El equipo realizará entrenamientos abiertos durante el mes de agosto los miércoles a las 19.00 horas en la playa de Poniente
06 ago 2024 . Actualizado a las 09:29 h.Deporte e inclusión convergen perfectamente en este equipo de rugbi gijonés. Enmarcado en las actividades del Gijón Rugby Club, este equipo de rugbi inclusivo da cabida a todo tipo de perfiles. El compañerismo y la empatía, sin dejar de lado la deportividad, son los pilares fundamentales en los que se sustenta este equipo gijonés. Al comienzo de su tercera temporada, Gijón Rugby Inclusivo cuenta ya con una veintena de participantes, aunque su objetivo es continuar aumentando el equipo
Hace ya tres temporadas que el Gijón Rugby tomó la decisión de ampliar sus horizontes como club deportivo con la creación del equipo de Gijón Rugby Inclusivo. Al frente de la nueva categoría se encuentra Raquel Meléndez, graduada en educación especial y educación física, cuenta con el título de entrenadora de la Federación en rugbi inclusivo. La joven entrenadora junto con la ayuda de otros entrenadores federados y el aporte de los voluntarios consiguen sacar el equipo adelante.
La creación de esta nueva categoría del club surgió «en los propios torneos. Veíamos que en algunos había esta categoría y decidimos empezar a ir a colegios de educación especial y centros de discapacidad para promover este deporte. Comenzamos llevando algo de material y realizando algunas sesiones. Después, empezamos a invitarles a participar en algunos torneos. A partir de ahí, empezamos a crear el equipo. En el momento en que tuvimos fechas establecidas de entrenamientos y empezamos a tener algo más de estabilidad, continuamos yendo a los colegios a presentar el deporte, pero, esta vez, con una base más formada», explica Meléndez.
El equipo da cabida a todo tipo de perfiles, «es una categoría abierta». Entre sus miembros se encuentran dos tipos de participantes: los dinamizadores y los jugadores. Los dinamizadores son aquellas personas que, junto a Raquel, ayudan a poner en marcha el equipo. Entre ellos, se encuentran jugadores de categorías sénior, masculino y femenino, madres y padres de niños de otras categorías, familiares del propio equipo y deportistas de categorías inferiores, a partir de los 14 años. En cuanto a los jugadores, los perfiles también son variados. «Este año teníamos fichas de 10 jugadores que cuentan con discapacidad intelectual, alta discapacidad o discapacidad leve», explica Raquel.
Sentimiento de cohesión y de pertenencia
El Gijón Rugby Inclusivo no solo es equipo deportivo, el trabajo de la autoestima es uno de los aspectos más importantes para Meléndez. «Evidentemente, para ellos supone una parte de acondicionamiento físico y un aprendizaje de la parte táctica, pero practicar un deporte al aire libre, en grupo y con las características que tenemos, crea un ambiente perfecto para trabajar también el compañerismo, la solidaridad y el respeto. Más allá del deporte y de que liberen endorfinas, intentamos que todo el mundo tenga cabida y salga reconfortado. Este es nuestro trabajo más importante, tanto en los entrenamientos, como en los partidos».
Además, el equipo trabaja en el desarrollo emocional para los jugadores. Desde Gijón Rugby Inclusivo pretenden fomentar el sentimiento de cohesión y de pertenencia, tanto al equipo como al club. «El encuentro no solo es entre los jugadores, también es de los familiares que están en el banquillo y de aquellos dinamizadores que pueden venir cuando no trabajan o en su tiempo libre».
Este mes de agosto, el equipo comenzó los entrenamientos de su tercera temporada. Durante el período estival, los miembros de la categoría de rugby inclusivo se reunirán los miércoles a las 19.00 horas en la playa de Poniente. Tras el comienzo del curso, los entrenamientos continuarán siendo semanales y tendrán lugar en el campo de rugby de La Laboral. Desde la organización se encargan de que tanto los entrenamientos, como los partidos, cuenten con una gran carga lúdica, «sobre todo intentamos que sean actividades adaptables a todos los perfiles que podamos encontrar».
A diferencia de en el deporte convencional, en el rugby inclusivo, los puntos no cuentan, «no son partidos competitivos». Los enfrentamientos se disputan generalmente contra equipos locales y regionales, aunque los jugadores también han tenido alguna ocasión de mostrar sus habilidades deportivas fuera de Asturias. Durante el desarrollo de los partidos, «intentamos que todo el mundo tenga una participación clave, ya sea marcando, pateando, pasando o placando en todos los partidos y en la mayoría de las fases del juego», explica Raquel.
Aunque ya cuenta con una gran participación, Raquel no pierde la oportunidad de hacer un llamamiento a todo aquel que lo quiera probar, «hasta aquellos a quien no les guste el rugby, les recomiendo que lo prueben, quizá esta mirada diferente del deporte les resulta más interesante. No hay ningún requisito, de una forma o de otra, se puede participar». Además, recuerda a los interesados que la participación en los entrenamientos es gratuita y que el único coste al que se debería hacer frente es la inscripción en la federación, necesaria para competir.