Julio Diniz, director de Nestlé en Pontecesures: «Muchos llegaron a la fábrica jóvenes y de aquí salen familias e hijos»
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El responsable de la factoría apunta que podrían fabricar no solo leche condensada tras la ampliación
25 feb 2024 . Actualizado a las 11:37 h.El 1 de febrero del 2022 Júlio Ribeiro Diniz (Uberlândia, Brasil, 1981) relevaba a David Coré de la dirección de la fábrica de Nestlé en Pontecesures. Diniz, que había entrado en el mayor grupo multinacional de alimentos y bebidas en el 2013, el mismo año del desembarco de Coré a orillas del Ulla, se ocupó de capitanear la etapa postpandemia. Mantener los altos niveles de calidad de una factoría que exporta el 74 % de su producción a cuatro continentes y su estrecha relación con sus suministradores locales y una plantilla multigeneracional son la brújula de Diniz. Apuntando al norte, una ampliación de la planta y la puerta abierta a ir más allá de la fabricación de leche condensada.
—Acaba de cumplir dos años al frente de la planta de Nestlé en Pontecesures. ¿Qué hoja de ruta le encomendó la compañía al asumir la dirección?
—Sobre todo, hacer un trabajo de continuidad de lo que se venía haciendo, principalmente, en materia de sustentabilidad. También, seguir trabajando en la calidad y excelencia de los productos que fabricamos, seguir siendo una referencia en la fabricación de leche condensada en la región para la que producimos, Europa, Oriente Medio y Oceanía, y también dentro de Nestlé. Y aprovechar la experiencia externa que yo traía. Llevaba casi 20 años trabajando en industrias en distintos países, en manufactura y operaciones, también en formación, auditorías… En Nestlé no estaba asignado a una fábrica concreta, las visitaba, unas 40 fábricas en 20 países de tres continentes, conociendo y compartiendo mejores prácticas dentro del grupo y diferentes productos de Nestlé y su modo de fabricación.
—¿Conocía la planta antes de desembarcar en su dirección?
—No, no. En España conocía otras tres fábricas, pero esta, no.
—¿Y cuál fue su primera impresión al ver cómo se estaba trabajando aquí? ¿Qué ha cambiado desde que se ocupa de su gestión?
—Lo que encontré fue una fábrica con una plantilla con bastante conocimiento y experiencia, con un compromiso muy fuerte con la calidad de lo que hacemos. Pero cuando llegué, por la pandemia, todos teníamos que usar mascarilla y situarnos a dos metros de distancia. Aunque trabajásemos todos juntos, faltaba un poco de espíritu de equipo, porque nuestra gente ya llevaba bastante tiempo con el contacto reducido. Por eso, una de las cosas que busqué desde el principio fue que las personas pudiesen volver a sentirse unidas, como un equipo. Empezamos a redefinir los valores, que sirviesen de punto de unión de todo el equipo. Y una vez que se quitaron las restricciones, empezamos a trabajar más en conjunto, con grupos de trabajo y formación. Solo el año pasado fueron más de 6.000 horas de formación, en distintos temas y distintas áreas, desde logística, buenas prácticas, nuevas tecnologías…
—El Concello de Pontecesures informó hace dos años que Nestlé maneja una gran ampliación de sus instalaciones a orillas de Ulla. ¿En qué consiste el proyecto? ¿Cómo será la futura fábrica?
—Como puedes ver, delante de nosotros hay un río, atrás hay casas, acá la línea de tren; a nivel de finca no tenemos más hacia donde poder expandirnos. Solo lo podemos hacer en nuestro propio terreno. Tenemos una parte de nuestro solar calificado como suelo urbano no consolidado, es decir, no se puede edificar; llevamos ya dos años trabajando con el Concello en los trámites públicos para su conversión en suelo industrial y es un proceso largo. En este momento no tenemos nada concreto sobre lo que se va a hacer. En su historia, Nestlé siempre ha buscado ir un paso por delante de las necesidades del mercado para estar preparada. Es lo que estamos haciendo. Estamos trabajando para tener la recalificación de la finca de manera que, una vez haya una necesidad de mercado, estemos listos para empezar la obra con la que responder a ella.
—¿Pero no tiene definido Nestlé qué hacer una vez pueda ampliar la planta con el terreno ya recalificado? El en aquel momento alcalde, Juan Manuel Vidal, habló hace dos años de una inversión de más de 10 millones de euros y de la construcción de una zona de embalaje y almacenamiento de producto.
—Algo concreto, no, porque todavía está en las manos de la Administración. Hay muchos hitos todavía por pasar.
