Aurelio Martín analiza la situación política creada por su propuesta de moción de censura contra Moriyón y defiende que cada formación resuelva sus procesos internos con «altura de miras y la luz larga»
07 jun 2018 . Actualizado a las 22:53 h.«Si os estábais aburriendo, os hemos dado entretenimiento para toda la semana». Aurelio Martín, portavoz de IU desliza la ironía, se diría que sinceramente sorprendido por el terremoto que ha ocasionado en la política local gijonesa su propuesta para resucitar la opción de una moción de censura contra el gobierno de Carmen Moriyón. Martín analiza los efectos de la bomba nuclear de bolsillo en que se ha convertido la tercera intentona de conseguir un acuerdo entre los tres grupos de la izquierda municipal para desarzonar a Foro apenas unas horas después de que su homólogo socialista, José María Pérez, ponga a disposición del PSOE su portavocía, y de que los socialistas se dividan en su asamblea local a costa de una estrategia política que, en la tercera banda, Xixón Sí Puede circunscribe en el marco de la confluencia con IU, sumando sus respectivos concejales.
-Han pasado muchas cosas desde que hizo su propuesta el lunes. Las interpretaciones caducan rápidamente en este vértigo. ¿Cuál es la suya de este minuto?
-Es que a veces la política son vértigos. Mira cómo ha cambiado el Gobierno de España en poco más de una semana. Y a veces el vértigo está bien para cambiar las situaciones. Creo que se ha abierto un nuevo tiempo político, hay una nueva expectativa, hay ilusión, noto que se vuelve a hablar de política en los bares y todo esto crea una buena perspectiva. Yo espero que, más allá de los procesos internos que tenemos cada uno, al final de alguna manera tengamos un buen parto.
-Pero esos procesos están cobrando más protagonismo incluso que la moción en sí. ¿La ponen en peligro?
-Es necesario que resolvamos internamente nuestros propios temas; cada uno, los suyos. Es evidente que todos los partidos, tantos de derecha como de izquierda, tienen esos asuntos y, en cualquier caso, lo que cuenta es que más allá de eso sepamos resolver que nos piden los ciudadanos y la situación en la que está este ayuntamiento. Y yo espero que eso se produzca, incluso con todas las dificultades que se están viendo.
-Xixón Sí Puede parece leer el proceso exclusivamente en clave de confluencia XsP-IU. ¿Comparte ese esquema?
-La confluencia tiene que hacerse sobre la base de las coincidencias. Hay una coincidencia estratégica que para Izquierda Unida es fundamental: echar a la derecha del ayuntamiento y que se abra un nuevo ciclo político. No habrá confluencia sin eso. Quiero ser rotundo: o coincidimos en elementos de fondo, en elementos básicos como que cuando hay una mayoría de izquierdas tenemos que asumir la responsabilidad de ofrecer a los ciudadanos un modelo de cambio en esta ciudad igual que se ofreció en España, o será imposible que tengamos acuerdo en ninguna otra cosa. Soy sincero y contundente en esto.
-Es decir, que las sumas de concejales, a posteriori.
-Evidentemente. Y se hacen sobre la base de la coincidencia y de la confianza política. Si no hay coindicendia en lo que tiene que ser un modelo de ciudad y cómo tiene que ser gobernada, el resto es absurdo. Hay pregunta clave: ¿por qué ahora no vamos a poder echar a la derecha y dentro de un año sí vamos a poder? Ese elemento de claridad, de confianza y de confianza hacia el electorado es absolutamente clave. Yo puedo hacer una confluencia con alguien que me diga: «Yo a la derecha no la puedo echar ahora por no sé qué circunstancias, pero no se preocupe, que dentro de un año la echamos». Oiga, no: eso no es posible. El primer objetivo de las fuerzas políticas de la izquierda es echar a la derecha. ¿Por qué no lo hemos hecho hasta ahora? Porque no se han dado las circunstancias; pero lo de Madrid ha sido totalmente un revulsivo. Y al cabo de tres años, el ayuntamiento ha tocado fondo. Estamos a las vísperas de un Plan Económico Financiero. ¿Tomamos la responsabilidad de encauzar la ruta del barco o decimos que nos da igual?
-Lo que es seguro ya es que la moción ha reabierto las heridas en el PSOE gijonés. ¿Hasta qué punto condicionará la situación lo sucedido ayer en la agrupación local?
-No lo sé. Se me escapa. Solo sé que hay que echarle mucha generosidad, altura de miras y poner la luz larga y no quedarnos en el momento para ver los efectos y los objetivos a largo plazo, y no los de mañana ni lo de pasado. Eso si lo pido. Y me lo pido para mi partido, por supuesto, que tendrá su asamblea el lunes para pronunciarse sobre todo esto.
-Mientras Foro espera y los plazos del Plan Económico Financiero juegan a su favor.
-Yo intuyo que lo que espera Foro es que el Plan no se apruebe y que a partir de ahí seamos un ayuntamiento intervenido. La alcaldesa podrá dedicarse así aplicar los recortes. Les viene de miedo para llevar a cabo los ajustes.Tienen la justificación perfecta para hacer lo menos posible y para que nadie les eche la culpa de eso. Están orgullosos de priorizar el pago de la deuda. Esa es su visión de la política: una política neoliberal que votan en Madrid con las dos manos. Es que no es su problema: su problema es cuando la izquierda les obliga a que haya una Renta Social. La situación les viene de maravilla para hacer su política, y además por obligación legal. Es terrible. Ante eso tenemos que reaccionar. Este es el momento, lo intuyo, y yo me considero una persona con intuición.
-¿Y qué le dice su intuición?
-Que la izquierda tiene que alcanzar acuerdos ahora porque estamos en un momento de reorganización de la derecha política en este país. Lo que hay que cortocircuitar es esa reorganización. Es el momento de hacerlo. La jugada que se hizo a nivel del estado fue muy buena, y creo que tenemos que tener esa misma habilidad en Gijón, porque la política significa a veces audacia y revertir las situaciones.
-Ha descartado rotundamente su posible candidatura a la alcaldía. Pero eso fue hace dos días. ¿Cambia en algo su decisión este contexto?
-No, sigo creyendo que no sería bueno. Yo tengo dos concejales y no me veo como candidato en ningún caso. No, no. Hay otros compañeros que lo pueden hacer tan bien o mejor que yo y que tienen más concejales. Soy consciente de mi realidad en ese sentido.
-Pero, por ejemplo, vimos a Adrián Barbón desdecirse y argumentar su cambio de opinión para ser candidato al Principado. ¿Estaría dispuesto a replanteárselo si el éxito de la moción lo exige in extremis?
-No creo que se llegue a esa situación. El PSOE y Podemos se juegan mucho también. Ahí sigue la propuesta, y a partir de ahí, hay que hacer planteamientos serios. Los electores lo resolverán de alguna manera dentro de un año. Este año habrá que pactar cómo son las comparecencias públicas, el gobierno colegiado, cómo se toman decisiones… y que el alcalde sea un poco el árbitro de la situación, y punto. No mucho más.
-No hipertrofiemos el tema, entiendo.
-Eso. Esta historia da para un año. Quién vaya a ser el alcalde lo decidirán los ciudadanos. Aquí solo estamos intentando salir de forma provisional de una situación complicada.