Más de 40 años de legado musical: la sala Tizón continúa haciendo vibrar la noche en Gijón
GIJÓN
Comenzó siendo una sala de baile pero, casi medio siglo después, este local se ha convertido en un referente de la música rock y las actuaciones en directo en la ciudad
06 dic 2024 . Actualizado a las 11:20 h.La música continúa haciendo vibrar la noche gijonesa. A pesar del cierre de algunas salas de música de la ciudad, todavía hay una que mantiene el legado de la música en directo en Gijón. La sala Tizón lleva más de 40 años acogiendo a músicos y bandas entre sus cuatro paredes.
El Tizón abrió sus puertas en 1976 de la mano de Pepe Tizón, quien aún hoy se mantiene al frente del establecimiento, y con el paso de los años se ha convertido en uno de los locales más míticos y con mayor trayectoria de la noche gijonesa. Comenzó siendo una sala de baile y de fiestas de referencia en la ciudad aunque con el tiempo ha evolucionado hasta convertirse en uno de los locales de conciertos más longevos de Gijón. «Por aquí ha pasado mucha gente desde su inauguración. Hoy en día todavía pasa gente por delante y te cuenta sus batallitas de los años 80», comenta Dani, uno de los responsables de la sala.
«Todo el mundo que pasaba por aquí entraba, era el bar de moda». En un Gijón en el que aún no existía Fomento como zona de fiesta o la Ruta de los Vinos, la Sala Tizón se había convertido en lugar de referencia. A lo largo de su historia, el Tizón ha pasado por varias transiciones y transformaciones. «En los años 80 era una sala de fiestas y en años posteriores se convirtió en un reducto para otro tipo de gente que se movían por ambientes diferentes a lo comercial y a lo mainstream».
Aunque por el escenario de la sala Tizón han pasado todo tipo de bandas y de músicos, el rock se ha mantenido como una matriz común a lo largo de los años. «Hubo una época en la que se estuvieron haciendo conciertos de heavy metal. De hecho durante todas las épocas posteriores, aquellas con más afluencia de público o menos, con conciertos o sin ellos, el Tizón se mantiene como un referente del rock». Es por ello que Daniel describe al propio Pepe Tizón como un «viejo rockero con hebilla del escudo de los Rolling Stones y con anillo de calavera, con casi 70 años».
Con el paso de los años el rock, explica Daniel, ha pasado de ser una música de referencia a un estilo musical más alternativo, un cambio que ha ido inevitablemente de la mano con la evolución de este bar gijonés. «Según fueron cambiando los tiempos, la gente fue prefiriendo otro tipo de música».
A lo largo de su historia, han pasado por su escenario grandes músicos. Al preguntar a Daniel qué artistas han dejado huella en el legado de la sala, no ha dudado en hablar de Tommy Stinson, quien fue guitarrista de los Guns N´Roses durante 15 años y quien actuó durante un concierto acústico en una de las ediciones del Gijón Sound. «Para mi fue muy impactante pensar que él había estado en el backstage del Santiago Bernabéu y ahora estaba en el almacén del Tizón». No se ha olvidado de mencionar tampoco a Fernando Alfaro, líder de los Surfin' Bichos, «un referente de la música independiente en España que también dio un concierto en acústico en el local».
La sala ha servido además como una zona de impulso para las bandas locales. El Tizón no solo se enfoca en el público sino también en los propios grupos, «es en gran medida lo que a ellos les motiva a seguir. Saber que hay un espacio en el que puedan tocar y presentar a la gente su música». Por todo ello, este local no se relega a ser una simple sala de conciertos, su importancia en la ciudad trasciende más allá del entretenimiento y el ocio nocturno. Se trata de un local con un bagaje cultural inigualable que «semana tras semana llena de vida la ciudad».
En la actualidad, la Sala Tizón se encuentra sumergida en un nuevo proyecto que tiene como objetivo principal ofrecer música underground, aunque, según señala Daniel, «el espectro de gente que está dentro de este concepto es tan variado que no tenemos un único tipo de público. Seguimos hablando de rock y seguimos hablando de una forma clásica, sin embargo, de un día para otro la edad media del público de nuestro conciertos cambia casi en 30 años».