Abel Serdio, bronce olímpico: «En mi vida pensé que iba a vivir una experiencia así»
DEPORTES
El pivote de la selección masculina de balonmano ha dado lo mejor de sí en los Juegos de París para poder regresar a casa «con el mayor premio posible». El asturiano cumple así uno de sus sueños tras haber quedado a las puertas de la convocatoria en varias ocasiones
15 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La selección masculina de balonmano nunca falla cuando se trata de conseguir una medalla. Los «Hispanos» volvieron a subirse al podio después de imponerse este domingo a Eslovenia en un ajustado partido final de consolación de los Juegos Olímpicos de París 2024. Después de mucho sacrificio y mérito, el equipo español, dirigido por Jordi Ribera, se ha hecho con el ansiado bronce. Son por tanto cinco ya las veces en las que el combinado nacional logra un tercer puesto en esta competición. Abel Serdio (Avilés, 1994) ha sido uno de los pilares fundamentales para asegurar esta posición. El pivote asturiano, al igual que sus compañeros, se entregó por completo para regresar a casa «con el mayor premio posible». Ha cumplido además uno de sus sueños tras haber estado cerca de la convocatoria en varias ocasiones previas.
—Enhorabuena por esa medalla de bronce que ha conquistado en París. ¿Cómo se siente después de haber logrado este hito con la Selección Española?
—Pues te puedes imaginar. Estoy muy contento y muy feliz porque hasta ahora, salvo que haya alguna excepción, creo que va a ser uno de mis mayores logros deportivos. La verdad es que estoy muy contento porque jamás, cuando empecé en esto del balonmano con 15 años, pensaba que iba a conseguir llegar a las Olimpiadas y mucho menos conseguir una medalla de bronce. Además, tal y como ha ido la Olimpiada, que siempre hemos tenido partidos muy complicados, creo que tiene más mérito haberla conseguido.
—¿En qué o quién pensó cuando el árbitro pitó el final del partido y por tanto sabía que os llevabais esa medalla?
—Está claro que en mi pareja, mi familia y mis amigos, al final son la gente que más me apoya. También en los compañeros del equipo, de la selección, porque somos los que hemos vivido estas tres semanas de locura. Llevamos preparando estos Juegos desde el 19 de junio, en verano, con lo que ello conlleva: estar todavía más lejos de la familia y de los amigos, de los que durante todo el año también estamos lejos. Pensé así un poco en todos ellos porque al final todos son parte de esto.
—El partido por el bronce contra Eslovenia fue muy ajustado, ¿Qué cree que fue lo que realmente que marcó la diferencia entre ambos equipos?
—Creo que fue un partido, como tú dices, bastante igualado y el resultado así lo dice. Creo que el partido podía haber caído para cualquiera de los dos lados, la verdad. Tuvimos acción para ponernos a dos, quedando 20 segundos, y ellos tuvieron la opción de empatar el partido y jugar una prórroga como nosotros jugamos contra Egipto, pero al final no lo lograron. Creo que en defensa, tal y como marca el resultado, estuvimos muy bien y hemos conseguido siempre mantener el nivel, con un gran Gonzalo que ha hecho unas Olimpiadas increíbles.
—Del partido fue muy comentado el bonito gesto que tuvo con Aleix Gómez, a quien sacó en brazos de la pista
—Sí, aunque es un gesto natural. Cuando ves a un compañero que se está arrastrando porque ha recibido un golpe y no se puede ni mover, tan solo es ayudarlo e ir a sacarlo fuera de la pista. Es algo que creo que es natural en muchos jugadores.
—En verdad el balonmano es un deporte en el que la clave está en que el equipo esté unido. ¿Cómo describiría la relación que tenéis los jugadores y también con el resto del cuerpo técnico?
—No es solo cosa del balonmano, creo que en general, en todos los deportes de equipo, una de las claves de jugar en equipo es tener una gran relación entre los jugadores. Puede haber excepciones, que en un grupo que no tenga la mejor relación al final se consigan cosas. Pero, creo que un buen ambiente es esencial para mantener a todo el mundo metido, enganchado y motivado para el partido. Al final, cuando tienes buena relación con tus compañeros siempre es más fácil jugar, siempre vas a tener más confianza porque sabes que los demás también confían en ti. Nosotros somos jugadores que muchos jugamos fuera de España y sabemos las relaciones que pueden tener otras selecciones y creo que ahí ganamos con bastante diferencia.
