Susto en Gijón por un Mini en llamas en el garaje de un gimnasio: «¡Casi me quedo también sin coche!»
GIJÓN
Los hechos tuvieron lugar en torno a las 17.00 horas, cuando el equipo del centro deportivo desalojó a los usuarios. «Dentro hacía mucho calor y la verdad es que lo pasé mal», relata una de las personas que estaba en esos momentos en el edificio
20 feb 2025 . Actualizado a las 18:28 h.Los vecinos de las calles El Entrego y Carlos Marx de Gijón se han llevado en la tarde de este jueves un buen susto. Alrededor de las 17.00 horas un coche estacionado en el garaje de un gimnasio ubicado en esta zona comenzó a arder.
De inmediato sonó la alarma y se desalojaron las instalaciones. Usuarios del centro deportivo explican que oyeron varias explosiones y llegaron a ver el humo. «Casi me quedo también sin coche, menos mal que entré», explica una de las personas que se encontraba en esos momentos en el gimnasio. Este usuario reconoce que salió contrariado de la sala, ya que pensó «que se trataba de un simulacro».
«Tenía poco tiempo y mucho trabajo, por lo que no quería marchar, pensando que era un simulacro», explica este usuario. «Entonces empezamos a oler a quemado y ya vimos que algo pasaba», afirma. El vehículo siniestrado estaba «a ocho metros» del suyo. El susto de verdad se lo llevó cuando se percató que el vehículo que estaba siendo devorado por las llamas «era uno cercano» al suyo.
Reconoce que, al intentar sacar su vehículo «dentro hacía mucho calor y la verdad es que lo pasé mal». Por suerte, los bomberos desplazados al lugar del incendio «lo apagaron al momento». Este usuario resalta que «el incendio se originó en un mini, metió un pepinazo y luego ardió una moto». En este sentido, comenta que el dueño del vehículo que se incendió «acababa de llegar al gimnasio y estaba hablando con nosotros».
«Entonces, cuando lo vió, dijo "¡Meca, si es mi coche el que está ardiendo!"». Este testigo no duda en felicitar a los bomberos y Policía Local desplazados a la zona y, especialmente, a los profesionales del gimnasio por la celeridad con la que desalojaron el centro.