Lucenses en el extranjero: «Me compré un piso en Sarria, pero todavía no me planteo regresar»
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Atilano Arias López, Paula Lorenzo Geada o Pablo Rodríguez Fernández, tres lucenses que trabajan con éxito en el extranjero
23 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Atilano Arias López, Paula Lorenzo Geada o Pablo Rodríguez Fernández son tres lucenses que se han tenido que buscar la vida a nivel profesional en el extranjero y, de momento, seguirán fuera de Galicia para continuar con sus exitosas carreras profdesionales. De los 78.889 personas adscritas a la provincia de Lugo que viven en el extranjero, 13.856 son personas nacidas en la provincia de Lugo. Una cifra que cada vez es menor, pero que aún supone que hay emigración lucense repartida por el mundo.
Estos tres lucenses nos explican cómo es su vida en el extranjero y cómo afrontan sus nuevos retos profesionales. Son Atilano Arias, de Sarria, Paula Lorenzo, de Alfoz, y Pablo Rodríguez, de Monforte de Lemos.

Atilano Arias, supervisor de una multinacional en Varsovia: «Sigo en Polonia porque la oferta laboral no es mejorable fuera»
Suso Varela
Atilano Arias López es un sarriano que ya va camino de cumplir 13 años viviendo en Polonia, adonde llegó en el 2012 cuando al acabar la carrera en Lugo, Formación do Profesorado, le ofrecieron irse al país del este de Europa a dar clases de español para extranjeros.
Se animó a irse al ver que en el 2012 la crisis económica en España daba poco margen para que un joven formado y con ambición por mejorar pudiese tener opciones laborales en Lugo y en Galicia. «Y aquí sigo en Varsovia, porque de momento la oferta laboral que hay en Centroeuropa y en Polonia en particular, hace que no me plantee volver a medio plazo, ¡y eso que me he comprado un piso en Sarria!», explica Atilano Arias el pasado viernes desde Vigo, ya que ayer participó en Braga en un espectáculo de su gran afición, el wrestling.
A Atilano Arias, de 35 años de edad, le cambió todo en el 2014 cuando entró a trabajar en la empresa financiera norteamericana MoneyGram International, en la que ha ido escalando, desde atención al cliente, hasta ser mánager del departamento que analiza los delitos financieros. Desde su puesto en Varsovia cubre el citado departamento en Europa, África, Asia y el Pacífico, por ello señala que no tiene pensado regresar a Galicia y a su Sarria natal, donde trabajó muchos años en el negocio de sus padres.
Hace años, antes del covid, se llegó a plantear el regreso a España, coincidiendo con la mejora económica, pero la pandemia provocó el efecto contrario y se asentó en Varsovia, en un trabajo que además, reconoce, le permite compaginar con su gran pasión, subirse al ring en varios países europeos bajo el nombre de Starboy Nano López.

Paula Lorenzo Geada, profesora en Argelia: «O meu perfil profesional ten máis cabida fóra»
Yolanda García
Precisamente desde ayer Paula Lorenzo Geada es profesora de plantilla del Instituto Cervantes. Después de haberla llevado el mundo de la docencia por diferentes países, esta mariñana natural de Alfoz está en la actualidad trabajando en Orán, ciudad al noroeste de Argelia. Tras finalizar la carrera en 2005, poco después comenzó ya su periplo internacional, primero en Alabama justo el año en que Obama alcanzó la presidencia de Estados Unidos.
Su estancia americana duró un curso académico, regresó a Madrid y en 2011, a través de un programa formativo de profesores de secundaria en el sistema educativo británico, pasó casi tres años en Inglaterra, dando clase en zonas rurales. Posteriormente, volvió a España, amplió formación con la UNED y a través de la Cátedra Inditex le llegó un nuevo destino en su vida: Bangladés.
Su estancia en Moscú
En 2016, el programa de secciones bilingües del Ministerio de Educación le volvió a cambiar el rumbo, arribando en Rusia donde «empecei a facer horas, en fin de semana, sendo colaboradora co Instituto Cervantes», recuerda. «Foi onde estiven máis tempo —especifica— ata xuño de 2020, cando puiden saír pero non puiden volver a entrar pola pandemia». Como en Egipto y Turquía eran países sin restricciones, cambió ruta a El Cairo, donde estuvo ocho meses, regresó a España y logró contrato en un colegio británico establecido en Moscú. En mayo de 2024 le confirmaron plaza en Orán, donde empezó en septiembre.
Como profesora de plantilla del Instituto Cervantes, Paula Lorenzo Geada se encarga también de formar a futuros profesores de español para extranjeros: «Eu tamén son responsable de aula multimedia e novas tecnoloxías en educación. Este mes estamos coa actualización da plataforma que ten o Instituto Cervantes para ensinar e adaptala aos diferentes centros».
Sus razones de movilidad internacional siempre han sido laborales: «Unha experiencia previa que me levou a outra, non sempre coas mesmas institucións, pero si cun fío condutor». Sobre la oportunidad de quedarse en su tierra natal, dice: «O meu perfil profesional ten máis cabida fóra de Galicia. Cando estiven en España din clases de inglés, que tamén ten a súa demanda. Incluso no Cervantes podería dar clases de galego». Añade que «o que me leva dun sitio a outro é a xente». «Adaptarse, non dar nada por sentado, aprender do arredor e observar» es su aprendizaje.

Pablo Rodríguez, director de una empresa en la Patagonia: «Pensé en establecerme en la Ribeira Sacra»
Carlos Cortés
Pablo Rodríguez Fernández nació en Monforte de Lemos hace 39 años y le habría gustado quedarse en su localidad natal cuando terminó en Vigo la carrera de ingeniería industrial superior de organización industrial. Especializado en cadenas de suministro, operaciones y transformación de los procesos de negocio, ni en la comarca de Lemos ni en el conjunto de la Ribeira Sacra abundan precisamente las oportunidades en su campo profesional. De manera que ya sabía que le iba a tocar trabajar fuera, lo que no sabía entonces era que acabaría tan lejos. Lleva año y medio en la Patagonia argentina.
En la ciudad de Puerto Madryn trabaja como director general de Estrella Patagónica SA, una empresa pesquera argentina de capital español y con 800 trabajadores en plantilla. Cuando le ofrecieron el puesto vivía en Vigo y ocupaba un puesto de responsabilidad en Pescanova. «Cuando empezaba —recuerda— me planteé establecerme por mi cuenta en alguna bodega de la Ribeira Sacra, porque ese mundo me encanta, pero aquello suponía un dineral y a uno le da miedo hipotecar su vida».
La idea de establecerse al otro lado del Atlántico impresiona, pero el puesto que le ofrecieron no era fácilmente rechazable. Así que allí se fueron él y su mujer, Natalia Rodríguez Rodríguez, que es de Sarria. Echa de menos a la familia y los amigos, pero la dirección de una empresa es el tipo de responsabilidad que siempre había querido. «Estoy muy contento, aunque, eso sí —bromea—, después de esto me he prometido no criticar nunca a un director general, porque es un trabajo que te ocupa las 24 horas del día y los siete días de la semana».
El conocimiento del idioma le ha facilitado la integración, pero no borra las diferencias culturales, que las hay. «Por ejemplo, en Puerto Madryn hay poco ocio más allá de los famosos asados argentinos, pero se hacen en casa, no fuera». El compromiso de Pablo Rodríguez con su empresa es de larga duración, así que su sitio en este momento está en Argentina. Lo que ocurra más adelante ya se verá.