«La mayor decepción o el golpe más duro fue contra Alemania porque quedamos eliminados en semifinales con posibilidades de pasar a la final de una Olimpiada»
—Durante el torneo, como decía al principio y por lo que pudimos apreciar los telespectadores, hubo momentos de mucha tensión. ¿Cuál fue el partido o el momento más difícil para usted? ¿Cómo consiguió calmar esos nervios?
—Los nervios no los calmas, vives con ellos. Muchos de nuestros jugadores, incluido yo, jugamos todos en equipos que al final luchamos por títulos en nuestros respectivos países, por lo que vives un poco más con normalidad esos momentos. Aunque eso no quita que los nervios estén ahí y los sientes, pero tienes que intentar calmarte y luchar contra ellos. Hubo tres momentos claves para mi. Uno el último partido contra Croacia en la fase de grupo, al final quien ganaba pasaba a cuartos de final. Me quedaría con ese partido porque al final marca un poco a seguir el camino a los cuartos de final. También el de Egipto por cómo empatamos el partido al final de todo y después cómo lo ganamos en la prórroga. Y está claro que la mayor decepción o el golpe más duro fue contra Alemania porque quedamos eliminados en semifinales con posibilidades de pasar a la final de una Olimpiada que jamás había conseguido en la historia del balonmano español y fue el momento más duro. No sé si es lo bueno o lo malo de las Olimpiadas y es que no te dejan pensar demasiado en la derrota porque al día siguiente o a los dos días tienes un nuevo partido.
«Ver a los mejores deportistas de cada disciplina en la Villa Olímpica la verdad que es muy bonito»
—¿Cómo se preparó para participar en estos Juegos Olímpicos, tanto a nivel físico como mental?
—Tampoco hemos tenido demasiado descanso desde que cada uno acabamos nuestras respectivas ligas. El inicio de la preparación fue el 19 de junio y está claro que las primeras semanas fueron más duras físicamente porque al final queda prácticamente un mes para empezar la competición y tienes que cargar las pilas, ajustar a la gente, ponerla a tono para en un mes estar compitiendo en una competición muy exigente. Mentalmente te diría que prepararla quizás es más fácil porque al final es jugar unas Olimpiadas, es a lo máximo que aspira prácticamente cualquier deportista. En la villa estamos los mejores deportistas de cada disciplina y eso es bastante motivación como para hacer una preparación muy buena. Que la preparación también sea en verano, que normalmente es el tiempo que tienes de descanso entre temporada y temporada y es cuando nosotros tenemos las vacaciones, es verdad que se hace un poco duro porque es la época donde más tiempo pasas con familias y amigos. Quizás está ahí un poco el punto negativo, pero bueno estamos acostumbrados, nosotros vivimos y trabajamos para esto.
—¿Cómo hace para compaginar esa preparación y la presión de un evento tan importante como los Juegos Olímpicos con su vida personal?
—No te sabría decir una tecla mágica, no te sabría decir un qué porque muchos de nosotros vivimos en el extranjero, lejos de familias y amigos y quieras que no ya vives un poco con eso. Está claro que tienes altibajos, momentos mejores y peores, como en todos los trabajos y como todas las personas, pero cuando estás preparando unas Olimpiadas, se te olvida un poco todo eso. Ves también a la gente que te apoya, que está incluso más ilusionada que tú por tener a alguien cercano que va a jugar unas Olimpiadas y eso también motiva.
«Los deportistas que van a los Juegos Olímpicos se van a dejar la piel por conseguir una medalla, que es para lo que trabajan y la ilusión que tienen»
—En el terreno personal, ¿qué ha sido lo más gratificante de esta experiencia olímpica, más allá del resultado?
—Todo en general. En mi vida pensé que iba a vivir una experiencia así. Quizás no tienes tanto tiempo libre para disfrutar de lo que es la Villa Olímpica en otros aspectos, porque tienes que estar centrado en lo que tienes que estar, juegas cada dos días y tienes que recuperarte rápido para afrontar un nuevo partido, pero ver a los mejores deportistas de cada disciplina en la Villa Olímpica la verdad que es muy bonito. Todo gente que son referentes de sus deportes y tú estás ahí como si fueras uno más con ellos.
