Desde los problemas de contaminación de la zona oeste hasta el barrio que clama por ser de Gijón, Nuevo Roces, que ni siquiera tiene accesos
06 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.No hay barrio perfecto. Siempre hay algo que se puede mejorar e incluso existen reivindicaciones históricas, o que van camino de serlo, entre las peticiones que tienen pendientes las 30 asociaciones vecinales que integran la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) de Gijón. Por distritos, el presidente de la FAV, Adrián Arias, repasa las principales reclamaciones que tienen los barrios en la actualidad.
Distrito centro
Este distrito, que integran la zona centro, Cimavilla y Laviada, es el que más población ha perdido en la última década. Según los últimos datos del Ayuntamiento de Gijón, que datan de 2015, tiene una población de 48.295 habitantes. La gran reivindicación vecinal de este distrito es poner solución a la falta de equipamientos públicos. Desde una piscina municipal, de la que se carece desde el cierre de Panchano en 2008, hasta una gran biblioteca en la que realmente haya espacios para estudiar -«en la Biblioteca Jovellanos los pocos que existen siempre están ocupados»- o un poliderportivo integrado como los que existen en el resto de distritos.
Precisamente en la actualidad se están acometiendo reformas en dos grandes edificios de la zona centro: la Escuela de Comercio y la antigua fábrica de tabacos de Cimavilla, que está en una primer fase de las obras de remodelación. «La Escuela de Comercio es una oportunidad para dinamizar los espacios públicos con carácter cultural y social que hacen falta, al igual que Tabacalera, que también es fundamental para dinamizar la zona centro», considera Arias, que recuerda que también esta pendiente la reforma que se había planteado en la calle de Marqués de San Esteban en donde incluso se contemplaba la eliminación de los característicos arcos, y que el barrio alto de la ciudad tiene un catálogo de peticiones en el que la accesibilidad al barrio, extremadamente difícil para quienes tienen movilidad reducida, está en primer lugar.
Distrito Este
Lo conforman los barrios de La Arena, El Bibio, Las Mestas, Viesques, El Coto y Ceares. En 2015, tenía 56.407 habitantes. Es uno de los distritos más poblados que más residentes ha perdido en los últimos años. La principal reivindicación que tienen las asociaciones vecinales de la zona este de Gijón es aparentemente sencilla: el arreglo de calles. Tienen pendientes, por ejemplo, grandes obras de reforma como la de la calle Aguado, que se reiniciaba antes de este verano, o de Marqués de San Esteban, que acaba de adjudicarse. La movilidad es un problema en el distrito y, por ejemplo, los vecinos de Viesques recogen firmas para que la línea 4 del transporte urbano esté operativa también en días no lectivos.
Distrito de El Llano
El barrio de El Llano tiene 40.245 habitantes y es un distrito por sí solo. Arias menciona que existen problemas de convivencia en determinadas zonas, como puede ser el parque de La Serena, en donde la solución aportada por los vecinos pasaba por una reforma que sigue a la espera y que incluso se había planteado hace años ligada a un aparcamiento subterráneo. Los vecinos también lleva tiempo pidiendo que se amplíe la oferta escolar de 0 a 3 años con la construcción de una nueva escuela infantil. Arias, además, apunta que el parque de Los Pericones también necesita un impulso y considera que las posibilidades son diversas. «Quizá más juegos infantiles, pero sobre todo darle cohesión y continuidad con respecto al resto de los espacios verdes».
Distrito Sur
Son los barrios de Pumarín, Montevil, Contrueces, el Polígono de Pumarín, Perchera-La Braña, Nuevo Gijón, Santa Bárbara y Roces. Es el distrito con mayor número de habitantes: 60.803. Y el único que crece; en 2013 eran 60.456. Las ocho asociaciones que lo integran tienen multitud de iniciativas con las que pretenden impulsar estos barrios. «En este distrito hay que terminar, principalmente, las muchas iniciativas vecinales que se llevan años recordando y que no se ejecutan», indica Adrián Arias. Ejemplos son la mejoras en pistas polideportivos o las huertas comunitarias que se plantearon en zonas sin uso.
Arias, además, no quiere pasar por alto lo que ocurre con Nuevo Roces, «el barrio sangrante de Gijón» y en donde no existe ni consultorio médico, ni centros escolares ni otros equipamientos de servicios públicos. «Además tienen problemas con la limpieza de las parcelas, con plagas de ratas y cucarachas porque los espacios no se limpian. El ayuntamiento debería tener autoridad para que los barrios estén limpios y, si los dueños de esas parcelas no las limpian, deberían pasarles la cuenta si es necesario». El gran problema de este nuevo barrio es la falta de accesos. «El acceso peatonal no existe y el que se programaba era insuficiente y hasta peligroso. Hoy en día Nuevo Roces es un barrio sitiado, en donde se da esa barbaridad que es el salto de la rana al estar rodeado de rondas y sin accesos peatonales ni ciclistas. Lo primero que pide es ese acceso, pero también se les niega el pan y la sal en cuanto a servicios y el culpable es el Gobierno del Principado, que es quien tiene que desarrollarlos y no lo hace pese a que además tiene reserva de suelo para esas cuestiones».
Distrito Oeste
Con 50.088 habitantes en 2015, está formado por los barrios de La Calzada, Jove, Tremañes, El Natahoyo, Moreda, Veriña y los demás de la zona oeste, en donde la contaminación es el pan nuestro de cada día. Un problema que se suma a la movilidad, tanto por el tráfico de transportes pesados como por el trazado de algunas calles en las que son habituales los cuellos de botella. «Estos dos problemas a veces van muy coordinados», indica el presidente de la FAV, que recuerda que toda la industria pesada y productora de la ciudad se trasladó a este distrito y «ha sido una barbaridad». La actual ordenanza municipal de Medio Ambiente, añade, contempla que no se pueden implantar más industrias de carácter productivo y contaminante en la zona.
«En general, el distrito oeste ha sido el gran olvidado de la Administración municipal. Son barrios de segunda y no es tolerable. No hay vecinos de segunda y lo han sido. El peso de la inversión de los presupuestos municipales debe mostrarse ahí. Es una población enorme pero no se ha traducido en inversiones en la zona y es de justicia», considera Arias, que pasa a mencionar un problema de toda la ciudad: la supresión de la barrera ferroviaria. «Gijón tiene una herida de muerte con la barrera ferroviaria, el núcleo urbano está separado por las vías y el gran proyecto de la zona oeste es el soterramiento hasta Veriña», asegura el presidente de la FAV, que tampoco pasa por alto otro proyecto que lleva años coleando sin avanzar como es el de los accesos a El Musel, «que solucionarían la movilidad en cuanto al transporte de mercancías».
Distrito Periurbano
La Camocha forma parte del distrito rural y periurbano, en concreto, integra éste último. Tras la parroquia de Somió, este núcleo periurbano es el más poblado de la zona rural, con 3.503 habitantes (según datos de 2014). Adrián Arias conoce bien este barrio obrero, con un centro de salud que ha quedado pequeño, y explica que no ha sufrido modificaciones desde su construcción. La mayoría de las edificaciones datan de los años 80: «Lo que pedimos es mantener esa idiosincrasia de barrio minero, pero con reformas integrales que por ejemplo incluyan a los patios interiores y que se cohesionen las antiguas edificaciones con las nuevas construcciones».