Sumar: clave para gobernar pese al batacazo y las riñas con Podemos

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 23J · Exclusivo suscriptores

Yolanda Díaz (c) junto a Ione Belarra (d) y Ernest Urtasun (i) tras las elecciones del 23J.
Yolanda Díaz (c) junto a Ione Belarra (d) y Ernest Urtasun (i) tras las elecciones del 23J. Kiko Huesca | EFE

Yolanda Díaz registró el peor resultado del espacio progresista en unas elecciones desde el 2015 pero es la mejor baza para convencer a Junts de revalidar el gobierno de coalición

25 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, verá la luz por primera vez en el Congreso de los Diputados con la mancha del pecado original de Unidas Podemos. Tras obtener 31 escaños, la ministra de Trabajo en la anterior legislatura registró el peor resultado del espacio progresista en unas elecciones desde el 2015 y heredó así la tendencia a la baja de la formación morada. Y, con todo, salva los muebles, puesto que se postula como mediadora entre Pedro Sánchez y Junts para que la formación catalana pueda abstenerse en la investidura de Sánchez y revalidar el Gobierno de coalición.

La gran marea de formaciones del espacio progresista, por entonces conformado por Podemos, Compromís, Izquierda Unida, los comunes y En Marea obtuvieron en el 2015 y el 2016 un total conjunto de 71 escaños, superaron la barrera de los seis millones de votos y acapararon el 24,3 % de los sufragios. Aquella fue la inauguración de la nueva política y el fin del bipartidismo. Una victoria que supo a mucho y ahora huele a nostalgia.

Porque a partir del 2019 empezaron los problemas. Perdieron 28 escaños en abril, y en noviembre, otros cinco más, quedando en 38. Todo por los problemas que ahora adolecen a Sumar: una dirección déspota en el funcionamiento interno y en el trazado de las estrategias electorales, puñales por la espalda, choques entre marcas y separaciones. Y aunque estos últimos no se han dado de momento, lo cierto es que el veto a Irene Montero y a Pablo Echenique en Sumar fue para Podemos un ejercicio tanto de despotismo como un cuchillo que voló ayer a la espalda de Díaz. «La estrategia de renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionado», criticó Belarra, que además le afeó a Díaz haber perdido representatividad cuando el objetivo era «gobernar con más fuerza». Por tanto, el espacio a la izquierda del PSOE vuelve a resquebrajarse internamente e invita a unos nuevos idus de marzo del que no se sabe quién saldrá abatido.

Negociaciones con Junts

Con todo, lo que sí puede asumir Sumar es el papel negociador y mediador entre el PSOE y Junts para renovar la coalición de gobierno otros cuatro años. Yolanda Díaz hizo del diálogo la base de su proyecto, el centro de su campaña y, previsiblemente, de sus políticas. Por ello, no hay nombre en el espacio progresista que sea más óptimo para llegar a un entendimiento con los de Puigdemont.

Aunque sea con una abstención. Ello con un plus, porque Díaz gobernó con el PSOE y comulga con pedir un referendo de autodeterminación en Cataluña, la condición que pone Junts para la investidura. Aunque de fracasar, se repetirían elecciones. Con el recuerdo del 2019 y la tendencia a la baja en votos y escaños, no parece un plan que Sumar quiera asumir.