Luis Rubiales, sobre el beso a Jenni Hermoso: «También lo habría hecho con la selección masculina»

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Rubiales, durante su entrevista a Piers Morgan
Rubiales, durante su entrevista a Piers Morgan Piers Morgan Uncensored

Piers Morgan emite la entrevista completa en la que el expresidente de la RFEF adelantó su renuncia al cargo

13 sep 2023 . Actualizado a las 10:47 h.

El pasado domingo, solo unas horas antes de compartir su comunicado de renuncia a la presidencia de la RFEF y a la vicepresidencia de la UEFA, un clip de vídeo adelantaba el bombazo. «Voy a dimitir, porque no puedo continuar con mi trabajo», le decía Luis Rubiales en inglés fluido al polémico periodista británico Piers Morgan. Se trataba solo de un pequeño avance de una entrevista de más de hora y media emitida este martes en el programa Piers Morgan Uncensored ('Piers Morgan sin censura'), en el canal Talk TV y que se ha podido seguir en directo en varias plataformas online.

El beso a Jenni Hermoso

En su entrevista al medio británico, Luis Rubiales sigue defendiendo que el beso a Jenni Hermoso fue consentido, y denuncia que «mucha gente se ha dedicado a tergiversar» y a alimentar una «bola de nieve» guiada por «intereses espurios» en su contra, por lo que muestra su deseo de contar toda la verdad, que «no ha llegado a todo el mundo». El expresidente de la RFEF reconoce que se equivocó en su actitud en la final del Mundial femenino —«es evidente, y lo dije desde el principio», asegura—, pero define ese momento como un «acto conjunto mutuo» y «muy normal» en momentos de euforia, e incide en la versión que ya explicó durante la tristemente célebre asamblea extraordinaria de la RFEF: «Me cogió en el aire y, al bajar, los dos estábamos muy emocionados; no hubo intención ni connotación sexual. Solo aprecio», asegura, «fue solo un momento de felicidad, de fusión», justificándolo además en el carácter latino: «En ese momento la gente no pide permiso», recalca. Y lanza de nuevo parte de la culpa del acto en Jenni Hermoso, por levantarlo del suelo: «Ella tampoco me preguntó en ese momento», dice.

Pero, ¿habría hecho lo mismo si se tratase de la selección masculina?, le ha preguntado también Piers Morgan. «No tengas dudas; 100 %», responde rápidamente Rubiales, que asegura que, además, también se dio un beso con el seleccionador Jorge Vilda en los labios —dice, señalándose a la comisura de los labios—, pero que «no ha salido o se ha visto muy poquito». El expresidente sigue intentando defender este comportamiento en que, cuando era futbolista profesional, «cuando había un ascenso o se evitaba un descenso», los besos en la boca entre compañeros eran habituales —«y no duraron solo dos décimas de segundo», puntualiza—, obviando que, en este caso, la relación de él y Hermoso no era de igual a igual.

El entrevistador también se refirió al contenido de los vídeos en directo de Jenni Hermoso en Instagram; concretamente sobre las bromas que Rubiales les hizo en el vestuario a las jugadoras de que, una vez en Ibiza, iba a casarse con Jenni. «Fue una broma», explica el expresidente de la RFEF, que, aún así, se muestra comprensivo con la gente que considera que es un comportamiento inapropiado para una persona en su posición. «Entiendo que mucha gente lo malentendiera, respeto la opinión de todo el mundo, pero no de aquellos que faltan a la verdad», e incide en que su forma de actuar «fue noble, entusiasta, al 100 % no sexual». Rubiales justifica, además, que el momento que se vivió posteriormente en el bus, y que se pudo ver en un vídeo filtrado, le llevó a considerar que todo lo que había pasado formaba parte de la euforia del momento. «Me llaman "Presi", que es como me llaman mis amigos», dice.

La denuncia de Jenni

«¿Jenni mintió? No voy a responder a eso», contesta Rubiales sobre las falsas declaraciones que la RFEF atribuyó a la jugadora, aunque puntualizó: «Yo escuché sus declaraciones en redes sociales y en entrevistas, diciendo que había sido espontáneo». En cualquier caso, insiste en que en ningún caso se trata de un abuso sexual y deja cualquier consideración en manos de la justicia: «Me defenderé con mis argumentos y con la verdad», asegura, «quiero dedicarme de la forma más limpia posible en mi defensa, ya que tengo muchos procesos abiertos». El presidente, que se siente «tranquilo» con su «inocencia». «¿Que si soy un criminal?», exclama ante la posibilidad de ir a la cárcel que le presenta Piers Morgan. «Mírame a la cara, soy una buena persona», se reafirma Rubiales, que considera que lo que está pasando «es malo para todos» y se niega a contestar a las críticas que han hecho sobre él personalidades de medio mundo. «Esto no es un debate entre hombres y mujeres», puntualiza, «esto va sobre la verdad. No quiero catalogarlo ni quiero más polémicas». Rubiales tampoco entra a valorar los apoyos de algunas figuras, como el del cineasta Woody Allen —«Cada uno tiene su opinión, y me quedo con el sentir general de la gente que tiene la información»—, aunque deja caer que muchas mujeres le han mostrado su apoyo ante la polémica: «Me han dicho: "Estoy contigo; has cometido un error, pero no es lo que están diciendo". No defienden un error, sino que este error no es lo que mucha gente dice». 

