El nuevo torneo con el que la NBA busca revitalizar la fase regular arranca sus eliminatorias, que conducirán el fin de semana a la ciudad del pecado
05 dic 2023 . Actualizado a las 09:34 h.Gana la banca. Como de costumbre. La NBA andaba obsesionada con espantar el muermo de su fase regular, convertida en una eterna serie de duelos de baja intensidad hasta que las franquicias se ponían serias para colarse en los play off al llegar la primavera. El primer tercio del campeonato carecía de alicientes para el aficionado, reduciendo los índices de público en las canchas y de audiencia tras las pantallas. Imperdonable para el negocio del espectáculo condensado alrededor de la bola de 22 onzas. La solución estaba al otro lado del Atlántico y su importación ha sido un éxito rotundo si se atiende a las cifras publicitadas antes de que ayer arrancara la semana grande.
El martes 28 de noviembre, los Sacramento Kings y los Golden State Warriors convirtieron su choque en el más visto del nuevo torneo. Por encima de los dos millones de espectadores de media; doblando, prácticamente, el mejor dato registrado en las citas de noviembre del año pasado. La media de los encuentros coperos superó en un 26% el balance del mismo mes en la anterior temporada. Y todo porque además de sumar victorias con las que escalar posiciones en sus respectivas divisiones y conferencias, los duelos daban acceso a las eliminatorias por un billete a Las Vegas.
La ciudad del pecado acogerá entre el jueves y el sábado la final a cuatro del novedoso In Season Tournament. Una Copa del Rey (o del presidente) en toda regla.
Por supuesto, en Norteamérica precisaban un toque propio y reforzaron el breve campeonato (se resolverá en cuarenta días) decidiendo que cada partido tuviera impacto en dos torneos al mismo tiempo. Dividieron los 30 equipos de la NBA en seis grupos y optaron porque las citas de fase regular de los martes y los viernes otorgaran también puntos coperos. Para sorpresa de nadie, cuidaron al detalle el ornamento y estos partidos se celebraron sobre un parqué especialmente decorado, cuyas peculiares condiciones provocaron quejas de algunas estrellas.
A pesar del toque propio, hubo sorpresas a la europea. Así, los Denver Nuggets, defensores del anillo, quedaron cuartos en un quinteto encabezado por los Pelicans de Nueva Orleans, que ni siquiera se clasificaron para los play off de la 22-23. En las eliminatorias, que ayer abrieron un Pacers - Celtics y un Kings - Pelicans, se miden los primeros de cada grupo y los dos mejores segundos. Hoy se conocerán el resto de semifinalistas, con un New York Knicks - Milwaukee Bucks (1.30 horas, Movistar) y un Phoenix Suns - Los Ángeles Lakers (4.00, Movistar).
Serán cuatro contendientes de la penúltima ronda, fijada para la noche del jueves (23 horas y 3.00, también en Movistar), tratando de hacer historia y levantar por primera vez el trofeo dorado diseñado por Tiffany, en colaboración con el artista Víctor Solomon. La final se disputará en la madrugada del sábado al domingo, a las 2.30 horas.
La sede neutral de los duelos definitivos tiene poco de casual. La competición lleva años tratando de conquistar Las Vegas, entendiendo que la ciudad de Nevada casa perfectamente con la idea de showtime que promueve la liga. A falta de abrir franquicia en la localidad —favorita, junto a Seattle, para beneficiarse de la primera ampliación de equipos en veinte años—, trasladará allí durante un par de días su espectáculo.
Concepto que pocos encarnan como un conjunto —Los Ángeles Lakers— y un deportista —LeBron James— obstinados en estirar su palmarés pese a no vivir su mejor época. La escuadra y su estrella cayeron 4-0 en las finales de conferencia de este año, tras dos campañas muy discretas (en la 21-22 ni siquiera se clasificaron para los play-off). Los cruces podrían deparar un desenlace soñado: el del choque de colosos con los Boston Celtics. 17 títulos de NBA por bando. Hacerse con el de Copa no está mal pagado: la plantilla que lo consiga se lleva medio millón de dólares por cabeza. Aliciente extra de esta novedosa apuesta por el showtime que cruzó el Atlántico.