La lección de vida de Luis Enrique tras la pérdida de su hija: «Xana vino a vivir con nosotros 9 años maravillosos»
DEPORTES
El exjugador y actual entrenador del PSG desgranó en el último capítulo de su miniserie documental su lado más íntimo, explicando a la vez dos de sus momentos más críticos como técnico: la eliminación como seleccionador de España en el Mundial y la derrota en semifinales de la última Champions
15 oct 2024 . Actualizado a las 16:11 h.Luis Enrique Martínez (Gijón, 1970) es una de las figuras futbolísticas más importantes de nuestro país en las últimas décadas. El asturiano, que empezó su carrera como futbolista en el Sporting, se desarrolló en los dos grandes de la Liga, el Real Madrid y el F.C. Barcelona. En el primero, no explotaría su potencial, en parte porque jugó en demarcaciones en las que su rendimiento no era óptimo como lateral o interior. Con los culés sí destacó en el centro del campo y como mediapunta, tanto con Bobby Robson en una primera temporada con el Barça en la que anotó 17 goles y los blaugranas se alzaron con Supercopa, Copa y Recopa; como después con el neerlandés Louis Van Gaal en el banquillo blaugrana.
Lucho deja además como jugador en las retinas de los aficionados una de las imágenes más icónicas de la selección española. En la era de Javier Clemente, en el mundial USA 94, España e Italia disputaban una reñida eliminatoria de cuartos de final. El encuentro estaba igualado a uno, con tantos de Dino Baggio para la azzurra y de Caminero para nuestro combinado nacional. Roberto Baggio ponía en ventaja a los italianos a tres minutos del 90 y es después, en el tiempo de descuento, cuando a España se le encoge el corazón. El central Tassotti le propina un durísimo codazo en el área a Luis Enrique, a quien le llueve un centro en una manifiesta ocasión de gol y de igualar el encuentro. El colegiado no pita ni el penalti ni la expulsión, el asturiano se levanta con la cara llena de sangre y la retransmisión da la vuelta al mundo, algo que no sirvió de nada porque los de Clemente tuvieron que hacer las maletas. Esa nariz le dolió a todo un país.
Un entrenador inclasificable
Si algo queda claro en la miniserie documental de Movistar+ Plus sobre Luis Enrique es que, como entrenador, es inclasificable. El propio título, No tenéis ni **** idea, lo proporciona él mismo a las cámaras que lo siguen en su día a día, lamentando que en su llegada a un París Saint-Germain (PSG) ya sin Messi y Neymar y con un Mbappé que anunciaba su adiós, pocos confiasen en su criterio y valores para sacar adelante una temporada en la que los parisinos ganaron la Liga, la Copa y la Supercopa. Su método, con un pormenorizado análisis del rival y un discurso por momentos agresivo hacia sus jugadores, quizás no esté patentado, pero no deja indiferente. Una charla técnica con Kiki (así se refiere a Kylian Mbappé) en la producción lo deja claro. Él le exige compromiso defensivo de cara a la vuelta de unos cuartos de final de la Champions en los que el PSG lo tenía todo contra. Debía remontar el 2-3 de la ida fuera de casa, en Montjüic, ante un Xavi Hernández que se jugaba la temporada. «Yo quiero que salgas de aquí por la puerta grande, pero te lo tienes que ganar», le dijo entonces al que en esos momentos ya era prácticamente fichaje anunciado del Real Madrid. Esa presión del francés solicitada por Luis Enrique fue a la postre clave en uno de los tantos, marcado al contragolpe y que ayudó en la remontada del PSG por 1-4, certificando el pase a semifinales de la competición europea.
El compromiso es otra de sus señas de identidad, no solo con la táctica, también en lo que se refiere a la preparación física y a la dieta. «Sin movimiento no hay alimento», repite insistentemente. Él mismo da ejemplo, con dominadas, baños de agua fría y flexiones. Se le ve sin camiseta y a sus 54 años no cabe duda de que se mantiene en forma. Un momento realmente gracioso, y que por momentos parece una escena propia de la comedia The Office, es cuando reunido con su equipo técnico en el despacho, les obliga a moverse después de media hora de inactividad. Lo que llama la atención es que no se permitiría estar «parado» nunca más allá de ese tiempo.
