refrigeración es necesaria en muchos sectores pero es singularmente precisa en el de la industria agroalimentaria, en secaderos de jamón y embutidos, que en España cuanta con naves capaces de albergar productos por millones y para los que Cryosphera ha desarrollado soluciones eficaces tanto en el aspecto ambiental como el de inversión. «Utilizamos unos refrigerantes que no calientan el planeta. Normalmente en la refrigeración industrial se utilizan gases fluorados que contribuyen a ese calentamiento y, en consecuencia, se están limitando mucho a nivel legislativo en todos los países. Pero nosotros hemos diseñado un sistema que utiliza refrigerantes naturales como el amoniaco y el CO2», apuntó Peláez quien añadió que «nuestro lema es refrigeración sostenible para una industria 4.0».
La actividad de la empresa tiene dos líneas fundamentales, la dirigida al sector agroalimentario y otra enfocada en la producción de hielo. «Para fabricar el hielo la eficiencia energética es fundamental y si tu tienes un sistema que no es eficiente te cuesta mucha dinero», destacó el responsable de la compañía, quien apuntó que «nuestro sistema ahorra muchos costes de energía, una fábrica de hielo puede gastarse hasta un millón y medio de euros al año en electricidad y con nuestro sistema ahorras 300.000 euros al año».
Los orígenes de la empresa se hallan en la larga experiencia de uno de sus socios fundadores, Desiderio Rubio, con más de 25 años de experiencia como ingeniero en la principal multinacional del sector de la refrigeración y que en 2017 decidió apostar por desarrollar sus propias innovaciones, más sostenibles que las disponibles en el mercado. Junto a él se encuentra, Javier Martínez Lahuerta quien, según destacó la empresa, complementa las labores de investigación, desarrollo y coordinación del CEO con un trabajo comercial y de campo fundamental para el crecimiento de la compañía desde su delegación en Teruel. La capital aragonesa es precisamente, junto a provincias como Salamanca, de Andalucía y Extremadura, el ámbito de crecimiento que se ha marcado Cryosphera en su horizonnte a medio plazo por el relevante peso del sector agroalimentario en esas comunidades.
En los dos años de existencia de la empresa, la compañía ha crecido hasta emplear a 15 trabajadores y mover un relevante volumen de facturación, de hasta cinco millones de euros, dada la magnitud de varios de los proyectos que ha emprendido. «La visión de la empresa es global, tenemos proyectos en Valencia, Salamanca, Teruel, también en Bélgica, en Italia, la ambición de la empresa es internacional, no es importante dónde tengas la sede central mientras tengas la capacidad para actuar a nivel global», resaltó Peláez.
Para todo ello, ha sido especialmente relevante el apoyo del IDEPA y su red de ayudas. Además de mediante fondos propios, desde su fundación la inversión en I+D+i se financia gracias a un préstamo participativo de la Sociedad Regional de Promoción (SRP) por valor de 200.000 euros, y un crédito bancario de 100.000 euros con aval de la Sociedad Asturiana de Garantía Recíproca (ASTURGAR).
«Básicamente sería imporante transmitir la idea de que el IDEPA funciona muy bien sobre todo para empresas de este estilo», destacó Peláez ya que se trata de compañías a las «nos encargan proyectos de 2 millones de euros y necesitas dinero para ejecutarlo y que alguien te lo preste con el proyecto empresarial solamente es algo muy valioso».