María José Casado, autora de «El Tren de los Sueños»: «La necesidad de emigrar es un fenómeno afín a todos los estratos sociales»
GIJÓN
El Centro de Cultura Antiguo Instituto acogerá la presentación de la novela el próximo 17 de septiembre
16 sep 2024 . Actualizado a las 09:37 h.María José Casado, maestra y profesora gijonesa, presentará su primer libro, El Tren de los Sueños, el próximo martes 17 de septiembre en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. La novela, ambientada en la Asturias de 1930, refleja el paralelismo de los movimientos migratorios entre la época actual y el siglo XX, los cuales «no entienden de clases sociales» según la autora. Además, en el escrito se destaca la importancia de la educación como medio de libertad.
La primera tirada de libro, de edición limitada, se encuentra ya disponible en dos librerías gijonesas, Emérita y La Buena Letra. Tras la presentación, se procederá a una sesión de venta y firma de ejemplares por parte de la autora.
— En tu día a día, trabajabas como profesora y maestra, ¿cómo pasas de la docencia al mundo de la literatura?
—Soy profesora de vocación y escritora por afición. El proceso fue siempre de la mano. Escribo desde que era una niña, como manera de expresar todas esas inquietudes y pensamientos que muchas veces no tienes oportunidad de comunicar, no porque tenga nada de malo, sino porque no tienes interlocutor con quien intercambiarlos. Escribía el típico diario de cuando eres una niña y los típicos poemas cuando era adolescente. El proceso de escribir es algo anejo a mi persona, es mi manera de expresarme, como quien sabe pintar y se expresan a través de los pinceles, yo me expreso a través de la pluma.
Soy profesora porque siempre me gustó mucho la labor de ayudar, esa labor social. Y siempre creí que la mejor manera que teníamos las chicas de adquirir una valía personal y de que se nos respetara como personas, independientemente de nuestro género, era a través de la formación y la educación y de tener un currículo educativo competente. Era una manera de hacernos un hueco en la sociedad y un medio de independencia.
Siempre pensé que yo podía ser partícipe de eso. Empecé estudiando la carrera de magisterio por educación primaria porque me permitía un abanico más de edades. Una vez que ya tenía la carrera, me di cuenta de que mis intereses iban más allá y que había muchísimas necesidades dentro de la educación, porque cada niño y cada perfil es un mundo. Entonces, me fui especializando en el tratamiento de la diversidad, hasta llegar al ámbito universitario. Ahora, ejerzo como profesora asociada a la Universidad Internacional de La Rioja, porque creo que los futuros profesionales de la educación van a tener en sus manos a los futuros profesionales de este país y de la sociedad que viene. Esas personas necesitan también de la experiencia que podemos aportar los que ya pasamos por ahí. Por eso, nunca me he desenganchado del todo de mi rol de maestra.
—¿Cómo fue el proceso de creación del libro?
—El proyecto estuvo parado en un cajón sin darle forma por falta de tiempo. Realmente, había creado unos personajes partiendo del fenómeno de los movimientos migratorios tal y como yo los veía. Empecé a ver un paralelismo entre la época actual y todos aquellos movimientos migratorios que hubo al principio del siglo XX en Asturias. Luego, me di cuenta de que eran cíclicos y que se fueron repitiendo a lo largo de los años.
A principios de este año, esas notas llegaron a manos de mi editor Alberto Guillén. Las leyó y me dijo que podía ser interesante compartirlo y me preguntó si podía sacar una novela y un argumento. Fue entonces cuando, motivada por él, me puse manos a la obra. Me puse a hilar todos esos pensamientos y paralelismos. Y así se gestó El Tren de los Sueños y salieron del cajón las notas y los personajes que yo tenía.
—¿Por qué El Tren de los Sueños?
El tren es lo que comunica Asturias con las afueras. Somos una comunidad autónoma que históricamente, por la cordillera Cantábrica, estábamos muy aislados de las ciudades centrales de España. La única salida era o en tren o por el mar. Además, en el tren se marchan los protagonistas.
