El reciclaje cuando nadie me ve
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo crea un cuestionario que revela pautas de conducta respecto a lo que depositamos en los cubos

¿Qué determina la conducta de las personas en asuntos como el reciclaje? ¿Es posible que haya más asturianos que reciclan en los barrios donde es moda hacerlo? ¿Lo hacen así porque están convencidos o porque se sienten observados? Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo ha desarrollado un trabajo donde analiza estos comportamientos psicosociales con el fin de extraer conclusiones que sirvan para entender qué sucede cuando seguimos, o no, los consejos e indicaciones que nos dan para ser más sostenibles.
El grupo que ha realizado ese cuestionario llamado ReDom es el de Promoción de la Salud (PRECAM/ENCOSalud), perteneciente también al Área de Cuidados del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), en colaboración con investigadores de la institución docente asturiana y la Universidad de Surrey.
Se trata, dicen, de encontrar las claves que nos mueven a determinada conducta. En este caso, a usar los cubos adecuados para los residuos que producimos personalmente en casa o en una empresa o institución. La cuestión es: ¿Quién recicla más y por qué? Las conclusiones aportan novedades o confirman algunas ideas que las administraciones públicas o las empresas pueden poner en práctica (o lo están haciendo ya) en lo que respecta a la acción cotidiana de depositar cada residuo en su contenedor para hacer posible su reciclaje.
Mar Fernández y Rubén Martín Payo, profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y miembros del grupo PRECAM, dan algunas de las claves.
En el estudio realizado participaron 759 personas. Se les preguntaban 14 aspectos relacionados con las características personales, tipo de sistema de recogida de residuos disponible en el área de residencia de los participantes, condiciones ambientales y organizativas, y otras relacionadas con el comportamiento y actitud sobre la conducta reciclar.
Los ítems del cuestionario se agruparon en tres dimensiones, de acuerdo con los determinantes propuestos por el modelo teórico Behaviour Change Wheel: motivación (siete ítems), oportunidad física (tres ítems) y oportunidad social (tres ítems). Finalmente, se consideró un único ítem para evaluar la adherencia a la propia conducta “reciclar”.
Y algunas de las conclusiones fueron, si no sorprendentes, sí reveladoras, y confirman tendencias a tener en cuenta. Por ejemplo, el barrio influye bastante: «si en el entorno en el que vivo la gente tiende a reciclar, yo me siento miembro de ese grupo y también lo hago», señala Rubén Martín Payo.
Pero también es importante el nivel educativo y la edad. La profesora Fernández indica que, en general, los jóvenes son los que mejor educación medioambiental muestran en su conducta. En este sentido, dice, «nuestra conclusión es que, quizá, las campañas de sensibilización que se están haciendo desde la escuela tienen ya una base que personas más avanzadas no tienen».