Antonio García, cantante de Arde Bogotá: «Gijón es como la Cartagena del norte; tiene algo que me encanta»
GIJÓN
«Trabajar con Bunbury ha sido maravilloso, nos ha dado un regalo», celebra el vocalista de la banda, que este fin de semana toca en el Recinto Ferial Luis Adaro
12 abr 2024 . Actualizado a las 10:43 h.El cantante de Arde Bogotá, Antonio García, afirma que trabajar con Enrique Bunbury «ha sido maravilloso, nos ha dado un regalo», en referencia a la colaboración del que fue líder de Héroes del Silencio en la nueva versión de «La Salvación», uno de los trabajos más populares de la banda de Cartagena. De este y otros asuntos García ha hablado en una entrevista a Europa Press un día antes de actuar en la tercera edición de Vibra Mahou Fest en Gijón, una de las programaciones más potentes de la plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas y con la que promueven los encuentros en torno al directo. Tras recibir varios reconocimientos con «La Noche», su primer album, Antonio, Dani, Jota y Pepe están inmersos en la gira con «Cowboys de la A3», su segundo trabajo, que cuenta las historias de un viaje, el que les lleva y trae por la carretera de Cartagena al resto de España para hacer rock&roll, y con el que consiguieron, en tan solo seis meses, su primer Disco de Oro.
—¿Alguna vez se imaginaron estar donde están, llegar donde han llegado?
—Sí, pero en nuestros sueños más locos. O sea, cuando uno imagina cosas absolutamente delirantes, que no podrían pasar, y sin embargo nos han pasado.
—Un Disco de Oro, el Premio Ondas al Fenómeno Musical del Año, dos nominaciones a los Grammy Latinos... ¿Se siente vértigo?
—En algunas ocasiones, sí. Luego te pones a currar y a hacer lo que te gusta y se te pasa. Pero al final el vértigo es la sensación esa que te da cuando estás muy arriba y a la banda le ha ido muy bien, y sentimos que las cosas han subido mucho y eso, claro, aumenta la distancia con el suelo.
—Se acaba de anunciar que el 19 de abril les entregarán el Premio de la Cultura de Cartagena en la categoría de Música. ¿Sabe mejor en casa?
—Sí, supongo que sí. Yo creo que lo que tiene de especial es la familiaridad en torno a todo. La verdad es que este año hemos tenido la suerte de empezar a coger algo de experiencia en el sarao de los premios y para nosotros, al principio, ha sido como algo extraño, porque nunca habíamos estado en una entrega de premios o hemos empezado muy recientemente. En casa tiene ese aliciente de que ¡puede ir tu madre! ¡Es bonito porque lo compartes! Tiene el significado maravilloso del reconocimiento pero también el aderezo súper guay de que sea en tu casa y en el lugar donde tienes tus memorias.
—¿Les da la sensación de que han llegado en el momento justo para ocupar el hueco que, por ejemplo, ha dejado Izal?
—No, creo que no. La verdad es que nunca he compartido del todo esa visión de la música. No me gusta solo una banda y si quiero ver a una concreta no lo hago en perjuicio de otra. Me gusta pensar que nuestra música, si le ha gustado al público y hay ahí gente apoyándola. Me hubiera gustado igual si la hubiésemos sacado a la vez que cuando Izal sacó el 'Copacabana' o en cualquier otro momento; que la valía de lo que hacemos reside en nuestras canciones y que hubieran gustado independientemente de cuando hubieran llegado, siempre habiendo tenido la suerte hemos tenido de que se difunda lo que hacemos.
—¿Qué les dirían ahora a los que os llamaban los «Viva Suecia de Hacendado»?
—(Ríe) ¡Pues que muchas gracias! Viva Suecia es una banda que nos encanta y de la que evidentemente hemos aprendido muchísimas cosas. Negarlo sería mentir. Éramos unos chavales y veíamos a 'los Viva' hacer cosas magníficas, íbamos a verlos y era increíble. Yo creo que, además, en nuestras primeras canciones están muy presentes. Y Hacendado es una marca maravillosa, que muchísima gente compra en Mercadona y compra sus productos y los disfruta. Así que no me puedo tomar como algo peyorativo. Cuando cualquier artista arranca, sus influencias están más marcadas. Y conforme se va desarrollando, descubre y se descubre a sí mismo, se vuelve más valiente. Me gusta pensar que en ese camino se vuelve más genuino.
