La atleta gallega se proclama campeona con un brinco de 14,85 metros, su segunda mejor marca de siempre, y ya suma siete medallas internacionales en grandes citas. Adrián Ben finalizó sexto en la final de 800 metros
10 jun 2024 . Actualizado a las 14:09 h.Ana Peleteiro, además de un ser indomable en el pasillo, es un reloj de precisión en cada competición. Era favorita al oro en la prueba de triple salto en el Campeonato de Europa y lo cumplió a rajatabla. Y lo hizo a lo grande, con su segundo mejor salto de siempre (14,85 metros) para reducir a la nada la oposición de la turca Tugba Danismaz, que le había lanzado un órdago en la segunda ronda, cuando se colocó líder con 14,57 metros. El desafío le duró dos telediarios, el tiempo que la gallega tardó en dar el brinco de la noche para abrazar su segundo título continental, después del conseguido en el Europeo bajo techo del 2019 en Glasgow, y su séptima medalla en una gran competición internacional. La suya, además, es la primera y única medalla de oro de la delegación española en Roma por el momento.
Ana Peleteiro desafió a la lluvia, que hizo acto de presencia en el momento que comenzaba la final de triple salto, y en su primer intento ya voló hasta los 14,37 metros dejándose una inmensidad en la tabla de batida. La barbanzana, tranquila y concentrada, buscó la complicidad del público con un grito y dando palmas mirando a la grada y, a continuación, atacó el pasillo flotante para comenzar a marcar diferencias desde el principio. Y lo hizo, porque terminada la primera ronda, lideraba el concurso con ocho centímetros de margen sobre la turca Tugba Danismaz.
La gallega aumentó sus prestaciones en su segundo intento volando hasta los 14,46 (nueve centímetros más) y ajustando más su entrada tabla. Lo hizo, además, después de que la búlgara Nacheva se acercara con un salto de 14,35, su mejor marca personal. Sin embargo, quien puso el concurso patas arriba fue la turca Danismaz al saltar 14,57 metros (récord de su país), desbancando a Ana de la primera posición después de la segunda ronda.
La atleta de Pedroso tenía una desventaja de once centímetros y en su tercer intento siguió progresando hasta los 14,52, más cerca, pero todavía por debajo de la turca. Después de ese tercer salto, se sentó y escuchó las indicaciones de Iván Pedroso mientras su única rival real hacía nulo.
Las explicaciones de Pedroso fueron extrapoladas a la competición y, aunque tenía tres posibilidades por delante en el corte de la mejora, Peleteiro no esperó, sino que firmó un cuarto salto portentoso para marcharse hasta los 14,85 metros (mejor marca europea del año y a dos centímetros de su actual récord de España) y recuperar la primera posición. Un brinco fuera de catálogo que no encontró respuesta en la otomana, que coleccionó su segundo nulo.
Con el triunfo en el bolsillo, la barbanzana hizo nulo en el quinto. Y en el sexto, sabiéndose ganadora y en plena celebración, firmó un salto de 14,47 para despedirse entre el aplauso generalizado y dejando patente, con gestos y con marcas, que es la número uno de Europa, un logro que no frena su voracidad competitiva: el próximo reto es proclamarse campeona olímpica.
Una inoportuna gripe y un golpe en carrera relegan a Adrián Ben a la sexta posición en el 800 metros
Adrián Ben finalizó en la sexta posición la final del 800 metros. No fue el puesto deseado, pero el viveirense reveló que una semana atrás tenía una gripe y, encima, se llevó un toque del francés Tua, a la postre ganador, que acabó por arruinar sus opciones.
«Las sensaciones no han sido las mejores del mundo desde el inicio, pero ese pequeño gran toque que casi me lleva al suelo ha sido lo que ha terminado con mi carrera», comentó el gallego, que sufrió con el primer cambio de Álvaro de Arriba y que se quedó sin gasolina para su tradicional ataque final: «A falta de 300, iba pensando que ellos habían cambiado muy fuerte y que yo iría ahora, pero las piernas no respondían. Muy pesado de todo».
Pese a que lo tenía todo en contra, no dejó de intentarlo hasta el final, atacó con sus pocas fuerzas en la recta final y terminó entrando en la sexta posición con un tiempo de 1:46.54, lejos de un podio que encabezó el francés y donde el español Mohamed Attaoui fue plata.
«No puedo ser egoísta y tengo que hacer un buen balance del campeonato metiéndome de nuevo en una final y ahora (hay que pensar) en el Campeoanto de España». Dentro de tres semanas, todo sería distinto para el viveirense. Ahí, en el torneo doméstico en la localidad de La Nucía, comenzará la cuenta atrás para París.