El reggaetón «positivo e intergeneracional» de Morejón «amenaza» desde Gijón

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

El joven intérprete publica «La Amenaza», un nuevo álbum con numerosas colaboraciones en el que se acerca también al rap, el trap y el electrolatino «que puedan escuchar un niño de 10 años o su padre de 40»

04 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Abraham Morejón es hijo de madre asturiana y padre cubano. Y esto último explica muchas cosas: la música que se le metió muy dentro siendo aún niño, llena de aires caribeños, la «sabrosura» que él dice que tienen los cubanos para cantar, y de la que le llegó herencia, y también la revelación, muy temprana, de lo que el reggaetón despertaba en él. Fue su propio padre, «cuando solo tenía 5 o 6 años» el que le regaló el primer disco. «Ahí empezó todo el lío», recuerda Morejón, que ahora tiene 22 y lleva 11 cantando, desde el rap en los parques y las grabaciones caseras hasta el momento actual, en ascenso. El intérprete gijonés de reggaetón que vuelve al asalto con La Amenaza, álbum y sencillo que significan su regreso después de año y medio de concienzuda preparación para una colección de temas más variada, donde lo urbano es el hilo conductor pero hay más géneros. Aunque siempre con el sabor de lo latino y de lo suyo: el reggaetón.

«Llevo cantando mucho tiempo, pero llevaba un tiempo sin sacar nada preparando este disco. Lo dejé todo para prepararlo y la gente se había olvidado un poco de mí. Ya sabes cómo es el mundo urbano; si no estás sacando una canción cada dos meses, la gente se olvida. La Amenaza habla de eso, de mi retorno a la música. Pero siempre llevado a lo comercial. Es un mensaje personal, la letra se podía haber puesto en un rap por ejemplo, pero intentamos llevarlo a la mayor comercialidad posible», cuenta Morejón.

El disco está salpicado de colaboraciones, tanto de artistas invitados como en la producción. Repite con Urbano Prodigy, con quien lo petó en redes en 2014 al lanzar el single Vamos a bailarla (reeditado como éxito aun mayor en remix junto al cantante El Jhota), pero también están Danny Prince, Johan On The Trap, Flyingfadersstudios y Kilo Beats, mientras que en la parte vocal La Amenaza se refuerza BigMoonTana, Profético, Yeredahias, el artista dominicano G-Nomo y José Vera, artista con el que el gijonés emprendió gira, al igual que con el paraguayo Nahuel Sachak, en una experiencia que describe como «increíble» y «un ejemplo del camino por el que debes ir como artista y como persona».

El videoclip, realizado en varios enclaves de Gijón y en el aeródromo de La Morgal, lleva rodando por las redes un par de semanas. Su apuesta, la más fuerte del álbum, está secundada por temas que alternan rap, trap, merengue urbano, electrolatino… «El surtido es grande, siempre dentro de lo urbano. La Apuesta es reggaetón para discoteca, pero hay también romantiqueo, trap… Yo soy el dueño de mis composiciones, intento que mis letras sean lo más personales posibles, y las ideas que saco de las canciones las plasmo después con el productor que toque, pero también hemos buscado que todo sea lo más comercial posible», cuenta Morejón.

La acogida, dice, está siendo muy cálida. «Aunque estuve parado un año, la gente está respondiendo superbien. Se nota el cariño, y también de la gente nueva», comenta, y espera que el círculo se amplíe aún más rompiendo un cierto 'cerco' al reggaetón que cree que cada vez es menos estricto. «A un género como el nuestro se le ha cerrado muchas veces la puerta En Latinoamérica está más normalizado, pero en España hasta hace cuatro o cinco años, nadie quería saber del reggaetón; lo asociaban con malas palabras y letras explícitas. Esa especie de censura pasó cuando artistas internacionales como Shakira, para mí una de las mejores, se fijaron en él y se puso a cantar reggaetón o trap. Si las grandes personalidades se fijan en lo que hacemos nosotros, por algo será», comenta el intérprete.

«Nosotros estamos intentando cambiar ese formato, limpiar las legras hacer un reggaetón que tenga letras que pueda escuchar un niño de diez años como su padre de 40; una música intergeneracional», explica el intérprete, que, en su caso ha procurado «limpiar las letras, y dejar lo más comercial posible» su repertorio más reciente.

«Hay cantantes que cantan lo que viven, y a veces lo que viven en la calle es violencia. Lo hacen para desahogarse, porque la música es para eso, para decir lo que uno piensa de verdad. Pero cuando intentas comercializar esa música tienes que pensar en el ejemplo que puedes dar a los niños o a los jóvenes… Una letra de canción puede influir para dé pasos que no debería, puede influir en su vida y su futuro. Por eso yo intento hacer la música comercial y la letra limpia, transmitir un mensaje positivo que pueda escuchar todo el mundo».