Ignacio González-Pinto es un estudiante que realiza una estancia en Bochum
31 mar 2019 . Actualizado a las 12:51 h.Su DNI dice que nació en Madrid, pero su corazón lo tiene claro. «Soy asturiano», afirma Ignacio González-Pinto, un estudiante de Erasmus que realiza una estancia en Bochum, donde descubrió en poco tiempo las diferencias culturales entre Asturias y Alemania. Un país teutón que considera «como cualquier otro, tiene cosas buenas y cosas malas. En muchos sentidos, Alemania es un país idealizado», apunta. Sus horarios, el carácter germano y la climatología son los factores que más marcan la acentuada diferencia entre su tierra de adopción y su destino estudiantil actual. Así vive un Erasmus asturiano en Bochum.
El joven cogió las maletas rumbo a esta ciudad el pasado septiembre, y su primer mes en la localidad alemana fue muy intenso y movido, debido a los requerimiento burocráticos que debía cumplimentar a su llegada y al proceso de aclimatación a la universidad de Bochum. Una adaptación en la que contaba con una ventaja clara: el programa tándem que oferta la Universidad de Oviedo. Se trata de un programa de intercambio de lenguas directo con estudiantes de español alemanes, que ofrece la Universidad de Oviedo a todos los estudiantes. La parte de este programa que se realiza en Alemania la financia parcialmente la institución educativa ovetense. Por las mañanas se trabaja en tándem (codo a codo con estudiantes de español alemanes) y por las tardes se hacen actividades.
Una iniciativa que le permitió conocer esta ciudad antes de saber que volvería a ella para realizar la estancia Erasmus. De la cultura alemana y la idiosincracia de este país destaca la burocracia, que considera «digna de admiración», la belleza del mismo y los habitantes, a los que considera gente «muy amable». Sin embargo, el estudiante considera que se ensalza en exceso las bondades de Alemania. Se trata, según el joven, de un país «como cualquier otro, tiene cosas buenas y malas. Hay buenas condiciones de trabajo, pero no es el paraíso que muchos creen».
Diferentes horarios
Si bien el país teutón se enmarca dentro del contexto cultural europeo, como España, sus tradiciones y formas de vivir el día a día difieren en gran medida de las costumbres españolas. Los horarios alemanes marcan distancia con respecto a los que rigen en España. Un factor que explica el estudiante se debe «al menor número de horas de luz, que hace necesario aprovecharlas». A las 6.00 de la mañana, «Alemania ya está despierta, ves gente ya en la calle e incluso muchos trabajando». La climatología también presenta notables diferencias entre Bochum y Asturias. González-Pinto apunta que en Asturias, pese a que llueve mucho, se disfruta de más luz que en Alemania, donde el sol «se ve poco en invierno».
Las horas de comidas en el país germano también se diferencian de las que se dan en España. Mientras en su tierra natal, se suele comer pasado el mediodía y cenar tarde, en Alemania se adelantan estos horarios. «Se come a medio día y se cena muy pronto, hacia las 18.30-19.00», comenta. El respeto reverencial por las reglas que exhiben los alemanes y la eficiencia que, según el joven, les caracterizan son otros puntos positivos de la cultura teutona. Sin embargo, su forma de vida «supone un shock para nosotros», afirma.
La forma alemana de entender las relaciones sociales
«Son gente de quedarse en casa: van de casa al trabajo y del trabajo a casa», explica el Erasmus en relación a la forma de entender el tiempo de ocio de los alemanes. El carácter retraído y cerrado de los germanos dificulta la socialización. No obstante, señala que, una vez entablada una amistad con ellos, «son amigos de verdad, muy buena gente». La barrera idiomática es otro obstáculo a la hora de relacionarse con los alemanes, y sobre todo, con los grupos de amigos alemanes. Una dificultad que da lugar a que los españoles tiendan a juntarse con otros hispanohablantes, tendencia que el asturiano ha tratado de evitar en la medida de lo posible. «Trato de quedar con mis amigos alemanes siempre que puedo» señala.
El estudiante señala que se sorprendió mucho de los alemanes es su capacidad de decir las cosas «sin tapujos, a veces parece cortante, pero es una gran ventaja en algunos casos». El joven recuerda una de las ocasiones en la que esta forma de responder le pareció muy curiosa. «Invité a un amigo alemán a una quedada de Erasmus y directamente me dijo no, gracias, que iba a quedarse en casa y ver una serie». El estudiante confiesa que esperaba una «excusa convincente al menos», pero afirma que esto no les importa a los alemanes. «Te lo dicen así y si te gusta bien y si no también», añade.
Asturias en el recuerdo
González-Pinto vive Asturias con mucha nostalgia. «Hace no mucho estuve escuchando música astur y me emocioné mucho. Es escuchar una gaita asturiana y se me pone la piel de gallina», admite. Como buen asturiano, la bandera le acompaña allá donde va. «En mi habitación tengo colgada una bandera de Asturias que me recuerda a diario lo que me espera en casa», afirma. Su vuelta reciente le hizo descubrir que no hubo grandes cambios en la región, pero sí se muestra intranquilo con respecto a una realidad concreta. «Estuve en marzo me preocupó el clima. Ya no orbaya como antes y está haciendo más calor del que debería y, por si fuera poco, los pirómanos hacen de las suyas», señala.