Esta ovetense forma al personal sanitario destinado en zonas rurales de Sierra Leona para mejorar la salud sexual y reproductiva de la población local
26 mar 2019 . Actualizado a las 13:17 h.Desde joven, Lucía Soto quería estar en el terreno: ayudar a gente necesitada. Con 18 años recién cumplidos, ingresó en Cruz Roja Juventud, donde participó en el programa Animación Hospitalaria, en el área de Pediatría del Hospital Central de Asturias. De su Asturias natal voló en 2018 a Sierra Leona, diez años después de sus inicios solidarios en el Principado. En el país africano, participó en el proyecto de Médicos Mundo que lleva a cabo para reducir la mortalidad infantil, formando al profesional sanitario de las zonas rurales de las comarcas de Nieni y Kabala. Entre , una historia de solidaridad marcada por su experiencia en Sierra Leona.
Los comienzos como voluntaria de esta ovetense llegaron de la mano de sus estudios. «Comencé la carrera de Enfermería entonces porque me permitía dedicarme de manera más directa al campo de la cooperación», explica Soto. Sus primeros pinitos en el mundo del voluntariado llegaron en Asturias, donde formó parte del área de Socorros y Emergencias. Una vivencia que reafirmó su voluntad de servicio, y le hizo plantearse la necesidad de coger las maletas para ayudar a las personas necesitadas de África.
Gracias a la ONGD Asturies por África, Soto pudo conocer por primera vez la realidad de las comunidades locales, desabastecidas de todo tipo de recursos. «Lo más gratificante de mi labor es comprobar que los proyectos tienen un impacto real en la población local. Mejorar la calidad de vida de cientos de familias y facilitarles servicios sanitarios básicos que impactan en su día a día», señala la ovetense. Además de observar cómo sus esfuerzos se materializan, también destaca las relaciones personajes forjadas en el terreno, así como el cariño que dispensan las comunidades en las que ayudó la ovetense. Sin embargo, también relata la frustración que se produce porque «siempre hace falta algo más, y los fondos nunca son insuficientes».
Unas experiencias que le ayudarían en su viaje más reciente a Sierra Leona, donde se encargó de formar a los profesionales sanitarios destinados a estas zonas y acompañarlos en el trabajo diario, evaluando las deficiencias y necesidades de los centros de salud. «Se trata de un proyecto de salud centrado en la formación del personal sanitario y en la sensibilización de la población en educación sexual y reproductiva», explica. Gracias a sus vivencias en este país africano, Soto ha reforzado su compromiso con las causas sanitarias en países del tercer mundo.
La asturiana se encuentra a la espera de unirse a un nuevo destino de voluntariado mientras, a la espera de la aparición de nuevas oportunidades, elabora proyectos para llevar a cabo en el terreno. Por otra parte, también saca tiempo para dar charlas en Asturias sobre el proyecto de Médicos Mundo en la región. «Es una parte muy importante de la labor de cooperación: conseguir que la población asturiana se sensibilice con otras realidades y entienda las necesidades de otros países», explica.
La labor de las ONGDs asturianas en el exterior es un trabajo que la ovetense reconoce y elogia, y trata de concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de apoyar este tipo de causas solidarias, que tienen una gran influencia en luchar por el reconocimiento y respeto de los Derechos Humanos en todos los países del tercer mundo. «Conozco muchas de esas entidades, y sigo el trabajo que desarrollan organizaciones como Matumaini o Asturias por África», señala la asturiana. Una labor en la que la donación de fondos es clave para que las asociaciones puedan contar con los recursos necesarios para las comunidades desfavorecidas. «Las administraciones públicas son las que más fondos destinan a las asociaciones dedicadas a la cooperación. Para ello, evalúan los proyectos presentados por las ONGDs y, en función del resultado de la puntuación obtenida, se resuelve la ayuda económica a recibir», comenta.
Una labor solidaria que vertebra la vida de Lucía Soto, una incansable luchadora por los derechos humanos y por la reducción de la mortalidad infantil en países como Gambia o Sierra Leona. A la espera de nuevos desafíos, la asturiana desarrolla proyectos con el fin de luchar en el terreno por la consecución de sus ideales. Unos ideales que le hicieron coger las maletas hacia África, la tierra donde esta enfermera descubrió una realidad por la que lucha diariamente.