El tren junto con la maleta son el símbolo de esos movimientos migratorios: el tren los conduce hacia una vida mejor y en la maleta llevan su vida y sus raíces.
Además, en primer lugar nace Mario, un niño soñador que por el verano tenía que subir al monte con las ovejas. Te lo puedes imaginar, un niño en el monte con un rebaño de ovejas con el cielo arriba y la tierra abajo solamente tenía su imaginación y lo único que veía era pasar el tren. En su imaginación, Mario soñaba con que un día él se subiría a ese tren y volvería como esos indianos con los bolsillos cargados de dinero, con ropa nueva y cosas para su casa.
—Mario y Rosalía son los dos grandes protagonistas de tu novela. ¿Nos los podrías presentar brevemente?
—El Tren de Los Sueños habla de Mario, un joven de origen humilde que nace en un pueblo del concejo de Mieres. Proviene de una familia que se dedica a la agricultura y la ganadería, pero como el mundo rural, por desgracia, siempre ha sido el gran olvidado y en aquella época, digamos, que con mayor motivo, en su casa iban a completar las actividades con la mina, con la dureza que eso conllevaba.
Mario no quiere seguir esos pasos, porque además él no es el mayor, el mayor es su hermano Tonín, que es quien se va a quedar con el mayorazgo. Mario quiere buscar algo mejor para él y para su familia. Desde muy niños había oído a los indianos contar historias de otras ciudades y se marcha a Madrid. Allí, en una ciudad que él ve llena de oportunidades, se encuentra muchísimos inconvenientes porque, por los momentos en los que vive, Madrid es un sitio muy convulso. Ahí empiezan un poco las peripecias de Mario.
El otro gran personaje es Rosalía. Rosalía es la amiga de la infancia de Mario y su compañera de juegos. Es una niña que sufre maltrato familiar. Rosalía se marcha a Madrid de la mano de otra gran amiga, María, pero ella en busca de una mejora a través del estudio. María se marcha a estudiar medicina haciéndose paso en una profesión eminentemente masculina.
Los personajes van viviendo situaciones diversas que los llevan también fuera de España. La novela empieza en Asturias y transcurre en Madrid, pero también aparecen otros escenarios como París o incluso México.
—Según comentas, los movimientos migratorios son el hilo conductor principal de la novela. ¿Cómo impulsa esto a cada uno de los personajes?
—Sí, la necesidad de emigrar es un fenómeno afín a todas los estratos sociales en busca de una mejora. Mario y Rosalía se ven obligados a partir por la situación que tienen en casa: falta de dinero, malos tratos y falta de educación. María, que pertenece a las clases liberales, es la hija del maestro, se marcha para acceder a la educación. Ángel el hijo de los dueños de la mina se marcha porque sus ideas son demasiado avanzadas en su casa y no caes bien.
—El Principado cumple un papel fundamental en la novela, concretamente, la obra se sitúa en la Asturias del siglo XX. ¿Cómo fue el proceso de documentación para poder reflejar de manera rigurosa esa época?
—Sí, la novela comienza y termina en Asturias. Detrás de El Tren de los Sueños hay una documentación histórica y un trabajo de investigación importante. No es mi campo de acción, no soy historiadora y no pretendo que sea un libro de historia, pero sí he querido ser honesta y retratar una realidad que se ciña a los hechos veraces.
—En cuanto a la presentación del próximo 17 de septiembre, ¿cómo asumes la oportunidad de presentar tu libro por primera vez en tu tierra natal?
—Siempre tuve claro que quería apostar el talento asturiano, por ejemplo, la portada está diseñada por Moncho (Ramón Díaz). También quería que las primeras ediciones de mi libro, que son una tirada limitada, salieran aquí en Asturias, más concretamente en Gijón. Por un lado, porque Asturias es el núcleo fundamental del libro y, por otro, porque es mi tierra. El hecho de que la Concejalía de Cultura me atendiera y me tendiera la mano y presentar mi primer libro en Gijón es un sueño para mí.