La contaminación sigue sin dar respiro a la zona oeste de Gijón

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Ni el récord de lluvias de los últimos meses de 2019 evitó que se incrementaran, en comparación con 2018, los valores fuera de rango de la estación del Lauredal. En este inicio de año, se le suman además las de Montevil, Roces y Pumarín, que ayer llevaba dos días seguidos de superaciones

08 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La contaminación del aire, cuya grave afección sobre la salud de las personas ya nadie se atreve a poner en duda a estas alturas, sigue siendo una asignatura pendiente en Gijón. Y, sobre todo, en la zona oeste de la ciudad, en la que se ubica la polémica estación de medición de la calidad del aire del Lauredal, cuyos datos siguen sin entrar en la red oficial para que sean tenidos en cuenta a la hora de activar protocolos cuando se registran superaciones de los valores de las partículas contaminantes durante tres días consecutivos.

Esta estación, pese al récord de lluvias que se registraba el pasado otoño, registró peores valores en 2019 -con 81 superaciones diarias según los cálculos de la Coordinadora cuando el máximo anual permitido son 35- que en 2018, que fue mucho más seco. «La media de la estación del Lauredal fue un crecimiento del 3% en comparación con el año anterior, pese a que en 2019 llovió más. La contaminación sigue siendo un problema para Gijón y las medidas tomadas claramente resultan insuficientes», considera Pontigo, que apunta que en Avilés por ejemplo sí se dio una reducción importante en comparación con 2018 «por medidas decididas y por el cierre industrial».

Los valores de esta estación, que de momento sigue siendo municipal pese a que desde Gijón se ha instado por activa y por pasiva al Gobierno del Principado para que ubique una oficial en la zona, despedían 2019 fuera de rango y, salvo los días 1 y 2 de enero, comenzaban 2020 también fuera de rango. «Hubo días que se superaron los 100 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico de aire (µg/m3)», recuerda Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, en la que vigilan a diario los valores de todas las estaciones públicas y privadas del Principado que tienen sus datos en abierto. Esos 100 µg/m3 están cinco veces por encima del nivel que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como umbral de seguridad para las PM10: 20 microgramos por metro cúbico.

El pasado día 4 de enero incluso desde el Ayuntamiento de Gijón se reclama la intervención del Principado tras haberse superado en El Lauredal durante ocho días consecutivos el límite de estas partículas en suspensión que, junto a las PM 2,5, aumentan el riesgo de mortalidad prematura como le recordaba la comunidad científica a la presidenta de la Comunidad de Madrid recientemente.

El consistorio gijonés, que no tuvo éxito en su petición, adoptó por su cuenta medidas ya desde el día 30 de diciembre para aliviar la situación como los baldeos de agua en la zona y recomendó a los residentes limitar las actividades deportivas en el exterior, usar el transporte público y evitar estancias prolongadas en el exterior.

La situación, con lluvias incluso de por medio, no parece haber mejorado desde entonces a tenor de los datos que, como indica Pontigo, siguen fuera de rango en esta estación que ayer mismo registraba valores en las últimas 24 horas por encima de lo permitido en el caso de las partículas PM 2,5, que en todo caso eran aún peores en la estación de Pumarín, que sí forma parte de la red oficial.

«La estación de Pumarín lleva dos días consecutivos con superaciones de los valores permitidos», explica Pontigo, que recuerda que al tercer día seguido de superaciones debería activarse el protocolo de contaminación «aunque dan lluvias para el jueves y el viernes y se agarrarán a eso». Además del Lauredal y Pumarín, también han destacado en estos primeros días de 2020 las superaciones de partículas PM2,5 registradas en las estaciones de Montevil y Roces.