Sobre su adiós a la Selección en 2022 al caer en el Mundial frente a Marruecos en una tanda de penaltis para olvidar y en la que España no anotó ni un solo tanto provocando un precipitado adiós en octavos de final, no fue especialmente crítico consigo mismo, limitándose a defender el trabajo realizado. «Si caemos así, poco hay que decir», detallaría sobre ese momento, uno de los más destacados de los últimos años de su carrera junto a la eliminación frente al Borussia de Dortmund en semifinales de la Champions el pasado curso. Una derrota dolorosa en la que los franceses pudieron imponerse con varios disparos a los palos y que acabó con los alemanes en la final. Ganaron por la mínima tanto en la ida en Dortmund como en la vuelta en Parque de los Príncipes. «Nunca he llorado después de un partido, y este no va a ser una excepción», sentenció Lucho al respecto.
El técnico, al que disfrutaron en el R.C. Celta en una temporada 2013-2014 en la que los vigueses fueron novenos en Liga, cuenta con un palmarés de 12 títulos, entre ellos una Champions League y un Mundial de Clubes, ambos de su etapa en el banquillo del F.C. Barcelona.
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Xana, la hija omnipresente
Poco después de su fichaje como jugador por el F.C. Barcelona, surgió el amor con su mujer, Elena Cullell. «La conocí la primera vez que salí por Barcelona», confiesa Lucho muy enamorado. El matrimonio ha tenido tres hijos: Sira, Pacho y Xana. Esta última, la más pequeña, fallecía en agosto de 2019, meses antes de cumplir diez años, víctima de un osteosarcoma, un raro cáncer de huesos. «Nuestra hija Xana ha fallecido esta tarde a la edad de nueve años después de luchar durante cinco intensos meses contra un osteosarcoma. Te echaremos mucho de menos, pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volvamos a encontrar. Será la estrella que guíe a nuestra familia», rezaba el comunicado lanzado en aquel momento.
Es el capítulo más trágico que un padre puede vivir, pero Luis Enrique ha integrado el recuerdo de Xana en su día a día. Durante la concentración mundialista en Catar 2022, se abrió a los aficionados tanto en su Instagram como con streamings en directo a través de Twitch. El 27 de noviembre de ese año no dudaba en felicitar a la pequeña el día que haría 13 años durante un paseo en bici: «Hoy no solo jugamos contra Alemania, hoy también es un día muy especial porque Xanita cumpliría 13 añitos. Amore, allí donde estés, muchos besos, pasa un gran día, te queremos».
La última referencia pública a su hija ha sido precisamente en su documental. En sus palabras hay cierta gratitud por los medios económicos en los que se produjo la despedida, que pudo ser en casa y rodeada de todos sus seres queridos. Y deja una emotiva reflexión: «¿Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado? Yo me considero afortunado. Muy afortunado. "Pero, si se te ha muerto una niña, tu hija, a los 9 años". Bueno, mi hija vino a vivir con nosotros 9 años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella como vídeos, cosas increíbles». Es difícil no emocionarse en ese momento del metraje, con imágenes superpuestas de la pequeña, risueña y jugando feliz.
El tercer y último capítulo de No tenéis ni **** idea sirve como homenaje a Xana, mostrándose la cena de gala que pone en marcha la fundación que lleva su nombre, con la que se pretende ofrecer asistencia integral y acompañamiento a niños y jóvenes afectados por enfermedades oncológicas y otras dolencias graves y a sus familias. En ese acto suena incluso una canción del artista catalán Joan Dausá inspirada en la pequeña. «Si trazas una línea te parecerá ver una niña y un caballo galopando en la inmensidad. Y las estrellas le llaman, las estrellas le llaman, Xana...», reza la letra del tema musical.
La idea con esta iniciativa de la familia Martínez Cullell es brindar apoyo emocional y también económico a familias que como la de Luis Enrique con Xana tienen que pasar por ese difícil momento de enfermedad.
La miniserie documental de tres capítulos protagonizada por Luis Enrique ya se encuentra disponible al completo bajo demanda en Movistar+ Plus.