A los episodios de lluvia se añade que la red de saneamiento de la zona este sigue inconclusa pese a que una normativa europea obliga desde 1991 a depurar los vertidos de aguas residuales
09 jun 2018 . Actualizado a las 17:50 h.Al final y al cabo eso es lo que se olía y se percibía los días 26 y 27 de mayo y 5 de junio, a la espera de que se analicen las muestras que se tomaban ayer de nuevo, en el agua de la playa de San Lorenzo, el principal reclamo turístico en una ciudad que en 2017 batía su propio récord de visitantes al superar el millón y medio de turistas en todo el año y que, en este 2018, va camino de la misma tendencia en vista del incremento registrado de enero a abril. Pero el hecho de que en las aguas de la playa de San Lorenzo se hayan medido picos de la bacteria fecal E. coli que doblan el máximo permitido por ley preocupa mucho, y no solo por su posible incidencia en el turismo, sino también porque los gijoneses hacen un uso continuado del arenal a lo largo de todo el año.
¿Por qué se analiza la contaminación fecal en las playas?
Las administraciones, por ley, realizan análisis microbiológicos periódicamente la calidad del agua de las playas para determinar su salubridad y si son aptas para el baño, con un seguimiento más acentuado en la contaminación fecal, las heces y la orina procedentes de las aguas residuales de los hogares, debido a que es la que puede tener peligro para la salud humana a través de la transmisión de enfermedades. Por ello, se analizan dos indicadores de origen fecal, las bacterias E. coli y los enterococos intestinales y, cuando se superan los límites establecidos y se habla de contaminación fecal, se dan casos de gastroenteritis, otitis, picores y otras infecciones entre quienes hayan entrado en contacto con esas aguas.
¿Por qué aparece contaminación fecal en los episodios de lluvia?
Desde que se implantaron los sistemas de saneamiento en las ciudades, la principal causa de contaminación fecal en las aguas de las playas se debe a los vertidos de aguas residuales que, en episodios de lluvia, se desvían del alcantarillado y no llegan a las plantas de tratamiento o depuración que permiten que esas aguas sucias se viertan al mar cumpliendo los mínimos de salubridad exigidos por la Unión Europea y, sobre todo, por el sentido común. Las playas más cerradas, ante esos episodios de lluvia, suelen ser las más delicadas en este sentido y la de la de San Lorenzo es bastante amplia.
«Llevamos años denunciando que, cuando llueve mucho, los colectores al ir en carga alivian directamente al mar y al río Piles, con el consiguiente impacto, porque en Gijón las aguas residuales se van en parte al mar vía emisario sin ningún tratamiento y con la consiguiente contaminación, situación que lleva décadas y que no parece que se vaya a solucionar a corto plazo», recordaba ayer Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Exoloxista d’Asturies, que no pasa por alto que el actual sistema de colectores mezcla las aguas pluviales con las residuales cada vez que llueve.
¿Por qué las aguas residuales de la zona este se vierten sin depurar al mar?
Solucionarlo, añade, pasaría por crear una red diferenciada de las aguas de lluvia y de las residuales, aunque en vista de retraso que acumulan los proyectos pendientes en la red de saneamiento de Gijón sería algo impensable de plantearse cuanto antes existen otras obras básicas para el saneamiento de la zona este atragantadas. «Ya llueve sobre mojado, se venía reclamando una red separada desde hace tempo y este año se ha juntado con que ha llovido muchísimo», indica Pontigo. Una de ellas es el pozo de tormentas del parque Hermanos Castro, que se licitó por primera vez en 2011 y sigue sin ser una realidad aunque Pontigo duda que resolviera el problema. Y, en todo caso, ponerlo en marcha llevaría 16 meses como mínimo.
Otro proyecto pendiente, y es una historia que requiere de muchas líneas para explicar años de litigios judiciales con los vecinos del Pisón, es la estación depuradora de aguas residuales de la zona este de la ciudad. La pieza que iba a completar el puzle del saneamiento integral de Gijón acordado en 1991 para cumplir con la directiva europea que así obligaba a hacerlo. 27 años después sigue sin resolverse y la situación actual tiene varias aristas: el emisario de Peñarrubia, del que en 2016 se asumió que debía ser reparado debido a su deficiente estado y sus fugas, sigue como estaba entonces; la depuradora del Pisón fue ilegalizada a poco de que por fin terminaran las obras en 2016 cuando la antigua planta, conocida como la Plantona, ya estaba desmantelada.
¿De qué depende que se solucione al menos la depuración de esas aguas sucias?
