Teresa Viejo: «La realidad es a veces solo un instrumento para construir ficción»

Juan Carlos Gea GIJÓN

GIJÓN

Teresa Viejo, ante una librería del centro de Gijón
Teresa Viejo, ante una librería del centro de Gijón

La periodista dice sentirse cada vez más escritora tras la experiencia de su tercera novela. «Mientras llueve», que presenta en su primera visita a la Semana Negra

11 jul 2016 . Actualizado a las 17:47 h.

«La realidad es a veces solo un instrumento para construir una ficción, aunque eso es algo que me costó entender». Pero Teresa Viejo finalmente lo entendió, y por eso se atreve a decir -como hoy lo ha dicho en Gijón, con todas las letras- que se siente ya al menos tan escritora como periodista. Su tercera novela, Mientras llueve, se desarrolla en un caserón con enigma familiar a cuestas y en una ciudad cantábrica, la imaginaria Malpaís, que muy bien podría ser la misma que ha visitado a toda prisa como invitada, por primera vez, de la Semana Negra. Una cita que ha confesado que le hace toda la ilusión que puede hacerle a alguien que se formó «como lectora crítica» leyendo a Raymond Chandler y que se complace en el misterio, como sucede en el libro que la ha traído a Gijón.

Ese salto del periodismo a la ficción es la que va de sus primeros libros -Hombres, modo de empleo, Pareja. ¿Fecha de caducidad? y Cómo ser mujer y trabajar con hombres- a La memoria del agua, Que el tiempo nos encuentre y Mientras llueva. O, lo que es lo mismo, de textos en los que partía de su condición profesional y social de «mujer en un mundo de hombres» a obras donde se habla de personas, emociones y sentimientos, y donde puede abordar asuntos que -dice- le obsesionan, como «la pérdida de cosas importantes, la muerte de seres queridos que provocan cambios radicales en las personas».

Un anclaje real

Aun así, no hay brecha entre periodismo y literatura para Teresa Viejo. «No están tan alejados como se cree», ha asegurado la ex directora de Interviú, que -precisamente por periodista- necesita siempre «un anclaje real para ponerse a escribir» y luego armar la «faena de costura» entre los dos mundos. Como ejemplo ha citado la rocambolesca peripecia que le llevó del documental que pretendía hacer sobre la figura del director de cine Miguel Morayta, un centenario español del exilio mexicano, a lo que finalmente fue su segunda novela, Que el tiempo nos encuentre. De nuevo, una «obsesión brutal» estuvo en el punto de partida de un relato con el que Viejo superó las dificultades de la pesquisa tras Morayta, el rechazo -con insultos incluidos- del anciano realizador y las lágrimas que le costó todo aquello.

La conversión de realidad en ficción novelesca implica para Teresa Viejo «la creación de un universo paralelo» para el que incluso busca (o encuentra) imágenes que den «carne y hueso» a sus personajes. Por eso, y seguramente también por sus vínculos con el medio televisivo, dice encontrar un placer «casi adictivo» al ver sus personajes encarnados en actores, en las adaptaciones filmadas de sus novelas. La presentadora del reciente Dime que fue de ti sueña con participar en el guión de alguna adaptación suya, o simplemente con guionizar alguna historia para la pantalla. Mientras eso llega, dice estar perfilando ya el material para una cuarta novela que, según ha aticipado, hablará de «desazón y culpa».