Horacio Antonio Castaño Fernández, argentino de antepasados asturianos, regenta el tercer centro asturiano más longevo del mundo, primer en Sudamérica
06 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El Centro Asturiano de Rosario, Argentina, abre sus puertas un 1 de noviembre de 1903, convirtiéndose así en el primer centro de este tipo fundado en Sudamérica, y el tercero a nivel mundial. 77 años después de este momento, Horacio Antonio Castaño Fernández, hijo y nieto de asturianos, se pone a la cabeza del centro, siendo electo como presidente, función que continúa realizando a día de hoy. Castaño, con doble nacionalidad desde el año 2000, explica orgulloso cómo sus antepasados crecieron en Asturias para terminar por asentarse en Rosario a través de la llegada de su padre a Argentina.
Horacio Antonio Castaño trabajó en la Administración Pública hasta su jubilación como Supervisor de Inspección en la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos). Simultáneamente, era participe en el Centro Asturiano, donde se encontraba en la Comisión Directiva desde 1975. Tres años después, fue electo como presidente del mismo. «En 1978, durante uno de los tantos sube y baja de la economía argentina, comenzó un problema económico financiero, que casi termina con nuestro Centro. En la Asamblea Ordinaria del año 1980, en plena crisis, resultó electo presidente, cargo que aún ostenta.
Desde ese momento ya han pasado 40 años, y Castaño trabaja a diario para que el Centro Asturiano siga adelante. «Con mucho sacrificio, nuestro y de nuestros asociados, pudimos resurgir, allá por los años 1985 tras la crisis», explica el presidente. En la actualidad, el centro está repleto de actividades que realizar y de espacios para ello, y cuenta con equipos que destacan en el ámbito deportivo tanto local como nacional, e incluso internacional.
«Tenemos un campo de deportes, conocido como Prado Asturiano de unas tres hectáreas de tamaño, donde se practica a nivel recreativo Fútbol Infantil, Bolos Cuatreada, Tenis, Padel y Judo -esta última solo en temporada estival- y a nivel competitivo, Handball, Patín Artístico y Gimnasia Deportiva. En todas contamos con títulos a nivel nacional y en las dos últimas actividades tenemos atletas con títulos internacionales, habiendo concurrido al varios Campeonatos Sudamericanos y Olimpiadas juveniles de Nanjing -China-, en el caso de Gimnasia y a Campeonatos Sudamericanos y al Campeonato Mundial en Italia, si nos referimos a Patín», explica Horacio Antonio Castaño con orgullo.
En su Sede Social, ubicada en el centro de Rosario, cuentan con oficinas, la Biblioteca Popular Álvaro Flórez Estrada, el Centro de Día para la Tercera Edad, y un salón de actos con escenario y capacidad para 500 personas. Los responsables del Centro Asturiano son muy activos en cuanto a actividades que realizar con sus socios. «Preparamos actos culturales relacionados con la asturianía, almuerzos y cenas donde las fabadas son tradición, y tenemos nuestro Conjunto de Baile y Gaitas La Santina», explica Castaño. «A propósito de la Santina, con orgullo en el año del Centenario de nuestro Centro, en 2004, entronizamos una imagen de Nuestra Señora de Covadonga en la Parroquia Ntra. Sra. del Pilar de nuestra ciudad», añade el presidente.
Como Centro Asturiano han conseguido también dejar su huella en la ciudad, logrando nombrar, en 1998, a uno de los espacios verdes de la ciudad como Plazoleta Principado de Asturias. Hasta allí se trasladó el en aquel momento presidente del Principado, Sergio Marques Fernández, para la inauguración del lugar. Y por si fuese poco, el propio Centro construyó en 1986 dos edificios de Panteones Sociales en el cementerio El Salvador, en Rosario, con una capacidad de 1800 nichos cada uno, que se fueron vendiendo. Hoy, el Centro tiene la perpetuidad del mismo y su administración.
Actualmente, y debido al Covid-19, el Centro está cerrado y sus socios tratan de salir lo menos posible. «Dentro del ámbito mundial, estamos bien de salud, pero con el temor propio ante una pandemia de tal envergadura. Por noticias que se reciben de España, están Madrid y Barcelona muy complicadas. Hacemos votos para que esto pase de una vez y en nuestros ruegos siempre está presente La Tierrina y que pronto se descubra la vacuna salvadora», cuenta Castaño, que recuerda haber vivido una situación parecida en 1956, cuando vivieron una epidemia de parálisis infantil que hizo sufrir mucho a su país.