Más de 100 títulos y convocada por la federación: así es la joven promesa de la gimnasia rítmica en Asturias
DEPORTES
A sus 13 años, Claudia Mariño se está convirtiendo en una referente de este deporte. En cualquier competición que participa siempre consigue subirse al podio. Tal es su talento encima de un tapiz que aspira a representar al combinado nacional en su categoría
03 jul 2024 . Actualizado a las 10:45 h.Es una de las jóvenes promesas de la gimnasia rítmica en Asturias y también se está convirtiendo en un referente de quienes practican esta disciplina deportiva en nuestra región. Con tan solo 13 años la gijonesa Claudio Mariño tiene en su haber cerca de medio centenar de trofeos y casi cien medallas, tan solo le faltan tres para redondear la cifra. Las mismas que ha obtenido hace un par de semana en Avilés, donde se proclamó subcampeona de España en la clasificación general en la categoría infantil.
En el campeonato celebrado en la villa asturiana, la joven también se alzó con una medalla de plata por su buen hacer con el aro y ocupó el tercer puesto del podio de autonomías en su categoría, colgándose así la insignia de bronce. «No puedo estar más contenta. Me hace mucha ilusión que mi trabajo diario se haya visto reflejado en el tapiz», asegura sin caber de sí en su gozo. Y eso que ya debería de estar más que acostumbrada a ganar competiciones puesto que no hay ningún campeonato que se le resista.
Desde que comenzó a competir con tan solo siete años Claudia se ha hecho siempre con algún premio de aquellos torneos, ligas o demás competiciones en las que ha participado. Tanto en las celebradas en nuestra región como fuera de la misma. Ha conseguido conquistar a jurados de provincias como Logroño, Guadalajara o incluso Valencia, entre otras grandes ciudades de España, en las que demostró también su talento encima de un tapiz.
Pero, ¿cómo consigue realmente subirse siempre a un podio? Para esta joven perteneciente al club Stroke de Gijón el secreto del éxito está en los entrenamientos. «Cada día doy siempre lo mejor de mí y luego ya en las competiciones lo que hago es trabajar al máximo», confiesa, antes de señalar que el único día que tiene de descanso es el domingo. Los lunes, miércoles y jueves tengo gimnasia rítmica de 16.00 a 19.00 horas, mientras que los martes y jueves las clases son de cinco a ocho de la tarde. Los sábados vamos por la mañana de diez a una», detalla.
En total entrena tres horas diarias, salvo la jornada que tiene de descanso, lo que se traduce en dieciocho horas semanales haciendo acrobacias, volteretas y cualquier otra postura de ballet. Ese tiempo también lo emplea en practicar con los aros, las mazas o las pelotas, entre otros aparatos, a parte de preparar físicamente su cuerpo para las competiciones, que al fin y al cabo requieren mucho esfuerzo.
El dedicar tantas horas de su día a día en practicar un deporte que se ha convertido en una de sus pasiones no implica que Claudia saque buenas notas en el instituto. Al contrario, su rendimiento no puede ser mejor, teniendo en cuenta que apenas tiene mucho tiempo para sus obligaciones. «Antes de ir a entrenar aprovecho a hacer los deberes y a estudiar. Si no me da tiempo a todo, cuando vuelvo termino de hacer lo que me falta», señala.
Y así es cómo a la joven gijonesa no se le resiste nada. Comenzó a practicar este deporte cuando apenas tenía tres años. Fue su madre quien la apuntó al Club Rítmica Independiente Gijón. A los siete pasó a formar parte de la cantera del club Stroke y desde entonces hasta ahora no deja de cosechar éxitos.
Siempre le llamó mucho que las niñas más mayores que ella fuesen «muy flexibles» y lograsen bailar al ritmo de la música y coordinar sus paso con cualquier tipo de objeto. En su cabeza se imaginaba haciendo esos movimientos y ahora no es que los haga sino que además los realiza de sobresaliente. Pero como cualquier ser humano también tiene su propio talón de Aquiles. En este caso, lo que le resulta más complicado del entrenamiento es «trabajar con el aparato». «Sobre todo cuando se trata de realizar algunos lanzamientos», asegura.
No obstante, con esfuerzo y sacrificio la joven consigue hacer frente a cualquier adversidad sobre el tapiz y va poco a poco puliendo la técnica. Que no dominando porque eso ya lo hace a la perfección. Tales son sus dotes que esta temporada ha sido convocada hasta en tres ocasiones por la Real Federación Española de Gimnasia Rítmica para participar en su programa de tecnificación, con el objeto de que en un futuro no muy lejano forme parte del equipo nacional en la categoría junior.
Y mientras que da lo mejor de sí para poder representar al combinado nacional, Claudia sigue también entrenando duro para continuar subiéndose al podio de las distintas competiciones a las que acudirá a lo largo de este año. Por el momento, tiene las miras puestas en el certamen que se celebrará este fin de semana en Zaragoza, donde disputará la final en la modalidad de cuerda de la Liga Iberdrola. Lo hará de la mano del Club Deportivo de Rítmica la Corredoria, quien la «ha fichado» para la ocasión.
A buen seguro que se hará con algún título. Teniendo en cuenta su palmarés y las estadísticas, las probabilidades de que se haga con una medalla en dicho campeonato son muy altas. De ser así, estará a tan solo un o dos pasos de conseguir el centenar de insignias. De cumplir por tanto uno de sus sueños, de continuar subiéndose a un podio, ya que si hablamos de futuro a esta joven gijonesa lo que más le encantaría es ser entrenadora de gimnasia rítmica. «O trabajar en algo que esté relacionado con este deporte también me gustaría», dice.
Y de soñar en grande, como no, lo que más ansía es participar en los Juegos Olímpicos representando a su país. Sí continúa por el camino que lleva y las administraciones públicas le dan todos los apoyos posibles seguramente llegue muy lejos y, tal vez, haga historia o al menos protagonice algún capítulo de la misma.