
Ya sea por falta de relevo generacional, a causa de la pandemia o por competencia con las grandes superficies e Internet, en los últimos dos años el cierre de negocios icónicos en la ciudad está arreciando
22 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La semana pasada la propiedad de la gijonesa zapatería Calzados Chiqui, establecimiento pionero en Asturias en calzado infantil y juvenil, anunciaba que el popular establecimiento, fundado en 1962 por la familia Rodríguez Serrano cerraba sus puertas «por decisión familiar», aún sin fecha fija. Lo hacía no sin antes agradecer «de corazón» en sus últimos tiempos como negocio en activo «a tantas familias que han depositado su confianza» en el negocio, así como «a los fabricantes y representantes que han formado parte de esta gran familia que es Chiqui y, por último y no por ello menos importante, a todo el equipo que estuvo y está detrás del mostrador».
Es el último de un reguero de cierres de tiendas, negocios y comercios icónicos de la ciudad que se están sucediendo en los últimos dos años. La competencia brutal de las grandes superficies, el repunte del comercio online, la siempre difícil continuación generacional de los negocios de tipo familiar y, por supuesto, la pandemia han supuesto en la mayoría de estos casos un cúmulo de obstáculos imposibles de salvar o ante los que, simplemente, se considera que no merece la pena el esfuerzo.
Dos de los ejemplos antes mencionados son los del kiosko Ojanguren, tras casi cinco décadas, de Santa Doradía, o Sabino Muebles, negocio nacido originalmente en Sotrondio y con más de siete décadas de trayectoria en el sector del mueble en la región, que dijeron adiós el pasado año.

Difer, tienda de decoración inaugurada en 1980 en la calle San Bernardo, cerraba por jubilación también casi con la llegada de 2020. El 30 de noviembre de 2019, para ser precisos. «Parece que fue ayer cuando en 1980 abría sus puertas Difer Decoración, primero en el 19 y luego en el 21 de la calle San Bernardo. Hoy llega el momento de despedirnos de nuestros clientes», explicaba en su día la responsable del negocio Carmen Carballo, para la que siempre «fue un placer» trabajar de cara al público.
Dos establecimientos, ambos en la calle Los Moros, se unirán este mismo verano a esa cada vez más nutrida lista de comercios señeros gijoneses que dejan de existir. El de Manso, sin duda, es uno de los escaparates más escrutados a lo largo de las décadas en la ciudad, desde que abriera sus puertas en Junio de 1974. Pronto se especializó en maquetas, modelismo, trenes, figuras… así como en juguetes y juegos de mesa para todas las edades. Los de este año fueron los últimos Reyes de esta juguetería, cuyo responsable, Pedro Manso, se jubilará en el mes de junio.
Mueblería Joseph, en la calle Los Moros, inaugurada en el año 1968 y antes situada en un bajo más modesto de la calle Cabrales también cerrará físicamente sus puertas en verano, si bien continuará por Internet, pero centrado en el interiorismo. José Hernández Amor y Carmen Cabezudo Calero se lanzaron a expandir el negocio en pleno centro de la ciudad, importando incluso elementos decorativos que marcaban tendencia en países como Francia e Inglaterra, con exclusividad de muchas marcas que solo llegaban a Asturias a través de su establecimiento. Joseph siempre ha sido, además, un clásico de la decoración navideña de fachadas en la ciudad.