La selección nacional se impuso con claridad a Eslovaquia en Ourense y solventó su objetivo en la segunda ventana clasificatoria del torneo
26 nov 2024 . Actualizado a las 08:17 h.La selección española de baloncesto regresó a Ourense y cumplió su objetivo, que no era poca cosa, clasificarse por la vía rápida para el próximo Eurobasket 2025. Tomó nota del sufrimiento en las dos prórrogas de Eslovaquia y fue fiable, para tomar pronto el mando en el partido, doblegar a su oponente con suficiencia: 84-71.
La batalla arrancó con unas pautas similares a la que ambos equipos libraron en Bratislava el pasado viernes. Esta vez, la Familia le tomó la matrícula a Brodziansky y, aunque el ala pívot de UCAM Murcia lideró a los suyos en el primer acto (siete puntos), los de casa fueron labrando una ligera renta con Santi Yusta como brazo armado y Carlos Alocén secundándolo para combinarse en una aportación de doce puntos entre ambos. El joven De Larrea coló una bandeja para el 20-11 que parecía abrir brecha, pero los hombres de Aramis Naglic apretaron los guarismos del electrónico al bajar el telón del primer acto: 22-18.
Ni unos ni otros la enchufaban en tiros abiertos y liberados, así que tocaba remar y el cuatro de los visitantes declaró intención de remontada, situando a los suyos a una canasta de distancia, nada más empezar el segundo episodio. Fue un espejismo. A los de rojo se le seguían atragantando los lanzamientos desde el perímetro y era necesario marcar superioridad por dentro. La rotación fue completa en el bando local y también los más jóvenes entraron en liza. Izan Almansa elevó a lo alto del polideportivo el 40-28, para que Yusta y una canasta final de Josep Puerto le pusieran el lazo al 47-32 que campeó al descanso, señalando el camino hacia la victoria.
El 20-27 en el marcador de los rebotes paliaba los errores de los triples de un anfitrión que inició el tercer cuarto con la incertidumbre de un 0-5 que permitía a los eslovacos hacer la goma y agarrarse a sus posibilidades de dar la lata con mayor decisión. No bajó la intensidad la cuadrilla de Scariolo, que era capaz de alternar buenas acciones en ataque con una presión sólida, pero faltó esa continuidad necesaria para romper el marcador. La primera canasta de un querido Barreiro fue aclamada (triple para el 67-54), lo que no evitó que en el otro lado de la cancha los de Naglic llegaran al desenlace enganchados a un 71-57 con el que intentarían rebelarse en el epílogo.
El último capítulo se inició con un baloncesto más espeso. Eslovaquia apretaba los dientes en las marcas y España no encontraba la posición de tiro, hasta que Sergio De Larrea clavó un triple después de 2.15 minutos de focos apagados en ataque. El intercambio de canastas fue irregular en una fase del encuentro en la que, tras rondar los veinte puntos de margen, la barrera de la decena se convertía en un termómetro que nunca lograron poner a la máxima temperatura los deportistas de la elástica blanca.
El vigente campeón europeo logró maquillar su porcentaje en el lanzamiento triple, llegando a un 35 % en el balance final, suficiente para mantener a raya a un aspirante que solo podía aferrarse a Brodziansky, puesto que su socio Krajkovic se quedaba en el banquillo, al no ser inscrito por lesión. El reloj corría a favor de la Familia, que ya acariciaba con los dedos su pasaporte para la fase final del torneo, con Carlos Alocén y otro de los que conocían la cancha, Fran Guerra, sumándose a la aportación en ataque.
El ambiente se caldeaba en los instantes en que el marcador ya refrendaba el éxito de un equipo que podrá realizar trabajo de formación y conjunto en la última ventana continental con los deberes hechos. Neil Diamond y la dulce Carolina le pusieron banda sonora al triunfo en Ourense.