Casado gesta una transición «valiente» con sus candidatos electorales para mayo
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El presidente del PP respeta los territorios que funcionan e interviene en los cismas
13 ene 2019 . Actualizado a las 09:26 h.Desde el mismo instante en el que Pablo Casado derrotó a Sáenz de Santamaría, el presidente del PP se comprometió a renovar el partido bajo la determinación de pararle los pies a C’s y de trazar un cortafuegos con la ultraderecha, que, tras la fracasada operación Cataluña de la exvicepresidenta, en verano comenzaba a despertar de su letargo.
Casado comenzó la obra rodeándose en la dirección de gente joven y de su confianza, como el secretario general, García Egea, o los vicesecretarios Maroto y Levy, a la que fue incorporando cuotas de las distintas sensibilidades del partido, como la gallega Marta González, vicesecretaria de Comunicación. Una vez acabada la cúpula, se puso manos a la obra con los cimientos. Heredó de Rajoy un reino de taifas. En algunas comunidades con líderes introducidos con calzador por Sáenz de Santamaría, pero sin control orgánico. En otras, con liderazgos de auténticos barones. Con las municipales y autonómicas a finales de mayo, no había tiempo que perder. Y en los poco más de cinco meses que lleva en el cargo, se ha recorrido España con un martillo y un cincel en la maleta para moldear un partido a su antojo bajo dos grandes premisas: sin contemplaciones ante la corrupción y sin complejos a la hora de defender las viejas esencias del PP.
Fuentes del PP de Galicia admiran su valentía. «Hay que tomar decisiones y se están tomando. Estábamos muy acostumbrados al juego de Rajoy de parar siempre el balón, ahora vamos a pelear todas las pelotas». Las mismas fuentes reconocen que les gustaría que a veces «modulase» su mensaje y apuntan que los nombramientos están siendo «algo acelerados», pero que esto responde a la necesidad de encajarlos entre las andaluzas y la convención nacional.
Decretazos en el Cantábrico
En su estrategia de combinar mano izquierda y mano derecha, Casado ha respetado a la mayoría de los candidatos que en las primarias se pronunciaron a favor de Sáenz de Santamaría y solo ha intervenido en los territorios en los que pintaban bastos para el PP, como Asturias, en donde relegó a Mercedes Fernández, Cherines, que recientemente se impuso en el congreso regional, en favor de Teresa Mallada. Parece que este movimiento pueda responder a su intención de buscar un acercamiento a Foro Asturias, el partido fundado por Álvarez Cascos, una idea que encaja con su idea de volver a aglutinar a «todo lo que esté a la derecha del PSOE», según sus propias palabras.
Casado también sacó el bisturí en Cantabria. El último congreso acabó en los tribunales con dos facciones enfrentadas de forma irreconciliable y decretó el nombramiento de la medallista olímpica Ruth Beitia como candidata, «una tercera vía» que en Galicia ven como un movimiento muy inteligente.
Mientras tanto, en la Comunidad Valenciana ha respetado a Isabel Bonig, presidenta del PP autonómico, a pesar de que se pronunció significativamente a favor de Santamaría en las primarias. Lo mismo en Canarias, con Asier Antona, y parecido a Castilla y León o La Rioja, territorios en los que se impuso la exvicepresidenta aún sin una campaña tan dirigida por Alfonso Fernández Mañueco y el presidente Ceniceros González. Por supuesto, bendijo las candidaturas de los líderes que le apoyaron en su camino, como el murciano López Miras, la navarra Ana Beltrán, el aragonés Luis María Beamonte o el manchego Paco Núñez, heredero del cospedalismo. En Baleares también se ha respetado al presidente del PP autonómico, Biel Company.
Dos caras nuevas leales y «sin complejos» para la Comunidad y la alcaldía de Madrid
La última hoja de la margarita fue Madrid. Los nombres de los candidatos a la Comunidad y a la alcaldía no se conocieron hasta última hora de este mismo viernes. Finalmente serán Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, respectivamente.
La primera tratará de defender uno de los grandes bastiones populares tras el vacío dejado por Cifuentes y su abrupta salida a mitad de mandato. Casado ha preferido a Díaz Ayuso (40) sobre Ángel Garrido, el actual presidente de la Comunidad, pero con quien nunca ha llegado a conectar. Además de la confianza de la dirección nacional en su frescura como gancho para el electorado, Génova destaca los pocos complejos de la secretaria de Comunicación del PP, puesto que logró con el ascenso de Casado.
Por su parte, Almeida (44) es un abogado del Estado con mejor discurso que imagen, un asunto que tratará de suplir Casado volcándose en la campaña de unas municipales que se presumen muy reñidas. Como Ayuso, Almeida también forma parte de esa hornada de jóvenes populares que apostaron por el nuevo presidente desde el minuto uno.
La oficialización de estos dos candidatos llega tras un carrusel de nombres entre los que se llegó a apuntar a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, al hijo del expresidente Adolfo Suárez, Suárez Illana, al vicesecretario Javier Maroto o incluso a la exlíder del PP vasco, María San Gil.
Barcelona y Valencia
No tanto, pero también hubo incertidumbre en dos de los ayuntamientos más poblados de España. En Barcelona, Casado se decantó por el empresario Josep Bou, que competirá contra Manuel Valls, líder de una plataforma electoral apoyada por Ciudadanos, y a quien ya le ha tendido la mano para pactar frente a los independentistas.
Se hizo más de rogar el nombre de la candidata con el objetivo de reconquistar la alcaldía de la ciudad del Turia. Será María José Catalá, un perfil moderado que sin ser la primera opción ni de Casado ni de Bonig, la líder del partido en la Comunidad Valenciana, finalmente irá como cabeza de lista tras no haber aparecido nadie mejor. Génova apostaba con fuerza por el eurodiputado González Pons, pero se topó con su renuncia de regresar a la política local. Hace unos meses aseguraba en un encuentro informal con periodistas que en toda su carrera nunca se había sentido «tan útil» como en Bruselas.