Desde la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV) explican que «el carbón está prendiendo a 200 o 300 metros» de los tanques que almacenan el gas, con capacidad para 300.000 metros cúbicos
29 feb 2024 . Actualizado a las 17:40 h.La regasificadora de El Musel es una de las fuentes informativas que, para bien o para mal, nunca dejan de estar de actualidad en Gijón. En este caso los vecinos vuelven a denunciar la, a su juicio, falta de seguridad en torno a sus instalaciones.
En agosto del pasado año la regasificadora de El Musel recibía su primer barco comercial, el «Gaslog Warsaw», de 180.000 metros cúbicos de capacidad, tras entrar en servicio a finales de julio de ese mismo ejercicio.
Recientemente Enagás anunciaba ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid su oposición a la demanda presentada por Ecologistas en Acción para anular la autorización que el Gobierno concedió al equipamiento hace dos años y, asimismo, su inclusión en la planificación energética nacional en 2005 y 2008, un acuerdo instrumental en la construcción de la planta.
El equipamiento tiene capacidad para 300.000 metros cúbicos en dos tanques de almacenamiento. Su construcción fue paralizada en 2012 por orden judicial, pero el conflicto bélico en Ucrania ha otorgado un carácter estratégico a la misma a la hora de asegurar el suministro energético en Europa.
En este escenario, acercando la lupa a la cotidianeidad municipal, desde la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV) denuncian la peligrosa cercanía de pilas de carbón ardiendo a los tanques de almacenaje. José Luis Rodríguez Peón, representante de la Asociación de Vecinos Santa Cruz de Jove y responsable de medioambiente de la FAV, ha destacado que se trata de «un problema que se viene denunciando ya desde hace bastante tiempo».
Cree que, «más allá del hecho de poner en marcha a una regasificadora que fue declarada ilegal» en su momento, se trata de «un peligro para los que están cerca de ella». Insiste en que al tránsito de «metaneros, que ya de por sí son barcos muy peligrosos por la propia la mercancía que llevan», se une «la preocupación con la que nos encontramos ahora, que es el carbón que está prendiendo a 200 o 300 metros».
Considera que es «increíble» que esto se produzca junto a «depósitos que almacenan 150.000 toneladas de gas licuado». «No me parece a mí que sea muy reconfortante estar trabajando junto a pilas de carbón ardiendo y tener al lado la regasificadora», apunta. Desde la FAV denuncian que esto se está produciendo «por la parte de atrás del muro norte» del puerto.
Insiste en que en muchas ocasiones «los mismos trabajadores han denunciado esto». José Luis Rodríguez Peón recalca que la federación ha solicitado «una y mil veces los planes de emergencia exterior» del Musel. «Con nosotros no han hablado, no han hecho ningún simulacro ni nada que se le parezca».
Explica que este problema ya lo han puesto «sobre la mesa varias veces en los consejos sectoriales y en el plan de calidad del aire de la Zona Oeste». Por último se pregunta «cuánto queman los factorías de Gijón de ese carbón que está acumulado ahí», al tiempo que lamenta que, «por el mero hecho de estar en una determinada zona de Gijón parece que estás condenado a ni tan siquiera recibir una mera explicación de lo que está pasando».