La innovación magnética asturiana que permite un control alimentario rápido y eficaz
OFRECIDO POR FICYTIN ASTURIAS
Gracias a un sensor al que han bautizado como FIELDS es posible avanzar en la detección temprana de patógenos y biomarcadores mediante tecnología innovadora
04 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La salud y la seguridad alimentaria han encontrado un nuevo aliado en FIELDS, un sensor desarrollado por el grupo de investigación MAGNES (Magnetismo para Salud y Medio Ambiente) de la Universidad de Oviedo. Este dispositivo, fruto de la colaboración multidisciplinar y financiado inicialmente por la Fundación para el Fomento de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología de Asturias (FICYT), permite la detección rápida, portátil y económica de virus, bacterias, alérgenos y otros biomarcadores, marcando un antes y un después en la lucha contra enfermedades y contaminación alimentaria.
Una tecnología con visión interdisciplinar
El sensor FIELDS utiliza nanopartículas superparamagnéticas y mide su reacción ante campos electromagnéticos de frecuencia ultraalta. Este enfoque permite detectar indirectamente moléculas biológicas en muestras como saliva, orina o alimentos. Como explica Montserrat Rivas, Profesora Titular del Departamento de Física de la Universidad de Oviedo y coordinadora de MAGNES, «el sensor se basa en unir estas partículas a las moléculas de interés; al detectar las partículas, detectamos las moléculas de forma indirecta».
La tecnología detrás de FIELDS no solo es innovadora, sino también fruto de una inspiración inusual: la tecnología 5G y las comunicaciones espaciales de la NASA. Esta combinación permitió diseñar un sensor que concentra campos electromagnéticos para amplificar las señales de las partículas unidas a las biomoléculas, mejorando su sensibilidad y precisión.
Aplicaciones para una salud alimentaria más segura
El impacto potencial de FIELDS es amplio. En el ámbito alimentario, por ejemplo, el sensor puede detectar bacterias como la salmonella en el pollo crudo, así como alérgenos como la ovalbúmina en alimentos elaborados, protegiendo a personas con alergias graves. Según Rivas, «la colaboración con biólogos moleculares e inmunólogos es clave para adaptar el sensor a las necesidades específicas de detección en este y otros campos».
En el ámbito clínico, FIELDS tiene capacidad para detectar biomarcadores asociados a enfermedades, como las proteínas S o M del SARS-CoV-2. Su diseño portátil y de bajo coste permite su uso en entornos variados, desde hospitales hasta zonas rurales, favoreciendo diagnósticos más accesibles.
Un esfuerzo conjunto entre ciencia y empresa
El desarrollo de FIELDS ha sido posible gracias a la colaboración entre el grupo MAGNES, hospitales como el HUCA y el Clínico de Santiago, y empresas como la Red Táctica de Gijón y NanoGap, dedicada a la producción de nanopartículas. Esta sinergia entre investigación pública y privada ha permitido superar retos técnicos y financieros, llevando el sensor desde un concepto inicial hasta un prototipo funcional.
Montserrat Rivas destaca el papel de FICYT en este proceso: «Nos dio un buen impulso en la fase de producir un prototipo para demostrar la viabilidad de la idea. La colaboración público-privada nos ha aportado motivación, definición de objetivos y una perspectiva de mercado que no suele ser la especialidad de los científicos».
Un futuro prometedor
FIELDS no es solo un sensor, sino un símbolo del potencial de la investigación multidisciplinar y la colaboración. En un mundo donde la detección temprana puede marcar la diferencia entre la contención de un brote y una crisis sanitaria, tecnologías como esta representan una herramienta indispensable.
Desde los verdes campos asturianos hasta el futuro de la salud global, FIELDS abre nuevas posibilidades para un mundo más seguro y saludable.