—¿Y cuánto tiempo cree que puede tardar en completarse el proceso administrativo para tener luz verde a la ampliación?
—No puedo precisarlo. Hace falta todavía algún paso más en otras Administraciones. Depende de los tiempos de la Administración pública que no puedo comentar, porque los desconozco.
—¿Barajan ampliar el catálogo de producción en Cesures más allá de la leche condensada tras acometer el crecimiento de la planta?
—Sí. De hecho, ya fabricamos en Pontecesures la leche condensada vegana, que es una leche condensada sin leche. Para la fábrica incorporar esta referencia fue un cambio de mentalidad bastante grande. Nuestras instalaciones pueden ser utilizadas para fabricar otros productos, según la demanda del mercado. Todo empieza con la demanda del consumidor y ahí tocará valorar, como grupo, qué fábrica tiene las tecnologías para fabricarlo y si nosotros, aquí, tenemos esas tecnologías. Posiblemente podamos fabricar otra cosa.
—Su antecesor dirigió la fábrica durante prácticamente una década. No sé si usted se ve tanto tiempo aquí.
—De momento no tengo previsión. Llevo aquí dos años, que me han servido de un buen aprendizaje. Con el equipo hemos avanzado en muchas áreas, sobre todo, recuperando la parte moral después de la pandemia. Siempre hay mucho que hacer en una fábrica.
—¿Y qué fábrica visualiza dentro de diez años en Pontecesures?
—Una fábrica más avanzada todavía en la excelencia operacional, más sostenible todavía; más integrada con la comunidad local, con sus ganaderos, quizá con la cuarta generación familiar de personas trabajando en la fábrica y surtiéndonos la leche desde las granjas. Trayendo modernización, digitalización, más industria 4.0, aunque reforzando los orígenes y la tradición de la planta. La fábrica llega a los 85 años y vemos que hay mucho todavía delante de nosotros. Seguiremos trabajando en esta línea, manteniendo como decía la tradición, con las personas involucradas, ligados a la comunidad local, buscando tener aquí, en un futuro próximo, la cuarta generación. Tenemos familias formadas aquí, muchos llegaron a la fábrica jóvenes y de aquí salen parejas, con hijos, y esa es una parte que queremos mantener; seguir trabajando en la sostenibilidad y diversidad.
«Ayudamos no solo a mantener, sino también a mejorar la calidad de las explotaciones»
Diniz apunta que Nestlé compra el 3-3,5 % de la leche producida en Galicia. «No somos un gran player en la comunidad», afirma, pero sin duda, una voz autorizada para hablar del estado del sector lácteo en el país.
—Los productores agrícolas y ganaderos de Europa están en pie de guerra. Denuncian que producen y venden en inferioridad de condiciones y de precios respecto a muchos terceros países que colocan sus productos en la Unión Europea. ¿Tienen motivos para salir a la calle?
—Particularmente, no veo motivos. Nosotros, así como tenemos en fábrica personas de la segunda o la tercera generación de la misma familia, también las tenemos en las granjas que nos suministran leche en exclusiva. Mantenemos una relación bastante cercana a ellos, no solo a nivel de negocio, también de conocer a las personas, la realidad, las dificultades que tienen. Trabajamos respetando la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece que los ganaderos no pueden trabajar a pérdidas; es algo que respetamos. Seguimos la política de precios del mercado, respetando la cadena de suministro. También tenemos un equipo de asesores agropecuarios que pasan la mayoría del tiempo visitando granjas, dando formación, ofreciendo consultorías individuales de sostenibilidad, ayudando a los ganaderos en situaciones de dificultad, realizando auditorías anuales de calidad de las explotaciones… Ayudamos no solo a mantener sino también a mejorar la calidad y la productividad de las granjas.
—¿Cómo ve el mapa industrial lácteo de Galicia?
—Lo veo bien. Galicia es la principal región productora en España y una de las principales regiones de Europa. A nivel de industrias lácteas, a lo largo de los últimos años se evolucionó mucho en Galicia. Las industrias quieren estar aquí, por la cercanía de la materia fresca y de calidad.
—La realidad es que cada vez hay menos explotaciones de leche en Galicia. Nestlé, sin ir más lejos, pasó de trabajar con unas 600 en el 2012 a menos de 100 en la actualidad. ¿Les está resultando difícil encontrar proveedores?
—No. La verdad es que no. Los ganaderos conocen nuestro sistema de auditoría anual en las granjas, en algunos casos más riguroso de lo que ellos están acostumbrados, y lo valoran, porque les generan menos problemas y tiene una valoración también cara al exterior. Tenemos eventualmente ganaderos que nos buscan, que quieren empezar a trabajar con nosotros.