El máximo tribunal deportivo impone al expresidente de la FEF la misma sanción que la FIFA por el beso a Jenni Hermoso y sus gestos obscenos en el palco tras la final del Mundial femenino
17 nov 2023 . Actualizado a las 19:32 h.El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), al igual que hiciera la FIFA hace poco más de dos semanas, sancionó este viernes con tres años de inhabilitación a Luis Rubiales, por lo que no podrá ejercer durante este tiempo ningún cargo ni realizar ninguna actividad relacionada con el fútbol. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ya anunció que acudiría a los tribunales ordinarios en el caso de que fuese castigado por el TAD por el beso que dio a Jenni Hermoso y sus gestos obscenos en el palco tras la final del Mundial femenino en Sídney, al considerar su propuesta de sanción de tres años de «injusta» y «desproporcionada».
Imputado por agresión sexual a Jenni Hermoso y coacciones a la futbolista madrileña y su entorno, el exdirigente granadino recibió este viernes la esperada sanción de tres años por parte del TAD, el mismo máximo tribunal deportivo que impidió al Gobierno suspender a Rubiales provisionalmente y después inhabilitarle al considerar solo su beso no consentido como «grave» y no «muy grave». La ejemplar sanción del TAD a Rubiales -año y medio por el beso y otro año y medio por su comportamiento en el palco- fue propuesta por el juez instructor de dicho organismo (Alfonso Ramos), que abrió expediente disciplinario al expresidente de la RFEF el pasado 1 de septiembre por atentar a la dignidad y el decoro deportivos. Rubiales responderá al TAD por la vía penal tras haber confirmado tras la anterior inhabilitación de la FIFA que llegará «hasta la última instancia para que se haga justicia y resplandezca la verdad».
Rubiales reclamó sin éxito al TAD el archivo y sobreseimiento de su expediente y lamentó en su escrito de alegaciones que su caso, que estalló el 30 de agosto en Sídney, le viniese «muy bien» a un «sector radicalizado» de la política española. «El fugaz beso en los labios fue consentido, y quien diga lo contrario está faltando a la verdad», insiste el expresidente de la RFEF, que denuncia el «linchamiento» al que está siendo sometido y la «teatralización bestial» del escándalo. Incluso recordó recientemente una «coincidencia caprichosa» en el número de su expediente, el 155, con el artículo de la Constitución que aplicó el Gobierno en el 2017 en Cataluña, tras la declaración de independencia por parte del Parlament.
Gesto «inapropiado»
A su juicio, las sanciones que finalmente le ha impuesto el TAD «no se corresponden» con lo razonado en el resto del texto de la propuesta de resolución, ya que aparecían «desconectadas» y proyectaban una petición «arbitraria» e «injustificada». Rubiales recordó en su escrito de alegaciones al TAD que, en el peor de los casos, su sanción debería ser un apercibimiento, una multa o una inhabilitación de tres o de seis meses, pero no hasta finales de 2026, tras haberse obligado a dimitir (el 10 de septiembre) como presidente de la RFEF por la presión social y política que clamó contra su actitud machista y presunto abuso de autoridad frente a Jenni Hermoso. Su gesto de tocarse los genitales en el palco del estadio de Sídney a escasos metros de la reina Letizia y la infanta Sofía, que Rubiales reconoció que fue «inapropiado» aunque dijo que iba dirigido al entonces seleccionador Jorge Vilda, también dio la vuelta al mundo, para ponerle en el disparadero internacional.
El granadino, en su recurso de alegaciones, también denunció la «permeabilidad» e «influencia» por parte de la presión mediática y los poderes políticos del TAD. Al mismo tiempo, anunció que le estaría «sirviendo en bandeja» acudir a la jurisdicción penal en caso de que se consumase una sanción por los hechos acaecidos tras el Mundial que han manchado la imagen de España y sacudido los cimientos de la RFEF, ahora presidida por Pedro Rocha, hasta la celebración de elecciones en el primer trimestre del 2024.