Descendientes de gallegos buscan afincarse en Santiago: «Volver a Galicia significó volver a donde pertenezco»

Victoria Peña / S. L. SANTIAGO / LA VOZ

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MARINA FERRADÁS

Jóvenes llegados de Argentina, Costa Rica, Uruguay, Venezuela, Brasil y México cuentan sus experiencias y las dificultades, en muchos casos, para ver reconocidos sus estudios

18 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada año cientos de emigrantes retornan a Galicia. Son tantos los motivos como los retornados, pero lo cierto es que gallegos, hijos, nietos y hasta bisnietos vuelven a su tierra y traen consigo parte de sus costumbres, experiencias y formación. «Santiago de Compostela es una ciudad pequeña, pero con una vida cultural plena. Es cosmopolita. Constantemente recibe gente de todas partes del mundo. Además, recibe estudiantes, lo que le da una dinámica muy particular». Así lo explica Noelia Gerbaudo, argentina de 35 años que en agosto del 2019 viajó a la capital gallega después de haber hecho el grado en Musicoterapia en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Aquí hizo el Máster en Xerontoloxía de la USC. Actualmente es investigadora y colaboradora en un proyecto de Erasmus Plus y, a su vez, hace un doctorado en la Facultade de Psicoloxía. «Estoy muy a gusto y muy agradecida por la oportunidad de desarrollarme en lo académico», confiesa.

El Río de la Plata fue de los lugares que más gallegos acogió durante el siglo pasado. Es el caso de la familia de Belén Casal, uruguaya de 35 años e hija de gallegos. Hizo la Licenciatura en Comunicación en su país y en el 2018 se mudó a Galicia para estudiar el Máster de Investigación en Educación, Diversidad Cultural y Desarrollo Comunitario en la USC. Decidió quedarse en Santiago por arraigo cultural: «Volver a Galicia significó volver a donde pertenezco». Ahora, Belén se desarrolla profesionalmente en el área en la que se formó, como consultora en comunicación y márketing digital.

Hacer comunidad

Raúl Barrantes Pampillo tiene 31 años y vino desde Costa Rica como emigrante retornado por ser bisnieto de gallegos. Llegó en el 2019 para hacer el Máster de Tecnología de Análisis de Datos Masivos: Big Data. Es presidente y voluntario de la Asociación de Jóvenes Emigrantes Retornados Gallegos (Ajerga). «Ese año vimos mucha necesidad de hacer comunidad, de hacer uniones (por la pandemia), la gente llegaba sola y necesitaba unirse», revela Raúl, quien trabaja como ingeniero de datos de forma remota, porque la empresa a la que pertenece no tiene oficinas en Santiago. Pero él se enamoró de la ciudad y decidió quedarse, porque, además de creer que es muy bonita, su propósito de estar aquí es «apoyar a otras personas como yo, desarrollar diferentes iniciativas, cooperar con la comunidad, ayudar, desarrollar cosas que antes no había, trabajar con la gente y crear una comunidad», relata emocionado.

Los emigrantes retornados valoran diferentes aspectos de la vida compostelana. En el caso de Nelly Fortes, una de las principales razones para quedarse fue «la tranquilidad de Santiago». Nelly es hija y nieta de gallegos, tiene 39 años y vive aquí desde el 2020. Hizo la Licenciatura en Historia del Arte en México y el Máster en Educación, Diversidad Cultural y Desarrollo Comunitario en la USC. Ahora es coordinadora de un proyecto europeo de Erasmus Plus y también está haciendo el Doctorado en Educación. «Estoy contenta aquí, me acostumbré bastante bien al estilo de vida», revela Fortes.

Los emigrantes que son profesionales tienen diferentes dificultades para poder ejercer. Es el caso de Daniela Castro, venezolana de 29 años e hija de gallegos. Es médica con especialización en Diagnóstico por ultrasonido y tiene un grado en Administración, pero no puede ejercer porque está en proceso de homologación del título. «Hace un año que está en proceso, cumplo los requisitos que pide el ministerio para agilizar los expedientes, pero ni lo han abierto», lamenta.

Crecimiento personal

Aún así, Daniela sigue adelante trabajando en una clínica local como administrativa, y está evaluando la posibilidad de hacer un doctorado. «Me gustaría aprovechar la oportunidad que me ha brindado Santiago para quedarme, adentrarme en su cultura, avanzar en la parte académica y por crecimiento personal», confiesa. Más allá de las oportunidades académicas, Daniela destaca que «una de las cosas que más he apreciado es lo bonito de lo cotidiano. Galicia es una tierra bellísima, tierra de mi padre y de mis abuelos. Estoy aprendiendo a verla con otros ojos desde que me mudé de forma permanente». Agrega que «aquí están mis raíces. Es un honor conocer de dónde vengo y saber un poco más de la historia de mi familia... eso me enriquece muchísimo».

Tiago Cabral es un brasileño de 32 años, nieto de gallegos que llegó a Compostela en el 2023 para hacer un Máster en Economía y Finanzas, después de estudiar Economía en su país de origen. Tiago ya terminó su máster y está buscando trabajo, pero, además, descubrió su nuevo interés al llegar a Santiago. «He decidido quedarme porque aquí están ubicadas la mayoría de las asociaciones, organismos y entidades culturales de Galicia, y desde que llegué tuve interés en el turismo, economía de la cultura y consultoría», detalla.

La odisea de conseguir trabajar en una profesión regulada en España

La inserción en el mercado laboral para un emigrante que posee un título universitario extranjero no es tan fácil, sobre todo si es un profesional de las áreas que se detallan en la lista de profesiones reguladas, como es el caso de los médicos, veterinarios, nutricionistas, odontólogos, psicólogos, ingenieros de distintas especialidades, educadores, arquitectos y abogados, entre otros.

«Hace un año que mi título está en proceso de homologación. Cuento con los dos requisitos que pide el Ministerio de Universidades para agilizar los expedientes y el mío ni lo han abierto aún», lamenta Daniela Castro, como tantos otros emigrantes que no pueden ejercer por demoras en el procedimiento.

Debido a la alta movilidad migratoria y a la obligatoriedad de realizar el trámite por la sede electrónica, ha aumentado la demanda de solicitudes de homologación de títulos extranjeros, superando las 45.000 en el 2023.

Por este motivo se ha aprobado una resolución que simplifica y agiliza el trámite de la homologación de títulos universitarios extranjeros para lograr atraer profesionales altamente cualificados e insertarlos al mercado nacional.

La homologación es el trámite que permite que, teniendo un título con validez oficial expedido en el extranjero, se reconozca oficialmente como uno español y que el profesional pueda ejercer así una profesión regulada en las mismas condiciones que los poseedores de los títulos expedidos en España.

Además de este proceso, existen los trámites de equivalencia y la convalidación para otras titulaciones.