Alcaraz, ante los Juegos de París: «De Rafa tengo que aprender todo»

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso PARÍS / E. LA VOZ

DEPORTES

Claudia Greco | REUTERS

Entrenan juntos ya en Roland Garros, después de que Carlitos colmase de elogios a Nadal, su pareja de dobles, que devuelve flores: «Con él rejuvenezco»

25 jul 2024 . Actualizado a las 09:02 h.

El sol calienta la tierra de la Philippe Chatrier y Rafa Nadal y Alcarlos Alcaraz, compañeros de dobles en los Juegos Olímpicos de París 2024 y rivales en la prueba individual, disparan fuego de sus raquetas. No se guardan nada en la primera sesión juntos en Roland Garros, donde no lucen ni vendas ni cintas ni protección alguna, salvo los esparadrapos que protegen los dedos del ganador de 22 grand slams. Solo en un momento comparte confidencias con Ángel Ruiz Cotorro, el médico de la Federación Española de Tenis. Pero la realidad es que completan el entrenamiento matinal a una intensidad altísima. Entre elogios, bromas y un indisimulable respeto mutuo. «No juegues con tanto margen, si te parece», ironiza el chaval, de 21 años, después de un remate del mito que limpia la línea de fondo. «Trata de arrancarlo, Carlos», se parodia a sí mismo Nadal después de no poder moverse siquiera a por un zambombazo del reciente ganador de Wimbledon. «Lo dice porque no le puedes tirar esas bolas a contrapié», aclara Charly Moyà, uno de los tres entrenadores españoles que vigila la sesión. Antes, Alcaraz y Nadal se regalan los oídos ante los micrófonos.

«De Rafa tengo que aprender todo, es una leyenda. La manera de competir, de luchar en la pista, de nunca dejarse ir, ni dar un punto por perdido. Y su humildad fuera de la pista es de admirar, con todo lo que ha conseguido», avanza Alcaraz, que no ha ganado ningún título de dobles en su carrera profesional, sin apenas intentos tampoco, y llega a los Juegos de París después de hacer doblete en Roland Garros y Wimbledon: tierra, hierba y ahora de nuevo tierra. Territorio español.

A sus 38 años Nadal acredita una brillante hoja de servicios en dobles, pese a no prodigarse demasiado, con once títulos y el oro olímpico de Río 2016 junto a Marc López. Y, aunque la guadaña de la retirada ronde cerca, se declara también en estado de prácticas. «Yo puedo aprender de las nuevas generaciones. Estar con alguien como Carlos me rejuvenece, me hace recordar la energía que tienes con 20 años, cuando vas descubriendo todo, todo es especial, y la ilusión de lo desconocido».

Nadal, de hecho, ensalza el valor del título olímpico, y apunta a su oro individual de Pekín 2008. «Aquello para mí fue más grande que muchos títulos de grand slams. Al final, en los Juegos sientes que no eres tú solo, sino eres parte de un equipo. La sensación de volver con una medalla a la villa es increíble (...). Esto me rejuvenece. Es como una vuelta al inicio de todo, cuando jugaba torneos pequeños y estaba en hostales. Es un recordatorio de dónde venimos y de dónde parte el espíritu del deporte, sin lujos», reconoce Nadal con sinceridad por la austeridad que para las grandes estrellas representan los Juegos, sin las atenciones de los majors. Lo compensa el chute de adrenalina que le llega en su última visita a la villa. Donde junto a Alcaraz no puede pasear sin atender peticiones constantes de fotos.

Los cuadros del tenis se sortean este jueves y la competición arranca el sábado. Si en dobles uno tiene más automatismos que el otro, en individuales la forma de uno contrasta con el ejercicio de supervivencia del otro. Nadal lleva dos años sin ganar un título.

El entrenamiento matinal muestra la obsesión por los detalles de Nadal. Avisa que la pista «está mal, bota muy mal la bola», pide el cambio de una botella por un desperfecto con el cierre, y repite sus rituales antes de servir pese a estar solo entrenando. Uno frente al otro, la sesión apenas tuvo espacio para algún detalle aprovechable para el dobles. Cuando Nadal pidió bombardear a Carlitos en la red: «Avísame cuando estés listo y tiro, que tenemos que preparar lo otro». Lo otro es la prueba por parejas.

Recursos sobrados

Su descomunal talento debe compensar su total falta de compenetración por parejas. «No hemos podido prepararnos como otras parejas, pero confiamos en el gran momento de Carlos. Espero que esta semana pasada, en la que he pasado mucho tiempo en pista [en Bastad, Suecia], me ayude físicamente a alzar el nivel para que esto funcione», razona Nadal.

«Yo tengo menos experiencia y espero adaptarme rápido al dobles. Me gusta, pero por temas de individual no me dejan jugar más», añade un Alcaraz que cuenta con los recursos para la prueba por parejas. «Las cosas pasan más rápido y tendremos que encontrar esos automatismos que hagan que salgan las cosas de manera natural. Empezaremos ahora a entrenar juntos y veremos qué sensaciones tenemos», añade Nadal, que había llegado renqueante a Río 2016 a nivel físico antes de desplegar su talento en un maratón de partidos que le dio el oro de dobles.

La pareja ya tiene nombre, a propuesta del crío: Nadalcaraz.

La cuenta pendiente de Swiatek en su casa de París

Amigas desde la etapa júnior, Iga Swiatek elige a Camila Osorio para desperezarse en el primero de sus dos entrenamientos del día en París. Y la sesión, pese a la confianza con su compañera, termina como casi siempre, con fotos de recuerdo del equipo técnico de la colombiana con la fenomenal jugadora polaca. No hay figura en la época reciente con semejante impacto, además, en Roland Garros.

La número uno del mundo termina su sesión de la pista 5, a golpetazo limpio, con un 6-2 a su favor, y se va a la ducha para limpiarse la tierra que se le pega al sudor, después de una aparatosa caída durante el entrenamiento sin ninguna incidencia. Ausente Sabalenka, aparece como su principal amenaza Coco Gauff, que entrena en la pista 4, a solo unos metros de la polaca.

Swiatek, hoy de 23 años, se marchó de Tokio hace ahora tres años con una cuenta pendiente. Y no tiene mejor escenario que Roland Garros para saldarla. En los anteriores Juegos, la fenomenal jugadora polaca perdió en la segunda ronda ante la española Paula Badosa. Y ahora regresa a las instalaciones donde encadena cuatro títulos (2020, 2022, 2023, 2024).

«La veo excelente, como siempre en esta superficie. No hay más que verla y que recordar los títulos que ya tiene en Roland Garros», confiesa al salir de la pista 5 Osorio, que apunta con ambición al podio como su sueño en los Juegos de París, pese a salir de una reciente lesión.

Poco después sucederá en el turno de entrenamiento en la pista Philippe Chatrier a Rafa Nadal, su ídolo, y a Carlos Alcaraz, al que felicita por su reciente título en Wimbledon.