Azkárate, exvicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol: «Rubiales se aprovechó de que yo tenía cáncer para fulminarme»

Gonzalo de Azkárate Gaztelu es el actual presidente de la Plataforma 2030 contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada en el Fútbol. También fue presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala y vicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol, formando parte durante veinte años de la Asamblea General de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Asegura que conoce muy bien a Luis Rubiales, ya desde la época en la que fue el presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) antes de ocupar el cargo de presidente de la RFEF en mayo de 2018. «Es una persona que tiende emboscadas a los empleados que no hacen lo que él quiere», asegura Azkárate.

Ocupando el cargo de vicepresidente de la Federación Asturiana de Fútbol —siendo Maximino Martínez por entonces presidente— coincidió con Luis Rubiales desde 2018 hasta 2020. «Lo definiría como una persona que mostró desde el primer segundo cómo era. Se vio que no tenía preparación alguna. Y el que mal empieza, mal acaba. Empezó desatando la guerra en el fútbol español», asegura Azkárate, quien opina que «en las distancias cortas es una persona que no merece confianza de ningún tipo».

«Se aprovechó de que tenía cáncer para fulminarme»

Explica Azkárate que cuando pasaba por su peores momentos fue cuando pidieron su cabeza. Nada más comenzar la pandemia, tanto Azkárate como Martínez enfermaron. Azkárate estuvo 82 días ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Pasó mes y medio en un estado crítico tras 19 operaciones, cuatro cánceres (dos de colon, uno de estómago y otro de bazo) y seis meses de quimioterapia. Por su parte, Maximino Martínez enfermó por covid. Fue entonces —a principios de 2020— cuando «Luis Rubiales pidió mi cabeza a José Ramón Cuetos Lobo, que por entonces era presidente del Comité Nacional de Entrenadores y miembro de la junta directiva de la asturiana, a cambio de hacerlo presidente de la Federación Asturiana de Fútbol». «El mismo Rubiales me fulminó de la española aprovechando que tenía cáncer», añade Azkárate.

Un trato inapropiado por parte de Luis Rubiales

Además, Gonzalo de Azkárate Gaztelu denuncia el trato recibido por parte de Luis Rubiales durante las etapas en las que coincidieron en la RFEF. «Hubo empleados a los que sancionó por más de cien días en la nevera sin poder entrar a la RFEF», explica Azkárate, insistiendo en que, bajo su experiencia personal, Rubiales «es una persona muy amiga de dar voces y hacer desprecios a la gente».

Explica incluso que llegaron a tener un encontronazo en primera persona: «Hubo un día que me pegó tales voces que tuvo que volver a disculparse. Yo ni le contesté, porque a las personas que intentan justificarse dando voces no merece la pena ni contestarles. Decía que yo entraba en su despacho cuando quería y que no respetaba a nadie. Eso mismo decía de su tío, Juan Rubiales, del que decía que mandaba más que él y realmente era el único que le ponía freno».

Azkárate y Martínez apoyaron a Rubiales

Recuerda también Gonzalo de Azkárate que la Federación Asturiana de Fútbol apoyó a Luis Rubiales en las elecciones a la presidencia de la RFEF de mayo de 2018, en las que ganó por 80 votos a 56 a Juan Luis Larrea. «Lo hice porque tenía que ser leal a mi presidente, a Maximino Martínez. Lo apoyé como miembro de la asamblea, pero con la intención de apoyar a la Federación Asturiana de Fútbol y no al propio Rubiales».

Ese mismo año, en plena campaña, se da una reunión en Madrid en la que participan de un lado Luis Rubiales y Miguel García Caba, actual responsable del Departamento de Integridad de la RFEF y por entonces jefe del Servicio Jurídico del Real Madrid, y del otro Azkárate acompañado del abogado Jorge Muñoz Cortés, actual jefe del Departamento de Derecho Penal en Martínez-Echevarría Abogados. El motivo de la reunión, explica Azkárate, no fue otro que «meter por lo penal al presidente de La Liga, Javier Tebas». «Decía que él (Rubiales) iba a aportar toda la documentación que hiciera falta para condenarlo e inhabilitarlo», recuerda Azkárate, quien asegura que se negó a aquello: «Entendíamos y entendemos que el fútbol español tiene que tender puentes. No podemos dar una imagen ante el mundo de separación y guerra continua».

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