Montse Tomé, toda una vida dedicada al fútbol que comenzó en las calles de la Pola

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Montse Tomé
Montse Tomé Juanjo Martín

Internacional en cuatro ocasiones en categoría absoluta, la primera mujer seleccionadora absoluta tendrá en pocos días los primeros exámenes claves para los Juegos de París

06 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Montse Tomé, nacida en Oviedo en 1982, es la primera mujer seleccionadora del equipo nacional femenino, vigente campeón del mundo, todo un hito en una vida dedicada al fútbol que comenzó en las calles, el parque y el colegio en Pola de Siero.

Segunda de Jorge Vilda hasta que la pasada semana puso, como el resto del cuerpo técnico, su cargo a disposición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras la Asamblea General Extraordinaria, ha sido elegida como relevo del técnico madrileño tras su destitución.

A Montse Tomé le ha gustado el fútbol desde muy pequeña. Apasionada, siempre tras el balón, en su infancia se tenía que conformar con jugar con los chicos en la calle porque no podía hacerlo en equipos 'oficiales'.

Su cabezonería le hizo no desistir y hacer caso omiso las veces que escuchó comentarios que podían perjudicarla, y acabó entrando en El Romanón, de Pola de Siero, en el que continuó su progresión y dio el salto al Oviedo Moderno.

Su evolución fue constante y empezó a ser convocada por la selección asturiana, en 2006 fichó por el Levante, con el que ganó la Superliga 2007/08, y, tras tener que ser operada por una hernia discal en 2010 que le hizo estar parada varios meses, dio el salto al Barcelona, para volver al Oviedo Moderno en 2013, con el que consiguió el ascenso a la máxima categoría, pese a lo cual decidió retirarse ante la exigencia que conllevaba el fútbol.

Internacional en cuatro ocasiones en categoría absoluta, Montse Tomé, amante de la naturaleza, estudió magisterio, se sacó la licencia de entrenadora UEFA Pro junto a Lionel Scaloni, Fernando Redondo, Leo Franco, Javier Saviola, Andoni Iraola, Gica Craioveanu, Juan Carlos Valerón o Laura del Río, entre otros, y al poco recibió la llamada de Jorge Vilda, al que no conocía, para ser su segunda y aceptó el reto sin dudarlo pese que tenía que dejar Oviedo y trasladarse a Madrid.

«Me saqué el título y empecé en la elite. No conocía a Jorge, pero me llamó por teléfono y me propuso ser su ayudante. A veces pensamos que el primer y el segundo entrenador tienen mucha confianza, pero yo pensé: ¿y si no congeniamos?», rememoró en una entrevista con EFE durante el Mundial de Francia, en la que valoró su ambición y carácter, al margen del trabajo.

Llegó en 2018 para ser la mano derecha de Vilda, en 2020 también se hizo cargo de la selección sub-17 tras la salida de Toña Is, y a su vez era la encargada del equipo sub-23, creado para que el salto entre el conjunto sub-19 y el absoluto fuera menor.

La asturiana siempre tuvo claro que le gustaba además de jugar y enseñar, entender el juego. «Cuando mis entrenadores me mandaban algún ejercicio, siempre preguntaba por qué lo hacíamos. Esa inquietud la he tenido siempre. Sí pensaba que podría ser entrenadora, pero no creía que el fútbol femenino pegaría un cambio tan grande como para poder vivir de eso», admitía.

Se considera una privilegiada por haberlo conseguido y ahora tiene el reto de relevar a Vilda y comandar a la selección absoluta desde ya. En pocos días tendrá los primeros exámenes, claves porque los Juegos de París 2024 están en disputa, en la Liga de Naciones, en los partidos ante Suecia y Suiza.