Ciudadanos pide que los perros puedan viajar en los autobuses urbanos

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Un perro a punto de subir a un autobús urbano
Un perro a punto de subir a un autobús urbano

Fernández Sarasola pide habilitar el uso de algunos de los vehículos de la Línea 14 para probar la experiencia y, en su caso, extenderla a todas las líneas de la ciudad

31 jul 2017 . Actualizado a las 10:52 h.

Ciudadanos quiere que los perros puedan viajar junto a sus dueños en los autobuses urbanos de Gijón. O, al menos, quiere probar si es posible ampliar a los vehículos de la Empresa Municipal de Transporte (Emtusa) la experiencia que ya permite a los canes ocupar sus plazas en los trenes de Cercanías. El portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos, José Carlos Fernández Sarasola, ha anunciado que su formación planteará esta opción en la Comisión de Movilidad y en el Consejo de Administración de Emtusa que se permita viajar con perros en los autobuses urbanos, algo que ya se permite en varias ciudades españolas y en la mayoría de las europeas.

La propuesta concreta para probar si Gijón está dispuesta a dar un paso más en su aspiración a ser una ciudad amistosa con los perros -dog-friendly- contempla que, de modo experimental, se permita el acceso a perros a la línea 14, que pasa por la playa del Cervigón, la única que admite la presencia canina todo el año y se encuentra relativamente alejada del casco urbano. Para no perturbar la convivencia con el resto de usuarios, se permitiría el viaje con mascotas solo en algunos vehículos de la línea; en principio, en uno cada hora. Si la experiencia resulta satisfactoria, C's propone su extensión a la totalidad de las líneas de Emtusa.

Condiciones y restricciones

Aun así, Ciudadanos añade a su propuesta una serie de condiciones y restricciones, empezando por la limitación de un perro por usuario y la exclusión de razas consideradas como peligrosas o de animales que no cumplan las condiciones sanitarias e higiénicas, que el propietario deberá acreditar además con la documentación del can.

Así, los perros denominados toy o que pesen menos de diez kilos que viajen en bolsos o transportines no pagarían, y podrán ir en cualquier autobús y espacio dentro del mismo, siempre que no ocupen un asiento. El resto de los perros -con limitación de un animal por usuario- viajarían junto a su dueño de pie, atados y con bozal, y pagarían el precio del billete reducido, un 50% del normal. Se intentaría, además, habilitar la parte trasera de los autobuses para ellos cuando sea posible y en ningún caso se permitiría que viajasen en un asiento. Asimismo, si el autobús estuviese demasiado lleno se impediría su uso por la mascota para evitar molestias tanto a los usuarios como al propio animal.