La asturiana Raquel Faes nos cuenta, además de su experiencia viviendo fuera, cómo se está viviendo en Londres esta pandemia
05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Raquel Faes Díaz lleva desde que comenzó sus estudios universitarios viviendo fuera del Principado. Tras pasar por lugares tan dispares como Alemania, Granada o Grecia, ahora vive en Londres, donde le está tocando pasar por esta experiencia de vivir una pandemia mundial. La ovetense, que ha vivido desde bebé en Gijón, consiguió una buena oportunidad laboral en Londres, y actualmente trabaja como editora de Apple Maps Multilingüe. Ella nos cuenta cómo está siendo su experiencia.
-¿Cuándo y por qué decidió trasladarse a Londres?
-Quería darle un empujón a mi trayectoria profesional tras haber vivido casi 3 años espectaculares y ociosos en Grecia y el Reino Unido siempre me ha atraído como lugar con oportunidades e interés cultural e histórico. Tras unos meses haciendo entrevistas desde Gijón, una empresa de traducción de videojuegos me ofreció una oportunidad laboral muy interesante y me decidí a venir a vivir con una amiga de toda la vida (también de Gijón) que llevaba años aquí.
-¿Fue Londres su primer lugar de residencia fuera de Asturias?
-¡Qué va, ho! Desde ir a la Universidad en Granada, siempre he vivido fuera, al principio más por espíritu explorador que por ambición laboral, pero más adelante (como el resto de juventud asturiana) ya por deseo de poder labrarme un futuro profesional más rico en todos los sentidos. En España he vivido en Granada, Barcelona y Madrid y fuera de España en varios lugares del Reino Unido, en Alemania y en Grecia.
-¿A qué se dedica allí, y cómo es su rutina?
-Trabajo como Editora de Apple Maps multilingüe. Ahora mismo mi rutina no es la que era, por motivos obvios (seguimos trabajando desde casa), pero en condiciones normales trabajaría a jornada completa teniendo que desplazarme a la oficina. Creo que llevo los hábitos normales en una gran ciudad: transporte, trabajo y ocio, que en mi caso suele ser rodearme de amistades o hacer deporte o visitas culturales o a la naturaleza. Echo mucho de menos los conciertos y festivales y poder salir de vacaciones en circunstancias normales, pero ahorrar en transporte siempre es ventajoso.
-¿Cómo está viviendo la situación actual del COVID-19? Etapa del confinamiento, medidas adoptadas por el gobierno, «nueva normalidad»…
-Actualmente, la vida aquí es casi 100% la que era antes del virus (a excepción de ciertas medidas logísticas o sociales), a espera de que reabran restaurantes, pubs, museos y cines dentro de unos pocos días. En cuanto a las medidas gubernamentales, desde la tardía aplicación del estado de alarma hasta hoy, han sido tan confusas como débiles, en mi opinión. Las comparecencias de Boris, en concreto, han dejado al público desorientado siempre, con la sensación de seguir a un líder que no sabe lo que hace y se guía más bien por motivos económicos o que humanísticos o sociales. Todo esto por no mencionar el caso de Dominic Cummings, consejero jefe del primer ministro, y su bochornosa rueda de prensa tras haber sido acusado de saltarse el confinamiento para salir a la campiña. Nada nuevo en cuanto la clase política, por desgracia, pero ya veremos qué nos depara el otoño.
-¿Podría comparar los años vividos en España con el tiempo que lleva allí?
-No me suele gustar comparar este tipo de cosas porque es difícil no caer en injusticias, y, además, no hay lugar a comparaciones. No obstante, como he dicho, la precaria situación laboral en España y particularmente en Asturias es una diferencia clave con el Reino Unido, y Londres específicamente. Algo que he comprobado es que en Londres el esfuerzo sí se premia. Por otro lado, España rebosa otro tipo de calidad de vida que agradecería en el mundo británico: cierto tipo de clima (el asturiano aquí lo tengo en bandeja, fíjate), nuestro carácter dicharachero y cercano, el tipo de reuniones sociales, la cocina…
-En su entorno, ¿se relaciona con otras personas asturianas o españolas, o está más compuesto por gente local o de otros países?
-Uno de los mayores atractivos de Londres, en mi opinión, es su gran mezcla de culturas. Mi forma de vivir en el extranjero siempre ha sido empaparme de la cultura y estar abierta a nuevos modos de vida, así que siempre me relaciono con todo tipo de personas. Pero es algo que haría también en cualquier otro lugar. No busco activamente grupos de españoles o asturianos, pero si coincide que los encuentro, también se agradece disfrutar de la morriña en conjunto un ratín. Además, aquí hay tantos españoles que a veces me da la sensación de ir por la Gran Vía en vez de Covent Garden.
-¿En algún momento se planteó o se plantea volver a Asturias? ¿Y a España?
-Creo que esto es algo que todos los que vivimos fuera tenemos en mente en mayor o menor medida. Por ahora no me lo planteo, porque llevo aquí poco más de dos años y estoy orgullosa con lo que he conseguido e ilusionada por continuar avanzando. Es algo que me plantearé si en algún momento siento realmente la necesidad o veo impracticable seguir aquí por motivos ajenos a mi voluntad, pero por desgracia Asturias no está en mi mente. La echo de menos profundamente, pienso en casa cada día, pero es una pena tener que pensar de forma realista y saber que las inexistentes oportunidades laborales allí no me lo permitirían.
-¿Qué diferencias ve entre el estilo de vida inglés y el asturiano?
-Es una pregunta tan general que no me siento muy cómoda comparando ambos estilos de vida. ¿Asturiano de dónde? ¿Inglés de dónde? ¿De qué tipo de persona? Ni conozco todos los tipos de vida de todos los lugares asturianos o ingleses, ni su historia. No les haría justicia y caería en tópicos, prefiero guardar un respetuoso silencio y que cada uno se anime a viajar y juzgar por sí mismo.
-¿Animaría a la gente a vivir la experiencia de mudarse al extranjero?
-Soy más partidaria de animar a la gente a lanzarse a la experiencia de vivir fuera, aunque sea por un tiempo. No hay nada como experimentarlo por ti mismo, al fin y al cabo, cada persona lo vive de manera diferente, pero siempre es enriquecedor.