
La mujer, vecina de Aller, había acreditado falsamente ser trabajadora de una panadería que carecía de actividad comercial
03 nov 2020 . Actualizado a las 17:54 h.La Policía Nacional ha detenido en Gijón a una mujer de 49 años por falsificar nóminas con su nombre para solicitar créditos de casi 8.000 euros en grandes superficies comerciales para comprar ropa y productos de decoración.
La mujer, vecina de Aller, había acreditado falsamente ser trabajadora de una panadería que carecía de actividad comercial y cuyo administrador único figuraba a nombre de un varón que contaba con un amplio historial delictivo, tras haber sido detenido 10 veces por estafas y falsificación de documentos.
La investigación fue iniciada después de que los servicios financieros de un centro comercial denunciaran los impagos reiterados de la mujer, que había solicitado créditos de consumo de los que no había abonado ningún plazo al carecer de saldo la cuenta bancaria proporcionada.
Los agentes descubrieron que la documentación aportada era falsa, ya que nunca había trabajado en la empresa ni cobraba ningún sueldo de entidad pública o privada.
Los trabajos policiales constataron que había solicitado otros créditos utilizando otras nóminas falsas en las que referenciaba trabajos de auxiliar administrativa o empleada de panadería con un sueldo de 1.300 euros.
Por este motivo, la denunciada ha sido arrestada como presunta autora de un delito de estafa y falsedad documental.
Asimismo, un vecino de Gijón de 40 años, con antecedentes policiales, ha sido detenido por estafa tras apropiarse de una cinta de correr que había pedido su casera a una empresa de venta directa.
Esta empresa denunció que la cliente había anulado los pagos alegando no haber recibido el producto, mientras que la compañía mantenía que la había entregado en un domicilio de Gijón.
La documentación aportada permitió comprobar que sí había sido entregada en el domicilio correcto, pero se había hecho cargo del envío una persona distinta a la destinataria.
El inquilino había sido el receptor del envío, que había aprovechado la ausencia de la dueña para hacerse cargo de la cinta y que horas después la había vendido en una tienda de objetos de segunda mano por un precio muy inferior al de su coste, informa Efe.