—¿Qué bandas o artistas le han marcado? ¿Quiénes son o han sido sus referentes?
—Los Viva Suecia, Los Second, Bunbury y más en general los Héroes del Silencio, y luego los Foo Fighters, los Arctic Monkeys, los Queens of the Stone Age, son las bandas que tenemos como referente los cuatro, a nivel compartido. Luego según qué momentos, o en qué canciones que hemos publicado hasta ahora es muy evidente la influencia que su música ha tenido en la nuestra.
—¿Cómo definirían su música?
—Yo suelo decir que más que a la música que hacemos, me gusta definir a la banda como una banda de rock, porque aunque es un término general tiene ciertos matices que todo el mundo entiende y que hacen que sepas lo que te vas a encontrar. Aunque luego todos tenemos referentes muy diferentes de los Led Zeppelin a los Black Sabbath o a Metallica o a cosas más suaves, como U2, que digamos no es tan pesada como las anteriores y sin embargo todo el mundo afirma que es una banda de rock. La música como tal, no me atrevo tanto a definirla. Hacemos lo que hace una banda de rock, pero dentro de eso tiene muchos matices, porque la verdad estoy muy orgulloso de que tengamos en el repertorio canciones como 'Los Perros' o 'Veneno' y luego otras como 'Cowboys', como que tienen sus distancias pero lo podemos hacer porque entra dentro de lo que uno entiende como banda de rock.
—Aunque están volcados con el último disco, ¿Tienen ya acordes, letras, ideas en la cabeza? ¿La máquina para alguna vez?
—¡De eso hay todo el tiempo! Hemos podido juntarnos a hacer canciones y ver que todo sigue en su sitio. Todavía estamos produciendo cosas que nos gustan pero es verdad que girar el disco de 'Cowboys' absorbe el 90% de nuestro tiempo y el otro 10% hay que intentar descansar y luego hacer otras cosas. Para el tema de publicar más canciones, o de la producción vamos con calma que también es lo que nos pide el cuerpo. Hablábamos precisamente de que también hay que disfrutar, que el proyecto ha ido tan rápido que a veces tienes la sensación de ir corriendo y detrás de lo que nos pasaba, y hay que recordárselo continuamente.
—Gijón es uno de sus destinos favoritos, así que supongo que estará contento de poder volver para actuar en Vibra Mahou Fest. ¿Qué es lo que más le apetece?
—Me apetece además del concierto tomarme una cerveza en Cimadevilla. ¡Me gusta Gijón! Es como una Cartagena a la inversa, una Cartagena en el norte, me da esa impresión. Tiene como rasgos de como se plantea y disfruta la ciudad que me recuerda a la mía. He estado varias veces, no solo tocando. Y me gusta, tiene algo que me encanta. Como este fin de semana solo hacemos un concierto, pues no tengo la presión de después del concierto me tengo que cuidar, que mañana tengo otro y eso me da pie a que me pueda acercar al centro, a la orilla del mar me siento guay en Gijón.
—Se acaba de conocer la colaboración con Enrique (Bunbury). ¿Cómo ha sido trabajar con él, que es un mito de la música? ¿Y por qué han elegido «La Salvación» para cantar juntos?
—La verdad es que trabajar con él ha sido maravilloso porque confió plenamente en nuestro criterio para la versión de la canción, para tratarla sin tener por qué ni conocernos tanto. Ha sido un privilegio, nos ha dado un regalo. Elegimos «La Salvación» porque fue como evidente para todos que si queríamos pedir el deseo de que Enrique cantara en una canción, tenía que ser en esta. Ahí es donde él todavía podría aportar algo que no tuviera, como darle otro color ni mejor ni peor, otro color. Igual si le hubiéramos pedido en otro tema del disco, quizá no hubiera brillado su voz como siento que brilla aquí. No se hubiese generado algo que creo que tiene sentido publicar, como es esta versión.