Lalo López vive en la ciudad china desde hace ocho años. Ha decidido mostrar en sus canal cómo es la situación actual de la ciudad china
23 feb 2020 . Actualizado a las 18:37 h.Eladio López, es un ingeniero asturiano que vive desde hace ocho años en Shanghái. Esta ciudad china cuenta con aproximadamente 25 millones de habitantes que transitan sus anchas calles. O transitaban. Hasta la detección del coronavirus. Desde entonces, cada día es menor el movimiento que hay por las calles de las grandes ciudades chinas. Lalo López ha decidido subir a su canal de Youtube varios vídeos que demuestran cómo se está viviendo el virus chino desde dentro. «Con el Año Nuevo me marqué como propósito reactivar mi cuenta de Youtube y comencé con un vídeo explicativo», explica. La gente comenzó a ver su vídeo y vio que funcionaba bien así que «decidí continuar haciendo lo que me gusta y se me da bien: hablar con los chinos para contar la realidad desde dentro».
Hace tres semanas publicó el primero de los vídeos, en el que el asturiano recorría las calles con su cámara, su mascarilla y su bicicleta, sin dejar de grabar ni un solo detalle. Desde entonces, y hasta el 16 de febrero, día que subió el último vídeo, se puede ver la evolución del virus chino en las actitudes y medidas tomadas, tanto por la propia gente como por el Gobierno chino. Cada lugar al que va, ya sea el metro, correos o su propia urbanización, el asturiano se somete a una medición de fiebre, pues es el síntoma principal de la enfermedad. En caso de superar los 37 grados, «se inicia todo un protocolo de actuación para intentar solucionarlo lo más rápido posible», explica López.
De los primeros vídeos a los últimos hay grandes diferencias. La primera, en lo relacionado con las largas colas para obtener mascarillas, ya que, si al principio se aglomeraban multitudes de personas a las puertas de los locales, ahora el procedimiento a seguir es diferente: los ciudadanos tienen que registrarse en los comités de los barrios, y serán llamados cuando sus mascarillas estén para ser recogidas. El asturiano muestra cómo en su caso tardaron varios días en dárselas.
Además, en los últimos vídeos, los parques están cerrados y ya nadie va sin su mascarilla. Los drones han pasado a hacer la función de altavoces que informan a la ciudadanía de no olvidar llevarlas. En uno de sus vídeos, vive cómo el portero de su urbanización le cuenta que han detectado cinco casos en su edificio. A los cinco días (en su último vídeo hasta el momento), muestra un pantallazo de una aplicación donde pueden seguirse en directo los casos de coronavirus dentro de Shanghái. Son los propios porteros los que gestionan la cuarentena de aquellos que provengan de determinadas provincias del país.
Por otra parte, el tema del trabajo es uno de los grandes enigmas. Hay mucha gente que está trabajando desde casa, o profesores que imparten clases online, pero también hay fábricas y sistemas de producción que para realizar su actividad tienen más restricciones: proveer a sus empleados de mascarillas, medir la fiebre y no poner el aire acondicionado (pues es una de las fuentes de más fácil propagación del virus), según explica el asturiano en una de sus grabaciones. Eso sí, con el miedo y el temor de salir a las calles, los repartidores de comida a domicilio no paran. «Los que no paran de trabajar y exponerse son los repartidores», cuenta Lalo.
Una de las conclusiones que saca el propio asturiano ante la situación de crisis que está viviendo el Gigante Asiático es que «los chinos no están escatimando ni en esfuerzo ni en medidas, ni recursos para paliar esta crisis. En este mundo tan globalizado en el que una gripe en el centro de China es capaz de movilizar el mundo entero, no es momento para aprovechar y echar mierda, sino es momento de arrimar el hombro y remar en la misma dirección todos juntos. Ya que, si lo hacemos en sentidos diferentes, empezaremos a dar vueltas y acabar en el mismo punto». Por el momento, su idea sigue siendo mostrar la situación que se vive allí, ya que «creo que a ratos ver un vídeo de alguien que está aquí y dar voz a ciudadanos chinos de a pie es bastante realista y da una visión directa de lo que está pasando». Aunque, eso sí, espera que la situación se normalice pronto y «pueda enseñar cosas más interesantes de China».