—La selección de Balonmano ha cumplido, pero bueno, se esperaban más medallas de la delegación española en París, ¿qué calificación daría a la actuación del equipo español en estos Juegos?
—Sí que es verdad que se pensaba que se iban a conseguir más medallas pero al final esto no es matemáticas. Puedes pensar que alguien puede ser favorito para conseguir una medalla, pero hay muchos factores que influyen en esto. Mismamente nosotros que hemos conseguido una medalla de bronce, en la fase de grupos podíamos haber estado fuera y la diferencia es un único gol. Entonces, creo que conseguir medallas ya es algo muy grande para el deporte español y para cada deportista que lo haya conseguido. Siempre creo que en eso hay que mirar positivamente. Los deportistas que van ahí está claro que se van a dejar la piel por conseguir una medalla, que es para lo que trabajan y la ilusión que tienen, por eso las medallas que ha conseguido España siempre se puede ver de manera positiva.
«Creo que estoy en el mejor momento de mi carrera deportiva»
—Después de estos Juegos realmente se ha convertido en el claro ejemplo de que quien la sigue la consigue. Ha podido estrenarse por todo lo alto con los «Hispanos» después de quedarse varias veces fuera en las preconvocatorias. ¿Qué significan para usted y para su carrera estas medallas, tanto la recién conseguida como la que lograste en el Mundial el pasado mes de enero?
—Es algo muy grande. Jamás pensé que iba a vivir el jugar un Mundial, conseguir una medalla de bronce y jugar unas Olimpiadas y conseguirla también. Es algo que me hace muy feliz porque al final haces muchos sacrificios también, sobre todo recalco, el vivir fuera de nuestra zona de confort, nuestro hogar, y quieras que no te pierdes muchas cosas que intentas suplir con estos éxitos. Al final cada deportista lucha por conseguir lo máximo posible en su disciplina y la verdad que ir ganando títulos es para lo que realmente trabajamos. Está claro que mucha gente trabaja para ello y no lo consigue, y unos cuantos afortunados conseguimos cumplir esos objetivos que es parte también de nuestro deporte de rendimiento.
—Después de este éxito, ¿cuáles son sus próximos objetivos?
—Seguir en este nivel, creo que estoy en el mejor momento de mi carrera deportiva. Sé que es difícil, quizá este año no consiga lo mismo que conseguí los años pasados pero lo intentaré y seguiré trabajando. Como dijiste, quien trabaja y lucha por ello no digo que lo vaya a conseguir pero sí que tiene más posibilidades de lograrlo y eso es para lo que todos trabajamos.
—¿Qué mensaje le gustaría trasladar a aquellos jóvenes que sueñan con llegar a lo más alto en el balonmano?
—Vuelvo a repetir lo mismo. El trabajo, la preparación y el currártelo es una de las partes más importantes. La mayoría de jugadores no estamos tocados por una varita como le pasa a ciertos ejemplos de muchos deportes. Está claro que el trabajo que hay detrás del deportista muchas veces no es lo que se ve o florece en el campo. Al final el deporte son luces y sombras, un día estás bien y al otro puedes estar mal, pero la constancia es algo muy importante en todo esto.
—Ahora imagino que va a aprovechar lo que queda de verano para pasar tiempo con la familia y amigos
—Sí, pero es poco tiempo porque son menos de una semana las vacaciones y ya volvemos a las pretemporadas. Lo poco que puedo disfrutar, sí que quiero aprovechar a descansar porque mentalmente y físicamente han sido muy duras estas Olimpiadas y espero poder seguir rindiendo al mismo nivel esta temporada.
—En este tiempo tendrá que asimilar también la medalla que seguro que aún no le ha dado tiempo a hacerlo y a volver a tener contacto con la realidad.
—Sí, a volver un poco a los orígenes — ríe —y a lo que es más cotidiano, que al final estar tres semanas más toda la preparación previa se hace también largo, aunque está claro que hemos venido con el mayor premio posible.