La brasileña ganó su cuarta medalla, al superar por apenas tres centésimas a la estadounidense, que se salió dos veces del tapiz y se despide con tres oros
05 ago 2024 . Actualizado a las 16:57 h.«Y aún así me levanto». Apenas un par de horas después de caerse en la barra de equilibro, Simone Biles hizo justicia a la frase de la poeta Maya Angelou que lleva tatuada. Pero la misma filosofía agarró su gran rival por la hegemonía de la gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París 2024. Tras perder una medalla con un ejercicio lleno de imprecisiones, la brasileña Rebeca Andrade se exhibió en el suelo y superó por solo tres centésimas a la heptacampeona olímpica, que se salió dos veces más allá de los límites del tapiz.
Esas dos diagonales en las que Biles no controló su potencia supusieron una penalización de seis décimas y dejaron su nota en 14,133. A 14,166 se fue el orgullo de las favelas en otro ejercicio de homenaje a sus humildes orígenes, lleno de ritmo, elegancia y precisión. A sus 25 años, la de Guarulhos sumó su primer título en París a las platas en el salto y el concurso general y el bronce por equipos. En Tokio ya había celebrado un título y un subcampeonato.
Tras una reclamación para que revisasen su nota de dificultad, completó el podio la estadounidense Jordan Chiles, que superó por un ajustadísimo margen a las rumanas Ana Barbosu y Sabrina Maneca-Voinea.
Simone Biles, por su parte, se marcha de París tras recuperar su estatus en la cima de la gimnasia artística. Tras el parón por el bloqueo mental sufrido en Tokio, la norteamericana de 27 años fue una de las grandes figuras de París. Sus tres oros y una plata dejan su cuenta en once podios olímpicos y siete títulos.
Una caída en la viga de equilibrio deja fuera a Simone Biles del podio
Iván Rolle
Sobre los diez centímetros de ancho de la viga de equilibrio se desató la locura y saltó la sorpresa en los Juegos Olímpicos de París 2024. «La gente te pone en un pedestal y yo solo quiero ser humana», admitía la leyenda en el documental de Netflix Simone Biles vuelve a volar en una verdad que evidenció la caída que abrió una final que encumbra a Italia, con el oro de Alice D´Amato y el bronce de Manila Espósito, mientras que la china Yaqin Zhou fue segunda. Rebeca Andrade solo llegó al cuarto puesto.
La primera final femenina del lunes en la gimnasia artística fue tensa y accidentada. Zhou abrió el fuego con un ejercicio complejísimo, el más valorado con 6,6 puntos, que salvó con apuros tras llevar las manos a la barra, y Sunisa Lee y Julia Soares se cayeron antes de que las italianas elevasen el nivel, con la rumana Sabrina Maneca-Voinea, que se fue al suelo en dos ocasiones, entre ellas.
Hasta los dos últimos turnos se esperó a las dos grandes favoritas. Primero, Simone Biles; por último, Rebeca Andrade. La brasileña, consciente del error que descartó a su gran rival, cuajó un buen ejercicio, pero con inseguridades y sin el nivel de excelencia esperado.
Antes, Biles parecía mostrar mucha más fiabilidad. Encadenaba mortales y giros con una velocidad endiablada hasta que, a punto de terminar su ejercicio, se cayó tras una mala pisada después de un flip-flap. Eso la relegó al quinto puesto en una viga de equilibrio donde se colgó el bronce en Río de Janeiro y Tokio.
En su gira de redención, tras su bloqueo mental en Tokio, Biles ya no podrá dar caza a los nueve oros de la gimnasta rusa Larisa Latynina y su compatriota Katie Ledecky.