Envuelto en dudas a su llegada al torneo de maestros tras un otoño melancólico, progresó en cada partido en Italia y completó un encuentro redondo para ganar a Medvedev (6-4 y 6-4)
17 nov 2023 . Actualizado a las 19:44 h.Carlos Alcaraz ya sonríe. Envuelto en dudas a su llegada a Turín, después de un otoño melancólico, perdió el lunes un partido áspero de estreno frente a Alexander Zverev, mejoró el miércoles para ganar con solvencia a Andrey Rublev y completó una victoria rendonda frente a un rival tan duro como Danniil Medvedev. Su triunfo por 6-4 y 6-4 de este viernes le convierte en campeón de su grupo, por lo que este sábado se cruzará en semifinales con Novak Djokovic (Movistar +, 21.00); en el otro cruce Jannik Sinner se enfrentará con el jugador ruso (Movistar +, 14.30).
«El saque es un arma muy importante en esta pista. En esta superficie tan rápida busco mi propio estilo. Ser agresivo y buscar la red es mi juego, es mi táctica, y lo pienso antes de cada partido», resumió Alcaraz, que lució su desenfadada sonrisa de adolescente en varios momentos del partido ante Medvedev. «Para mí es importante algo que me dice mi equipo, que disfrute. Y así he hecho», añadió español, de 20 años, y que persigue su primer título en el torneo de maestros.
Alcaraz ha volado en apenas tres partidos en el escenario de más complicada adaptación: la pista rápida —rapidísima esta—, bajo techo y a los 400 metros de altura de Turín, donde la bola vuela más viva por la diferente presión. El español —igualado antes del partido de este viernes en los precedentes, con dos de los cuatro duelos previos para el ruso— de manejó con unas seguridad propia de un veterano. Un break por set, en los instantes clave, y suficiente para celebrar el triunfo en una hora y 10 minutos.
Medvedev, una roca por su tenis y un excéntrico por su comportamiento y la gestión de su relación con su equipo y con el público, ofrece un notable alto en casi todo. Pero, paradójicamente, esa propuesta no incomoda a Alcaraz. El ruso pega, pero no ahoga con su ritmo de fondo de pista como Djokovic; el ruso sirve, pero no encadena servicios inabordables que le ahorren punto tras punto como hacen los auténticos especialistas; el ruso defiende, pero no es un escapista como Nadal.
Así que Alcaraz, con su variadísimo repertorio y su propuesta alegre, se encontró cómodo. Al pulso de raquetazos desde el fonde la pista añadió no solo sus dejadas y cambios de ritmo, sino también su valentía para correr una y otra vez hacia la red. Hasta 25 veces caminó hacia delante Carlitos, dejándose solo cinco puntos. Ahí encontró un potosí.
La faena la completó al percutir sobre otra grieta, los segundos servicios de Medvedev. Ahí estuvo la diferencia porque el ruso solo ganó 8 de los 18 puntos que jugó sin su primer saque. Un drama.
Con la victoria y el billete a semifinales, el español se garantiza terminar el 2023 como núemro 2 del mundo. Ya pensando en el partido de este sábado, Alcaraz recuperó el discurso prudente. «Este es uno de los desafíos más difíciles para mí. Medirme con Novak en las ATP Finals, un torneo que ya ha ganado seis veces... Novak es Novak. Es el mejor jugador del mundo ahora mismo, solo ha perdido seis partidos este año», indicó antes de su colapso con calambres en la semifinal de Roland Garros ante Djokovic. «En junio, la presión me pudo. Aprendí de aquello. Ahora soy más fuerte mentalmente. Estoy preparado para enfrentarme a Djokovic».