El PSOE remonta y frena a la ultraderecha

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

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Pedro Sánchez, durante su intervención desde el balcón de la sede del PSOE, en la calle Ferraz
Pedro Sánchez, durante su intervención desde el balcón de la sede del PSOE, en la calle Ferraz NACHO DOCE | REUTERS

24 jul 2023 . Actualizado a las 10:07 h.

Había tres escenarios posibles, y un cuarto en forma de ensoñación utópica, en estas elecciones. Primero: victoria aplastante del PP que le permitiría gobernar en solitario y sin ataduras. Segundo: mayoría absoluta del tándem PP-Vox y gobierno Drácula, el malévolo apodo acuñado por la izquierda. Tercero: suma insuficiente de la derecha y, en consecuencia, repetición del gobierno Frankenstein, el socorrido y despectivo apelativo que hizo furor en la derecha. La cuarta posibilidad, descartada por las casas de apuestas consideradas serias, un selecto club del que hace tiempo fue expulsado el CIS de Tezanos, consistía en una victoria a los puntos del PSOE sobre el PP. El sorpresón: posible sí, pero altamente improbable.

Enumerar los escenarios posibles es no decir nada: uno de los cuatro iba a producirse. Lo interesante fue observar cómo, desde que Sánchez convocó las elecciones hasta el último día de campaña, las probabilidades iban deslizándose desde el primer escenario hacia el cuarto. Una tendencia visible, altibajos aparte, en los estudios de opinión. Pero también perceptible en el estado de ánimo de las fuerzas en liza: un PP que pasa de la euforia desatada al alma en vilo, un PSOE desmoralizado tras el 28M que tropieza, se levanta y remata la campaña en éxtasis o un Sumar que resurge de la atonía tras el debate a cuatro menos uno. Si esa era la tendencia —y los resultados de este domingo parecen confirmarla—, solo faltaba conocer en qué momento el juez paraba las manecillas del reloj. Decidir si se consumaba la remontada o si esta quedaba a medio camino.

Las urnas hablaron y, después de un recuento lleno de suspense, se impuso el tercer escenario. Se produjo la remontada y el PSOE se situó incluso al borde del sorpresón: con el 75 % del escrutinio ganaba las elecciones en número de votos, aunque con menos escaños. Al final, casi empate en votos. Las casas de apuestas, que nos inundaron de encuestas fallidas hasta que comenzó la contabilidad real, tendrán que hacérselo mirar. Narciso Michavila ya comenzó a entonar el mea culpa anoche: Feijoo, dijo el gurú demoscópico de la derecha, «se va a acordar de la madre de los que hacemos encuestas». Quizá el líder popular tendrá también que presentar alguna disculpa a Tezanos.

Dos conclusiones a vuela pluma. Si esto era un plebiscito, como fue planteado por la derecha, los españoles se negaron a derogar el sanchismo. Pero, sobre todo, dijeron alto y claro que no quieren a la extrema derecha en el gobierno de la nación. Me parece la mejor noticia de la noche: España ha frenado la oleada de la ultraderecha en Europa. No solo porque su representación parlamentaria se reduce drásticamente, sino porque le ciegan el acceso a la Moncloa, de la mano de Feijoo.

Tiempo habrá de analizar el complejo panorama que viene ahora. Ni Pedro Sánchez ni todavía menos Núñez Feijoo parecen contar a priori con apoyos para formar Gobierno. Asoma el fantasma del bloqueo y de la repetición de elecciones. El día después se presenta interesante.