Galicia y Asturias apuntalan su alianza ante desafíos como el declive demográfico
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Los presidentes de la Xunta y el Principado mantienen discrepancias de fondo sobre cómo actuar ante la crisis que tiene en jaque a la industria electrointensiva
29 nov 2019 . Actualizado a las 20:30 h.Galicia y Asturias consolidaron un nuevo pilar en el puente del entendimiento, el análisis de los problemas compartidos y los retos conjuntos que afrontan las dos comunidades del noroeste español en la segunda edición de los Encuentros del Eo, una iniciativa de la Corporación Voz de Galicia, editora de la La Voz de Galicia y La Voz de Asturias, bajo el patrocinio exclusivo del Banco Sabadell. Los responsables de tender esas alianzas fueron los respectivos presidentes autonómicos, el popular Alberto Núñez Feijoo (Os Peares, Ourense 1961) y el socialista Adrián Barbón (Laviana, Asturias, 1979), que se estrenaba en este foro tras acceder al poder el pasado mes de mayo. Ambos participaron en un dinámico debate en la Casa de la Cultura de Vegadeo moderado por el director de La Voz, Xosé Luís Vilela, en el que se abordaron asuntos de interés común como las infraestructuras, la crisis demográfica o el futuro de la industria, temas que propiciaron consensos y diferentes perspectivas planteadas siempre en tono sereno y constructivo.
Las comunicaciones, y especialmente los peajes, fue el asuntos sobre el pivotó el intercambio de impresiones sobre las infraestructuras, que sirvió para que ambos presidentes plantearan la necesidad de promover iniciativas conjuntas dirigidas a abaratar los costes de tránsito por las grandes vías. Lo hicieron, eso sí, con diferencia de matices. Núñez Feijoo puso de relieve que, una vez que se van a levantar los peajes del eje transmediterráneo, habría que tomar medidas similares aquí para que Galicia y Asturias no pierdan competitividad frente al resto. «Lo importante es ver cómo se hacer frente al coste de mantenimiento de las autovías», matizó Adrián Barbón, antes de convenir que, si se abre un debate en esta materia, entonces «hay que reducir nuestros peajes». Feijoo insistió en que España necesita un modelo que «para todos lo mismo», que se pague igual por transportar mercancías en el noroeste que en el levante, aunque Barbón puso sobre el tapete la política de la prórroga de concesiones que afecta a autopistas como la AP-9, un problema que ahora es difícil rectificar.
También salió a colación el AVE. Los dos presidentes lamentaron los retrasos acumulados en su construcción, y el mandatario gallego aprovechó el envite para remarcar que «sería un error» renunciar a la línea de alta velocidad de la cornisa cantábrica, comprometida por el Gobierno central tras el siniestro del Prestige en el 2002, pero aparcado desde entonces.
Los presidentes de Asturias y Galicia coincidieron ampliamente al señalar el que consideran su mayor problema estructural, la crisis demográfica. Adrián Barbón, que no lleva ni medio año en el cargo, advirtió que cualquier política bien orientada precisará al menos de una década para obtener resultados, pero ve fundamental que la estrategia sea compartida por el Estado. Feijoo, que ya acumula debates con sus homólogos asturianos y castetellanoleoneses, los pioneros en abanderar estas reivindicaciones, puso el acento en la utilidad de debates como el que propician los Encuentros en el Eo, porque pusieron las bases para que las tres comunidades lograsen introducir el problema en la agenda española. El titular de la Xunta considera estratégico plantearse un retorno de emigrantes «inteligente», y admitió que en el último año computado Galicia salvó su balance gracias a la llegada de personas desde países como Venezuela, muchos de ellos gallegos o descendientes. Y propuso que todas las administraciones públicas se impliquen activamente y aportando fondos para que ninguna familia deje de tener hijos por cuestiones familiares, desde los municipios más pequeños, interesados en aumentar su censo, hasta el Gobierno central, pasando por las diputaciones y los gobiernos autonómicos.
Barbón expresó su esperanza de que un hipotético Ejecutivo de coalición entre el PSOE y Podemos pueda desarrollar su iniciativa de ampliar la gratuidad de las escuelas infantiles de 0 a 3 años, pero Feijoo le advirtió del peligro de que ese tipo de medidas se diseñen desde Madrid y las acaben pagando las comunidades autónomas, desequilibrando unas cuentas que ya están al límite por la presión de los gastos sanitarios o de los servicios sociales. La sanidad acapara en Asturias un 38 % de las cuentas, y en Galicia el porcentaje crece hasta el 40 %. Sobre la financiación autonómica no hubo diferentes pareceres y sí un deseo de que pronto se pueda plantear un nuevo sistema que tenga en cuenta el declive demográfico, la dispersión de la población y su envejecimientos, problemas que comparten.
El tercer bloque del encuentro estuvo dedicado a la industria electrointensiva y, en este caso, afloraron en las diferencias que mantienen PP y PSOE, Xunta de Galicia y Gobierno central, en torno al modo de enfocar la transición energética. El presidente del Principado pidió «audacia» para actuar en este sentido, al insistir en que «hay que hacer compatible» la industria con el medio ambiente para aminorar los factores que provocan el cambio climático.
«No soy tan optimista», se apresuró a decir Feijoo, que defendió igualmente una transición energética, pero asumible. «Si el cambio es abrupto, se rompe», alertó, tras poner de relieve que la planificación del Gobierno, y el encarecimiento de los costes de la energía, son una amenaza grave para la industria del noroeste, porque puede ponen en jaque el futuro de Alcoa-San Cibrao, con los 8.000 empleos que genera, así como la térmica de As Pontes y otras industrias.
Barbón insistió en lo que ocurre era predecible. «Los avisos vienen de antes», dijo, defendiendo la hoja de ruta trazada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Feijoo insistió en que si las térmicas tienen de plazo hasta el 2040, no es necesario que cierre en el 2020, lo que explica que en Alemania sigan funcionando la mayoría. Y Barbón replicó diciendo que el modelo alemán bonifica el precio de la energía a la industria con el sobrecoste que pagan los particulares.
Ambos presidente sí se mostraron más coincidentes en la necesidad de aprobar un estatuto especial para la industria electrointensiva. Aunque quizás la coincidencia es porque evitaron entrar en los detalles para no ahondar en las diferencias.
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