Iván Fernández, casado con una irlandesa, explica cómo es su vida como inmigrantes en Escocia
05 mar 2019 . Actualizado a las 16:39 h.Iván Fernández Cabrera es un médico gijonés que al finalizar sus estudios en España decidió trasladarse a Escocia para empezar a trabajar como psiquiatra. Casi veinte años después de su partida, este asturiano trabaja en proyectos de reinserción ayudando a adictos a la droga, un problema de gran gravedad en la zona. Se casó con una mujer irlandesa, tiene dos hijas y viven en Glasgow ayudando a la sociedad. Ahora, y a pesar de que nunca se han sentido unos extraños, viven el Brexit, para el cual faltan dos meses, con mucha incertidumbre. Su historia como inmigrantes es un ejemplo que incluso ha sido llevado al parlamento británico.
Fernández terminó sus estudios de medicina en el año 2001, cuando decidió enviar su currículum a Escocia para comenzar a trabajar. Allí consiguió su primer contrato de seis meses, que posteriormente le llevaría a rotar como psiquiatra durante tres años. Desde 2006, este asturiano nacido en Gijón trabaja en Glasgow en el servicio de adicciones. «Trabajo en la drug court, que es algo así como el tribunal de la droga», explica. Un servicio que supone una alternativa a la cárcel para aquellos que tienen distintas condenas y problemas de adicciones, y que, según sus palabras, es mucho más efectivo en cuanto a la reinserción. Este servicio proporciona a estas personas una formación, un hogar e incluso un trabajo. «No solo trabajan médicos y enfermeros, hay todo un sistema de profesionales, la importancia del trabajo social aquí es absoluta», cuenta el gijonés. «En Glasgow, la heroína y la hepatitis son un problema real, la situación no ha cambiado desde los 80», dice, y añade que en Edimburgo la situación es similar y hay muchos enfermos de sida.
Iván no solo encontró un trabajo en el que volcar su vocación. Conoció a su mujer, de procedencia irlandesa, que emigró a Escocia a estudiar, con la cual tiene dos hijas. Por circunstancias de la vida, se trasladaron una temporada a Copenhague, ya que su esposa trabajó para las Naciones Unidas en Dinamarca. Allí nació su primera hija. A la hora de hacer el pasaporte de su pequeña tenían dos opciones: darle la nacionalidad irlandesa o española, y gracias a que iban a pasar las Navidades en España y a las facilidades que le dio la embajada decidieron la segunda opción. Fue distinto con el nacimiento de la segunda, ya que al volver a vivir otra vez en Escocia, y por proximidad y facilidades, tiene la nacionalidad irlandesa. Su curiosa historia llegó a oídos de Gavin Newlands, miembro del Partido Nacionalista Escocés, en el que Fernández milita, y al que pidió, mediante un correo eléctronico, permiso para poder usar a su familia como un ejemplo antibrexit de lo necesarios que son los inmigrantes y su aporte a la sociedad.
Ejemplo antibrexit en el parlamento británico
A pesar de que a su llegada a Escocia, tal y como él explica, rechazaba cualquier ideal independentista al asociarlo a una mentalidad de derechas. «No me gustan los nacionalismos de partidos como Vox, ni los independentismos del PNV y Convergència, pero aquí es distinto», cuenta el gijonés, que aunque en sus inicios votaba al partido Laborista decidió depositar sus ideales en el Partido Nacionalista Escocés por su programa de ayuda social y porque para él «es el partido más progresista de Reino Unido».
Iván, forma parte de la plataforma de Ciudadanos de la Unión Europea por la independencia de Escocia. Por esta misma razón, su historia llegó a oídos de Gavin Newlands, que, aunque no conocía al asturiano personalmente, y ni siquiera sabía que militaba en su partido, decidió enviarle un email preguntándole si podría usar la historia de su familia como ejemplo antibrexit en el parlamento británico.
En su discurso Newlands cuenta la historia de Fernández y añade: «Para mí, si eliges hacer de Escocia tu hogar, eres tan escocés como yo. Me gustaría dar las gracias a Iván, a su esposa y a todos los demás que han venido a Escocia y lo han convertido en un lugar mejor. Esto es lo que está en juego con el brexit».
La sensación de caos a la espera del Brexit
Iván incide en que, a dos meses del Brexit, el caos y la incertidumbre son dos habituales en las sensaciones que se respiran. «No nos dan respuestas porque no saben nada, ni siquiera si podrán operar en el espacio aéreo europeo. Hay muchos aspectos que aún no tienen solución. Los servicios de radiología, por ejemplo, funcionan por la Unión Europea, ¿qué va a pasar con los pacientes de cáncer entonces?», explica el asturiano y afirma que las consecuencias de esta decisión comienzan a notarse.
«La gente está comprando masivamente en los supermercados porque no saben qué va a pasar. Las fábricas ya han comenzado a despedir gente, hace dos días Land Rover y Jaguar despedían a 5000 personas», cuenta. Y, a pesar de que él tiene la residencia permanente, por la cual afirma que no le pusieron ningún impedimento por llevar residiendo desde 2001, no sabe si el día de mañana podrá llevar a su familia a vivir a Reino Unido: «Mis padres viven en Asturias pero cuando sean más mayores, no sé si podré traerlos a Escocia para poder cuidarles».
«Nunca me he sentido distinto, ni mi familia ha tenido problemas», explica al ser preguntado por la xenofobia que algunos inmigrantes viven, «creo que en Escocia no hay esa sensación de discriminación que se vive desde Inglaterra», añade. Las alternativas son complicadas y la crisis ha comenzado dos meses antes de que el Brexit sea una realidad. «Como esto continúe Reino Unido será el primer país del mundo que va a pasar una posguera sin haber tenido una guerra previamente», concluye Iván.