La muerte del jefe del Servicio de Urología del hospital gijonés sobrevino a causa de una repentina hemorragia de las vías respiratorias mientras impartía una sesión clínica
19 mar 2019 . Actualizado a las 16:31 h.El Hospital de Cabueñes vive horas de conmoción y dolor tras la repentina muerte en pleno trabajo del jefe de su servicio de Urología, el doctor Javier Mosquera. El fallecido, de 58 años de edad, se encontraba en mitad de una sesión clínica con sus compañeros de servicio en el centro hospitalario cuando le sobrevino una hemoptisis -una hemorragia originada en las vías respiratorias- que le causó la muerte de modo inmediato ante la impotencia de sus propios compañeros, que nada pudieron hacer por salvarle la vida. Padecía desde hace años una dolencia cardiaca, y según fuentes hospitalarias empezó a sentir ciertas dificultades para deglutir y respirar mientras impartía la sesión. La hemorragia se produjo inmediatamente después. Lágrimas e incredulidad son la tónica esta mañana en todos los servicios y en los pasillos del complejo hospitalario gijonés, donde era un profesional muy querido por todo el personal hospitalario, que ha acusado con enorme pesar la repentina pérdida.
Javier Mosquera, gijonés de nacimiento, estudió Medicina en la Universidad de Oviedo y se formó como urólogo duante en su residencia en Cabueñes. Se trasladó después al hospital de Cangas del Narcea. Regresó a Cabueñes en 2010 y hace casi cinco años, en agosto de 2014, asumió tras una comisión de traslado el mismo puesto en Cabueñes, donde sucedió al urólogo Javier Cuervo. Durante estos años el Servicio bajo su dirección implantó y desarrolló las técnicas más punteras de cirugía laparoscópica y de mínima invasividad, consiguiendo los mayores avales científicos en las múltiples comunicaciones en congresos nacionales e internacionales. En 2018 presidió el Congreso Nacional de Urología, un reconocimiento de dicha Asociación a los logros conseguidos en el Servicio de Urología del Hospital Universitario de Cabueñes bajo su dirección.
En un comunicado, la dirección del hospital gijonés y sus compañeros han destacado «su enorme implicación, la ingente labor de coordinación y organización, así como su nulo afán de protagonismo». «Fue el organizador y el catalizador de las actividades de múltiples personas, consiguiendo un Servicio homogéneo y puntero, capaz de ofrecer a sus pacientes las mejores técnicas asistenciales», añade el comunicado.
Por su parte, su predecesor en la Jefatura de Sevicio de Urología, Javier Cuervo, descacaba esta mañana, y tras tener noticia de su fallecimiento, ante todo «sugran bonhomía» y su «capacidad para dar todo lo que tenía» a su profesión. «Fue un hombre de buena voluntad y de consenso, un hombre de medicina pública, de la que ha sido siempre un defensor, y un trabajador del día a día, deseoso siempre de hacer bien las cosas, que se hacía querer, de carácter más bien tímido y al que no le gustaba ni figurar, ni alardear ni ponerse medallas», resume Cuervo, que también elogia su «entrega a la hora de continuar con un trabajo duro» al frente de Urologia.