Rubiales, además, asegura que en ningún caso presionó a Jenni para aparecer con él en su vídeo de disculpas. «Lo niego categóricamente», dice, y pone también la mano en el fuego por Jorge Vilda sobre ese asunto: «No ha presionado a nadie, lo conozco».

El gesto obsceno en el palco

Si hay algo que Rubiales verdaderamente lamenta es su obsceno comportamiento en el palco en presencia de la reina Letizia y de la infanta Sofía, cuando se tocó los genitales. «Este gesto me da mucha más vergüenza», reconoce, antes de intentar explicar el motivo: «Es una expresión en español, de "Ole, tus huevos", que quiere decir "Bravo" e iba a dirigida a Jorge Vilda», puntualiza.

La renuncia como presidente

«La situación ha cambiado mucho en tres semanas, desde que dije que no iba a dimitir hasta ahora», reconoce Rubiales. En efecto, su acabó con un culebrón de 21 intensos días, desde la tristemente empañada victoria de la Selección española en la Mundial de Fútbol femenino hasta su definitiva dimisión, y tras todo un camino plagado de disculpas insensibles por su actitud en el palco y por el beso no consentido a Jenni Hermoso; discursos fuera de lugar arremetiendo contra todos y todo, y una suspensión temporal forzada desde la propia FIFA ante la nefasta imagen clientelar que había dado el todavía presidente de la RFEF durante la asamblea extraordinaria en la que exclamó hasta cinco veces "¡No voy a dimitir!". Al final, lo hizo.

«Un error no puede tirar por tierra todo lo que hace un hombre», se lamenta Luis Rubiales, que reconoce haber tenido un desatino por el que ya ha pedido, en su opinión, «perdón de manera sincera». La cascada de acontecimientos llegó a un punto de no retorno con la decisión de la FIFA de suspenderlo para cualquier actividad relacionada con el fútbol, una decisión que Rubiales no entiende. «El proceso fue muy rápido sin oportunidad de tener una defensa», explica Luis Rubiales, que es abogado, «es muy injusto, y ni me han mandado los fundamentos».

Por ello, ante la suspensión provisional, que posiblemente vaya a continuar y el «tsunami mediático», considera que su única posibilidad es dimitir. «Amo a mi país y no quiero que le afecte», dice Rubiales, que fundamenta también su decisión en una cuestión estratégica para el fútbol español: «Estamos en la carrera por el Mundial 2030, algo por lo que hemos luchado mucho, no quiero ser egoísta». Según explica, su propio entorno lo convenció: «Me dijeron: "Vas a hacer daño a personas que quieres y al deporte que amas"», confiesa, «esta decisión puede afectar a muchas personas y no se trata solo de mí».

Sobre su futuro, Rubiales asegura que «cosas buenas y cosas malas vendrán» y que en estos momentos solo busca «tener salud» y estar con su familia. «Soy joven y tengo proyectos con gente cercana», asegura, antes de concluir: «Podría ser peor; la gente algunas veces tiene que pensar en cosas más importantes».

¿Por qué Piers Morgan?

La elección de Piers Morgan para soltar el bombazo no es, en ningún caso, fruto del azar. En el polemista británico ha encontrado Luis Rubiales el aliado ideal para arremeter contra lo que él ha dado por llamar «falso feminismo». El entrevistador, por supuesto, no tiene nada de feminista, ni del «falso» ni tampoco del verdadero. Si por algo es conocido el periodista de 58 años es por sus numerosas polémicas y por sus comentarios machistas, como la lista de improperios que le dedicó a Meghan Markle y lo llevaron a ser despedido de la cadena ITV como presentador del Good Morning Britain

Morgan, que trabajó durante gran parte de su carrera en periódicos sensacionalistas británicos, se ha erigido siempre como un luchador contra lo woke, contra cualquier movimiento de progresismo social, y especialmente contra el movimiento feminista y contra quienes buscan visibilizar las enfermedades mentales. Ha discutido con todo tipo de celebridades, desde Madonna o Ariana Grande hasta Julia Roberts o Lady Gaga, dedicándoles todo tipo de comentarios machistas.

Su carrera, además, ha estado también salpicada por prácticas periodísticas carentes de ética al publicar imágenes falsas de soldados abusando de presos iraquíes o pinchar teléfonos de celebridades para dar exclusivas. También por su vinculación con el también siempre polémico Donald Trump, con quien tuvo una relación de enfrentamientos y reconciliaciones y al que llegó a pedir trabajo.

Entre los grandes éxitos está la polémica entrevista exclusiva que le concedió Cristiano Ronaldo en noviembre del 2022 en la que el astro portugués explicó sin tapujos sentirse traicionado por el entrenador y parte de la ejecutiva del Manchester United, y que acabó provocando su salida definitiva del club.