«Estamos incumpliendo todas las normativas europeas al respecto. Desde el año 2000 tenía que estar cubierta toda la parte del saneamiento para que no ocurrieran estos episodios de contaminación y estamos en 2018», apunta el concejal de Xixón Sí Puede David Alonso, que confía en que la nueva ministra de Transición Ecológica desbloquee el permiso que requiere el Gobierno del Principado para que se acaben las obras y se puedan poner en marcha los equipos de desarenado y desengrasado en la nueva estación depuradora, ya que la Audiencia Nacional sí autorizó en septiembre del año pasado su puesta en servicio provisional para evitar que se viertan al mar demasiadas toneladas de contaminantes sin tratamiento previo en un momento en el que en todo el mundo coincide en la necesidad de no seguir causando más daños a los mares y los océanos.
«Que ahora nos demos prisa para el pozo de tormentas está muy bien, pero llevamos años de retraso y los políticos tenemos la culpa de no haberle dado la suficiente importancia», considera Alonso, que recuerda que en los años 60 se vertían las aguas sucias de la población gijonesa directamente al mar: «No había colectores. Era un caos y es cierto que en la década de los 90 se invirtió y se hizo mucho, pero luego la cosa quedó como más tranquila y parada. Y ahora nos encontramos con que no tenemos saneamiento en la zona este, con el colector de Viesques que aún no esta en funcionamiento y sin un pozo de tormentas en la zona con lo que todo va para el río Piles».
¿Cuánto abarcaba la última mancha, que apareció este viernes?
También se pregunta, con todo lo que ha llovido desde noviembre del año pasado, si las mediciones que ahora superan los índices permitidos de contaminación fecal en las aguas de la playa son puntuales por las lluvias actuales. «Los gijoneses están preocupados de verdad, es un tema de primer orden, al mismo nivel que la contaminación atmosférica», asegura. Ayer, en el muro de San Lorenzo, las miradas se iban hacia la gran mancha marrón que era más visible a partir de la escalera 5 hasta la desembocadura del Piles.
Los bañistas más veteranos, esos que meten a diario, se acercaban a los socorristas para conocer más detalles sobre lo que estaban viendo, pero como las previsiones meteorológicas son las que surjan no podían responder cuándo se quitaría la bandera roja que prohibía ayer el baño tras activarse el protocolo de alerta de nuevo.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón ya ha pedido un consejo sectorial que tenga como único punto del orden del día un asunto del que todos coinciden en que se necesitan más explicaciones y más detalladas por parte del gobierno local. El asunto, además, agrava la situación en la que ya se encontraba Gijón, una de las 17 aglomeraciones de población por cuya falta de saneamiento el Reino de España recibirá una multa de la UE de 46,5 millones de euros.
¿Cuándo se reúne la comisión de seguimiento, que incorpora a los surfistas?
«Nos importa mucho la playa de Gijón. Haremos lo posible para que permanezca segura y limpia», aseguraba este jueves -un día antes de la aparición de esta última mancha- el consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, en la respuesta que le daba a un diputado de IU sobre lo acontecido en San Lorenzo los días 26 y 27 de mayo y 5 de junio. También reconocía que es necesario culminar las obras pendientes y poner en marcha los equipos de la depuradora de la zona este que permitirán que las aguas al menos no salgan tan sucias como llegaron a San Lorenzo.
Ayer, además, se celebró por la tarde la segunda reunión de la comisión de seguimiento de la zona de baños (la primera de la temporada fue el jueves), que está presidida por la alcaldesa y a la que se han incorporado representantes de la Federación Asturiana de Surf y las tres escuelas de surf de Gijón para informales sobre la problemática que se atribuye a «la excepcional situación climatológicamente adversa» y sobre el funcionamiento de la red de saneamiento. Según se informa en una nota de prensa del ayuntamiento, también se les ofrecieron datos de episodios similares sucedidos en años anteriores «con la diferencia de que, al producirse en invierno, las mareas y el viento beneficiaron la dispersión y la eliminación de la mancha».
Los surfistas y quienes realizan cursillos de surf fueron precisamente quienes se percataron del primer episodio de contaminación fecal del pasado 26 de mayo y ayer, desde estas escuelas, se trasladaba la «gran preocupación» que existe entre los alumnos y las familias por sentirse «expuestos a un problema de salud» durante la práctica de este deporte.
Tras las explicaciones de los técnicos y «ante la excepcionalidad de los sucedido estos días por confluir gran intensidad de lluvia en poco tiempo, escaso viento y nulo oleaje», federación y escuelas transmitieron a su vez su colaboración para «transmitir un mensaje de calma y optimismo» y, en este sentido, pasarán a formar parte de la comisión de seguimiento de la zona de baños, que volverá a reunirse hoy para valorar la situación y decidir las medidas pertinentes de cara al domingo. Esa comisión está formada además por el concejal de Seguridad Ciudadana, la directora y el jefe de servicio del Área de Sostenibilidad y Cambio Climático, el gerente y director técnico de la Empresa Municipal de Aguas (EMA), el jefe del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios, el responsable de la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local y la jefa del Servicio de Salvamento de Playas.